20 Pruebas de que el primer sueldo ganado con esfuerzo es mucho más que un simple fajo de billetes

Historias
hace 1 año

Cuando éramos pequeños y nuestros padres no querían o no podían comprarnos el juguete que nos gustaba, probablemente soñábamos con tener el dinero para adquirirlo por nuestra cuenta. Poco a poco vamos creciendo y, finalmente, llega ese momento en el que tenemos un trabajo y recibimos nuestra primera paga. Pero los años y la experiencia de vida nos llevan a destinar esos billetes a otra cosa, que seguro tiene poco que ver con aquellos deseos de la infancia. Aquí reunimos una serie de historias en las que los lectores de Genial cuentan a qué destinaron su primer sueldo.

Si tuvieras que gastar tu primer sueldo en algo que anhelabas de pequeño, ¿qué te comprarías?

  • Con mi primer sueldo llevé a mi hijo de 4 añitos a una tienda departamental para que eligiera el juguete que él quisiera sin importar el precio. Buscó y buscó y al final eligió un peluche de “Jorge”, el hermanito de Peppa Pig, super pequeño. Al día de hoy, a sus 12 años, lo sigue conservando. © Danny Yebra / Facebook
  • Mis padres pedían fiado, dejaban toda su quincena. Con mi tercer sueldo fuimos al súper, compramos mercadería y así, de a poco, pudieron dejar de pedir fiado. © Sonia Alarcon / Facebook
  • Con el primer sueldo de toda mi vida, no recuerdo. Pero con el primero del trabajo en donde estoy compré croquetas para un refugio de perritos. Le pedí a Dios que me ayudara a conseguir trabajo y yo iba a ayudar un poco a los perritos. Y así lo cumplí y lo sigo haciendo porque me sigue yendo bien. © Dan Dan / Facebook
  • El 28/03/1979 Fue mi primer día de trabajo. Tenía 18 años recién cumplidos. 7.30 hs diarias con 45 minutos de almuerzo. Me ofrecieron trabajar 3 hs extras diarias. 60 hs mensuales que cumplí por los siguientes 36 meses y muchos más. Durante ese tiempo, en casa, siendo hija única y eternamente agradecida, avanzamos con las cloacas, red de gas natural, línea telefónica familiar, el primer carro, terminar el frente de nuestra casa, cenas, paseos, y agradecida por los hermosos papis que me acompañaron SIEMPRE. © Adri Cinelli / Facebook
  • Con mi primer sueldo llevé pollo a la brasa a mi casa para compartir, y luego salí sola con mi hijita a pasear y le dije que escogiera algo que le guste. Escogió un par de zapatillas. También pagué a quien me había prestado para comprarme un par de sastres para mi primer trabajo. Me alegra recordarlo. Pasamos cosas no muy bonitas antes de trabajar, pero siempre nos mantuvimos juntas. No hay duda de que amo mi trabajo y ahora mi hija es mi colega. © Tani Zuñiga / Facebook
  • En 1955, a los 17 años, con mi primer sueldo le compré a mamá un lavarropas. Con eso le evitaba tener que lavar la ropa a mano, o gastar en lavandería. Hoy día sería un regalo criticado, pues significa “trabajo” para la persona que lo recibe. En mi época era un gran alivio para amas de casa como mi madre, que además de hacer toda la limpieza, lavar la ropa, planchar, trabajaba de modista para ganarse unos pesos. © Miguel Angel Dorfeo / Facebook
  • Con mi primer sueldo pagué la renta de una casa para vivir con mi familia y desde entonces dejamos de vivir separados. Por un momento me sentí como mamá gallina acogiendo sus polluelos, en ese entonces solo tenía 18 años. © Dora Ramirez Ortiz / Facebook
  • Mi abuelita siempre decía que quería una cazuela grandota para cuando fuera toda la familia. Así no tenía que batallar para donde cocinar, y pues, obviamente, con mi primer salario se la compré. Su cara de felicidad no la voy a olvidar nunca. © Jennifer Alonso / Facebook
  • Con mi primer sueldo le compré el vestido más bonito a mi mamá, que aún lo conserva. Eso se siente gratificante, no hay manera de retribuirle todo lo que me da, me falta vida para eso, madre solo hay una y ese amor es incondicional. © Alondra Amy Boc / Facebook
  • Con mi primer sueldo, llevé arroz con leche a un hospital y todos quedaron agradecidos. También fue mi primera impresión de ver tanta gente con una sonrisa y decidí seguir dando. © Paulina Rios / Facebook
  • Unimos mi sueldo con el de mi hermano mayor y llevamos a mi mami y hermanos a hacer compras en el supermercado, fue la primera vez que llenamos un carrito con cosas que durante mucho tiempo queríamos comprar pero por la economía de mi hogar no lo podíamos hacer. Fue tan gratificante ver la carita de alegría de mi mami y mis hermanos menores. © Amparo Alegría / Facebook
  • Salí corriendo a comprarle a mis hermanos los muñecos de He Man. Éramos muy pobres, mi mamá casi me mata. Era muy chica y pensé más en la alegría de que tengan sus muñecos (cosa que mi mamá no podía comprarnos) que en un par de zapatillas. © Mariana Baldomir / Facebook
  • Con mi primer sueldo le di una parte a mi mamá e invité a mi familia a cenar a un restaurante para darles las gracias por el apoyo y para compartir la bonanza del trabajo. © Berenice Montserrath MenPach / Facebook
  • Cuando cobré mi primera semana de trabajo, compré un arbolito de navidad para mis hermanos más chicos. Nunca habíamos tenido uno en casa. Mi hermano el menor lloraba mientras lo armábamos. Nunca me voy a olvidar de ese momento. © Natalia Tita / Facebook
  • Me compré un vestido marrón. Ahora lo veo HORRIBLE, en ese momento era el más hermoso. © Mariana Marianita / Facebook
  • Yo era muy joven, 19 años. Con mi primer sueldo me compré un bebote, porque nunca había tenido un muñeco, al que le puse de nombre Juan José. Y a los 30 años me casé con mi actual marido, que se llama como aquel muñeco que un día compré. Hoy tengo 69 y estamos juntos con 2 hijas, sus parejas y nietos. Felices. Y agradecida por todo en esta vida. © Yolanda Conti / Facebook
Imagen de portada Danny Yebra / Facebook

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