Salir a comer afuera debería ser algo agradable y relajante, pero a veces las cosas no salen como uno espera. Desde una mala comida hasta un servicio deficiente, hay muchas maneras en las que un restaurante puede decepcionar a sus clientes. En este artículo, compartimos contigo algunas anécdotas de comensales un poco desafortunados que desearon no haber pisado ese lugar nunca.
Muchas personas deciden elegir un restaurante lindo para festejar, para pasar el rato con sus seres queridos o simplemente para salir a tomar un café con las amigas y enterarse de los últimos chismes. Uno espera que la experiencia ahí sea agradable, que el servicio sea bueno y la comida, sabrosa. Pero tristemente, no siempre es así. A veces las cosas no salen como quisiéramos y todo se convierte en un desastre.
Las buenas acciones pueden impactar a una persona de maneras que no imaginamos, y regalarnos la satisfacción de ver una sonrisa que nos llene el alma de alegría y nos muestre que incluso ante los malos momentos, la respuesta siempre puede ser positiva. Ese fue el caso de un restaurante de Durango, México, quienes decidieron transformar un mal día de trabajo en una obra llena de empatía.
La comida es uno de los más grandes placeres de la vida, y quien se atreva a arruinarla se merece sufrir las siete plagas de Egipto. Bueno... Tal vez no. Pero nuestros platillos favoritos sí son sagrados. Sin embargo, algunos restaurantes no saben respetar a la comida como se merece. Aquí te mostramos algunas historias de “horror” en las que los comensales salieron corriendo y juraron no volver en su vida.
Ir a un restaurante puede ser el plan perfecto para quienes quieren huir de la tarea de cocinar en casa, pero para los que trabajan en esas atareadas cocinas, es todo lo contrario. Con las órdenes a mil por hora y teniendo que cuidar cada detalle de los platillos, estos chefs hacen de todo para controlar el caos, pero a veces es inevitable, y entonces deciden tomar cada situación con un toque de humor.
Cenar en un buen restaurante debe ser mucho más que simplemente comer bien. Un servicio de primera, una decoración elegante y un ambiente especial y acogedor deberían siempre estar incluidos en el precio que pagamos por la experiencia. Sin embargo, a veces, también ocurren cosas inesperadas, y es importante tratar de encontrar una buena manera de afrontar este tipo de situaciones. Este es exactamente lo que le ocurrió a una de nuestras lectoras, que quedó un poco confundida por la situación a la que tuvo que enfrentarse y la forma en que ella misma reaccionó.
Ir a comer a un restaurante puede ser toda una experiencia. Algunos se limitan a ofrecer comida que satisfaga el apetito de sus comensales, pero otros deciden darles un plus. Decoración novedosa, nuevas formas de presentar los platillos, promociones fuera de serie; todo con tal de que los clientes lo conviertan en su lugar favorito para salir a comer. ¡Y vaya ingenio que han tenido algunos! Acompáñanos y descubre cuánta creatividad se puede poner en juego dentro de un restaurante.
Comer afuera puede ser una experiencia increíble y placentera, o transformarse en una verdadera pesadilla. A pesar de que existen normas de seguridad para la cocina, no todos los establecimientos cumplen las reglas, y tampoco son inspeccionados todo el tiempo. La verdad es que los clientes no suelen saber lo que ocurre tras bastidores con la limpieza y los alimentos. Si no lo crees, ¡sigue leyendo!
En ocasiones, cuando acudimos a una cafetería no sabemos si tendremos una exquisita comida o una aventura memorable. Esto se debe a que en un restaurante pueden ocurrir cosas extrañas. Por ejemplo, un comensal puede encontrar algo deslumbrante en su mejillón y un súper chef puede elaborar un platillo con una peculiar generosidad.
El negocio de los restaurantes no es fácil. Para que un restaurante genere ingresos constantes y los clientes estén siempre contentos, hay que mejorar continuamente las habilidades y, sobre todo, amar a la gente y a la profesión. Por desgracia, algunos restaurantes apuestan por ganancias rápidas y acaban perdiendo clientes.
Cuando vamos a comer a un restaurante, siempre esperamos un excelente servicio acompañado de una comida asombrosa. Pero a muchos nos ha ocurrido la desgracia de toparnos con un restaurante que se vuelve una verdadera pesadilla. Siempre es bueno conocer trucos para reconocer un buen lugar o un pésimo servicio sin tener que ordenar o experimentar la comida en todos lados.
Obtener estrellas Michelin es un acontecimiento honorable y significativo en la historia de cualquier restaurante. Pero, a veces, en el deseo de sorprender al cliente con el servicio y la originalidad de los platillos, los dueños olvidan que las personas, principalmente, vienen a comer.
Todos vamos periódicamente a un restaurante o una cafetería. Para celebrar una fecha importante, para pasar tiempo con amigos, las razones son diferentes, pero la esencia es la misma: complacerse a uno mismo con un plato delicioso. Sin embargo, a veces lo que el camarero nos trae no nos genera alegría, sino sorpresa mezclada con desconfianza. Y en la punta de la lengua comienza a bailar la frase: “¡Debe ser una broma!”.
El restaurante más antiguo del mundo se llama Sobrino de Botín, y se encuentra en Madrid, España. En 2025 celebrará su aniversario número 300. Hubiera sido poco probable que el establecimiento durara tanto tiempo si sus dueños no fueran realmente hospitalarios, pero no todas las personas que dirigen un restaurante se comportan de esa manera. A veces, un simple almuerzo de negocios o una cena puede verse arruinado si se presta poca atención al servicio o a la calidad de los platillos. Por eso es importante conocer algunos secretos que te ayudarán a reducir el riesgo de que una comida arruine tu día.
Imagina estar en un restaurante, esperando ansioso tu orden, y, cuando la traen, resulta que no es lo que habías pedido, sino un plato por completamente diferente. Ese lugar existió, pero los clientes, lejos de enojarse, se reían y disfrutaban de la comida sin más. El restaurante de las órdenes incorrectas (The Restaurant Of Order Mistake) fue una idea genial que buscaba dar a conocer al público lo que significa vivir con Alzheimer, pues todos sus camareros padecían esa enfermedad.
La Guía Roja “Michelin” se edita desde principios del siglo XX. Los restaurantes distinguidos por sus estrellas son considerados unos verdaderos rincones del paraíso gourmet. Pero ¿alguna vez te has preguntado cómo se sentiría una persona común en un establecimiento así? Eso fue lo que decidió comprobar el usuario de Pikabu con el nick narian88 y, al mismo tiempo, cumplió su sueño. Fue a un restaurante con 1 estrella Michelin, que se considera muy bueno para su tipo de cocina.
Hace poco, un chico de 17 años pasó una situación que convirtió en el ejemplo perfecto de cómo cambiar una situación desagradable para bien. Cohen Naulty vive en Virginia, estudia en el colegio y trabaja como mesero. A Cohen, como a muchos otros meseros, a menudo le dejan propinas con monedas. Un día, al llenar una bolsa de monedas pequeñas, el joven pagó su comida y la de sus amigos con ellas en un restaurante local. Incluso dejó una buena propina. Pero no esperaba que esta acción tan inocente, como pagar una orden con monedas, pudiera hacer tanto escándalo.
Un japonés de 60 años abrió en Washington un restaurante de comida francesa. Allí se pueden ordenar deliciosos y exquisitos platillos franceses a un precio increíblemente bajo. Solo existe una condición: los clientes del restaurante deben recordar los buenos modales y tener una apariencia digna.
Para alcanzar su objetivo, aquellos individuos que se dedican a estafar como un medio de vida son capaces de emplear diversas estrategias. Van desde trucos meticulosamente planificados, hasta actuaciones monumentales que podrían engañar a más de uno. Eso es lo que sucedió en este caso, donde un hombre aprovechó sus habilidades de actuación para disfrutar de comidas gratis.
A veces, es difícil decidir entre aventurarse a explorar nuevas experiencias culinarias o seguir el sabio dicho “más vale bueno conocido que malo por conocer”, pues siempre existirá el 50 % de posibilidades de salir decepcionado. No obstante, estos usuarios son de los que viven bajo la filosofía de “quien tenga miedo a vivir, no nazca”. Gracias a ello, nos regalaron algunas anécdotas de sus peores experiencias en restaurantes de terror, y hoy te contamos algunas de ellas.
Antes, salir a comer o a cenar a un restaurante se consideraba un acontecimiento especial, para el que la gente se preparaba con antelación. Sin embargo, hoy en día, esto se ha convertido en algo habitual y, salvo algunas excepciones, no requiere un código de vestimenta ni un conocimiento profundo de la etiqueta. No obstante, conocer las normas de los buenos modales nunca está de más, al fin y al cabo, así no solo causarás una buena impresión a los demás, sino que también les mostrarás respeto. Teniendo esto en cuenta, hemos elaborado una lista de 10 cosas que debes evitar hacer en una cafetería o restaurante para no faltar a la etiqueta.
Los locales de comida rápida suelen atender a diario a una gran cantidad de clientes de todo tipo. Desde grupos de adolescentes hasta parejas, estudiantes o familias con varios hijos. Eso da lugar a que a veces se den situaciones de lo más extrañas, de esas tan surrealistas que te dejan los ojos como platos y preguntándote dónde estará la cámara oculta. Hoy algunos empleados de este tipo de locales nos van a contar lo más hilarante que vivieron estando en sus puestos de trabajo.
Muchas personas van a un restaurante buscando una experiencia culinaria como la de “chefcito” en Ratatouille, y se terminan topando con un sitio que lo único que tiene de similar a la película son las ratas. Afortunadamente, el sentido del humor endulza hasta la historia más ácida, y por eso te compartimos 19 historias de usuarios que fueron a comer y se quedaron con el estómago vacío, pero la cabeza llena de anécdotas.
Comer en un restaurante siempre trae consigo toda una experiencia de sabores y gustos. La cocina de esos lugares suele cargar un halo de misterio sobre lo que ocurre adentro y cómo se realiza la magia que luego entra al paladar del consumidor. Ciertos usuarios en redes sociales pudieron ver el detrás de escena de aquellos espacios, y descubrieron algunos secretos o vivencias poco comunes de lo que pasa ahí adentro entre cocineros, hornos y sartenes.
Un restaurante, una cafetería, una panadería o cualquier lugar que ofrezca servicios de comida... por más buenos que sean, tienen algo en común que no cambiará nunca: son también, y sobre todo, un negocio. Así que intentarán vendernos sus productos y sus conceptos a como dé lugar.
Cuando salimos a comer a un local de comida, generalmente solemos tener un experiencia agradable y común. Pero a veces, como comensales no llegamos a ver lo que ocurre detrás de la barra en un restaurante. Entonces el personal de cocina tiene que vivir estas situaciones y en muchas ocasiones tomárselas con humor.
A veces, comes un plato caro en un restaurante y piensas: “Nunca he probado nada más sabroso en mi vida”. Y luego, al pasar junto a las ventanas abiertas de una casa, hueles el aroma de algún plato casero e inmediatamente entiendes que ninguna de todas esas delicias de los restaurantes se puede comparar con la comida que amábamos en nuestra infancia.
Cuando vamos a un restaurante, siempre buscamos vivir una buena experiencia y probar comida rica. Para que podamos disfrutar de estos lugares existe un equipo de cocineros que trabajan arduamente con el fin de entregar un gran servicio a sus clientes. Pero tras las puertas de la cocina pasan muchas cosas que ni siquiera nos imaginamos.
Posiblemente todos los cocineros sueñan con recibir estrellas “Michelín”. Aunque los criterios para el otorgamiento de este premio están bajo secreto comercial, está claro que lo más importante, en un restaurante que pretende conseguir un lugar en esta clasificación popular, es que sirvan una comida deliciosa. Además, los cocineros no solo tratan de sorprender a sus comensales con platillos exquisitos, sino también con su servicio poco habitual.
Desde hace tiempo, visitar un restaurante o cafetería dejó de ser percibido como un acontecimiento único y solemne, como ir a la ópera, por ejemplo. En los establecimientos de comida, las personas llevan a cabo negociaciones, almuerzan todos los días, celebran cumpleaños o simplemente se reúnen con sus amigos. Los restaurantes se han convertido en parte habitual de nuestras vidas, pero algunas características de su funcionamiento siguen siendo un misterio para muchos.
¿Alguna vez entraste a un restaurante solo porque su nombre te llamó la atención? Resulta que hay varios locales que, además de vender deliciosos platillos y bebidas, tienen un nombre gancho, gracioso y original que no pasa inadvertido. Jurassic Pan, Chipotle Chillón, Taquero Mucho, y otros más, son algunos de los ejemplos dentro de esta lista.
Cuando vamos a un restaurante, lo que más queremos es que nos sirvan la comida en un plato. A pesar de ese deseo, hay muchísimos lugares que experimentan colocando los alimentos sobre objetos inesperados como una pala jardinera, rocas y cartones de huevo. Luego están los que no quieren esforzarse demasiado y ponen ensaladas dentro de las copas, aros de cebolla en embudos y fideos en un baúl de metal. Estos y más casos los experimentaron algunos usuarios de Reddit, con la esperanza de que, la próxima vez, puedan comer su platillo favorito sin pasar por incomodidades.
Cuando se trata de vivir una experiencia gastronómica extraordinaria, hay restaurantes que no decepcionan a sus comensales. Ya sea que busquen experimentar un concepto novedoso, probar comida muy original o cenar en una locación espectacular, estos lugares tienen todo lo que cualquier foodie podría soñar, ¡y más!
La palabra “etiqueta”, en el sentido moderno, apareció por primera vez en la corte del rey Luis XIV de Francia, cuando a los invitados se les entregaban tarjetas que indicaban cómo debían comportarse. Hoy en día, nuestro comportamiento no debe ser tan formal como en aquella época, pero saber cómo comer una hamburguesa o cómo quitar marca de lápiz labial de una copa puede ayudarte a evitar muchas situaciones embarazosas y a sentirte más seguro.
El 79 % de los milénicos afirma que le gusta probar platillos de diferentes naciones. En la actualidad, en cada ciudad de más de un millón de habitantes puedes encontrar decenas de establecimientos donde se ofertan alimentos de diferentes países, por lo que parece que no tiene sentido dirigirse a un lugar en concreto solo por este motivo. Pero no es así, en absoluto, ya que algunos restaurantes, cafeterías e incluso comedores son dignos de emprender un viaje solo para visitarlos.
El restaurante más caro en el mundo, que tiene una cuenta mínima de aproximadamente 1 500 euros por persona, se encuentra ubicado en la isla española de Ibiza. El establecimiento Sublimotion se especializa en cocina molecular, abre únicamente durante la temporada de verano y, en la recepción de comida, se presentan frente a los comensales ideas virtuales y reales. Por supuesto, echar un vistazo detrás del mostrador de tal establecimiento es muy complicado, pero saber cómo está organizada la “cocina” de prácticamente cualquier restaurante es posible.