20+ Reglas de etiqueta en el transporte público que todos los pasajeros educados deben recordar (Y tú, ¿lees correctamente el periódico en el metro?)

Consejos
hace 4 años

A todo niño le enseñan modales básicos: ceder el paso a las personas mayores, no hacer ruido, respetar el espacio de los demás. Pero muchos, una vez alcanzada la edad adulta, parecen olvidarse por completo de las reglas de conducta en el transporte público. Por su violación, no son multados ni demandados. El castigo acaba siendo una mirada de reproche o la observación de algún vecino de asiento.

Genial.guru preparó para ti una selección de reglas de etiqueta en el transporte público. Verifica si de repente infringes algunas de ellas.

  • No demores la cola. La recomendación es especialmente relevante para los medios de transporte que suponen la verificación de la identidad y los documentos: trenes, autobuses internacionales, aviones. Ten a mano los documentos necesarios con antelación (seguro médico, pasaporte o documento de identidad). Así, al llegar el momento X, no irrites a los que están en la cola con la típica frase “dónde se habrá metido, si lo he visto”. En el aeropuerto, quítate el reloj, el cinturón y los zapatos de suela alta con anticipación. A tiempo, pasa tus cosas necesarias, dividiéndolas en equipaje de mano y para facturación. De este modo, la subida a bordo será mucho más rápida y cómoda.
  • Prepara por adelantado las cosas que necesitas durante el viaje: refrigerios, dispositivos electrónicos, documentos, dinero, un libro y similares. Así no tendrás que molestar a los pasajeros del “vecindario”, obligándolos a levantarse durante el trayecto.
  • No te olvides de que otros pasajeros también tienen sus pertenencias personales. Los fabricantes de aviones y autobuses de larga distancia, con el fin de ahorrar costes, reducen el espacio asignado para el equipaje. Mientras que este mismo, para un viaje de larga distancia, suele ser bastante voluminoso. Si tienes varias maletas, ubícalas verticalmente en el estante para equipaje, de modo que ocupen menos espacio. Asegúrate de que haya espacio libre para las cosas de otros pasajeros. De lo contrario, traslada parte de tus pertenencias a debajo del asiento.
  • Ofreciendo tu ayuda con el equipaje a la persona vecina, no solo conseguirás mejorar la energía en el ambiente, sino que también reducirás significativamente el tiempo de embarque de los pasajeros. No vale la pena mencionar que es un deber de cualquier persona que se respete ayudar a los mayores, a las mujeres embarazadas, padres con bebés y personas que sufren de algún tipo de discapacidad.
  • Al subir al transporte público, quítate las mochilas y bolsos voluminosos de los hombros. Es mejor ubicarlos delante de ti. Además, de esta manera, tendrás a la vista tus pertenencias, evitando un posible robo.
  • Pintarte, peinarte o recogerte el cabello, así como corregir el maquillaje en el transporte público no está bien visto. Parece que algunas mujeres se han tomado demasiado en serio la recomendación de broma de que maquillarte en el camino hacia el trabajo ayuda a ahorrar tiempo. O bien no se han dado cuenta de que hablaban de su propio automóvil. Si prefieres perfumes de fuerte olor, échatelo una vez hayas abandonado el transporte público.
  • Deseando ayudar a subir al transporte público a un desconocido (especialmente, a una persona que sufre de alguna discapacidad), no te olvides de preguntarle si lo necesita. Tal vez, esté más cómodo y seguro haciéndolo por su cuenta.
  • Evalúa con realismo las posibilidades de tu hijo. Por supuesto, a una madre con un bebé en sus brazos, hay que cederle necesariamente, el asiento. Pero un niño de cinco años es capaz de resistir un viaje de 20 minutos de pie. La imagen con un niño de 12 años, sentado en los brazos de una madre es, cuanto menos, extraña.
  • Enséñales a tus hijos las reglas de etiqueta para no tener que corregirles cada minuto en el vagón del metro (o, lo que es peor, recibir comentarios groseros de vecinos de viaje irritados). Vigila los pies del niño para que no manche a los demás. Enséñales a mantenerse en silencio si el pequeño pasajero ya es lo suficientemente mayor e inteligente para entender cómo comportarse en un lugar público.

  • Muestra predisposición a ceder el asiento. No se trata de renunciar a un asiento cómodo en el tren que reservaste con anticipación a favor de una persona que no cuidó su comodidad y compró un boleto en el último momento. Pero si viajas solo y los miembros de una familia no han tenido la suerte de estar juntos, proponles cambiar los asientos contigo.
  • Renuncia a la comida con fuertes olores: filetes y tortillas en el tren envueltos en papel de periódico se han convertido, desde hace mucho, en una leyenda. En la lista de productos desagradables para los demás encontramos los ahumados, sándwiches con pescado enlatado (atún, sardinas), col estofada y fermentada. La comida rápida, por cierto, también tiene un olor notorio. En vez de esto, lo ideal es abastecerse de frutas y frutos secos, nueces, yogur o galletas.
  • Abstenerse de provocar ruidos fuertes que puedan molestar a los demás: tonos de llamada de un teléfono sonando cada dos minutos, una película en la tableta, música en el reproductor, conversaciones en voz alta (con un vecino o por teléfono). Utiliza auriculares.
  • Del transporte elegido, dependerá si consigues dormir en el camino, o no. Por ejemplo, en el metro, difícilmente, lo podrás hacer. Además, en el vagón pueden entrar personas a las que hará falta ceder el asiento. En los trenes, autobuses y aviones, por regla general, se puede dormir, inclinar el asiento, pero debido a la falta de espacio, los pasajeros de los asientos traseros pueden pedirte que no lo hagas. En este caso, un cojín ortopédico te salvará, lo que te permitirá descansar bien sin molestar a tus vecinos.
  • En la época de lluvias se vuelve aún más apretado viajar en transporte público: aparte de los bolsos, cada pasajero se ve obligado a llevar consigo un paraguas. No te olvides de abrir, cerrar o sacudirlo a una distancia prudente del resto de personas. En el transporte, mantenlo cerrado. Para no salpicar ni manchar de agua a ti mismo y a tus vecinos, bájalo.
  • No se recomiendan las muestras de afecto al viajar en transporte público. Cuida de la sensibilidad de los ancianos y solteros. Además, no te olvides de las reglas de comportamiento en lugares públicos.

  • Las personas se apresuran a subir al transporte, pero todavía más cuando tienen que abandonarlo. Aquí se aplican las mismas reglas. Ayuda a quienes más lo necesitan: embarazadas, ancianos y personas con algún problema de movilidad. Y deja pasar a aquellos que corren como si todo estuviera en llamas: tal vez, realmente, algo arde en su interior. Además, quedarte entre la multitud frente a las puertas de salida es un placer dudoso, no valen la pena los tres minutos ahorrados.
  • La regla de oro en una escalera mecánica: de pie, detenido, a la derecha; adelantar, siempre por la izquierda.
  • No intentes ocupar el espacio de otro. En viajes, especialmente largos, los pasajeros, a menudo, notan una falta de espacio: un solo apoyabrazos para dos asientos, estos, además, ubicados demasiado cerca. Asegúrate de que tú y tus pertenencias no molestan al resto de pasajeros. No estires las piernas, tocando a las personas sentadas frente a ti, no coloques el equipaje, para tu comodidad, entre los asientos o debajo de los pies de tu vecino.
  • Está bien visto tener periódicos y revistas grandes en una posición doblada para no molestar a los otros pasajeros.
  • Por muy fascinante que sea el libro, el periódico del vecino, su ropa o su rostro, es indecente mirarlo.

¿Con qué reglas de conducta infringidas en el transporte público te topas con más frecuencia? ¿Cómo reaccionas ante ellas? ¿Haces comentarios o prefieres guardar silencio?

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