Un millonario de Australia inspiró a miles de personas en todo el mundo con lo que hizo después de recibir un terrible diagnóstico
Ali Banat es un hombre a quien muchos siguen asociando con una increíble historia que inspiró a miles de corazones en todo el mundo. Una verdadera tragedia no logró quebrar su espíritu, sino que lo motivó a hacer buenas obras, a las que dedicó el resto de su vida.
Genial.guru está convencido de que todos deben conocer las acciones que realizó este joven.
Ali Banat era un rico hombre de negocios de 32 años de Australia, para quien todas las puertas siempre estuvieron abiertas. Lo tenía todo: juventud, dinero, conexiones. El chico gastaba enormes cantidades de dinero en una vida lujosa, diversiones y pasatiempos.
Pero la vida de este hombre rico cambió drásticamente en un segundo cuando, en otoño de 2015, se enteró de su diagnóstico. Los médicos le dijeron a Ali que tenía una forma grave de cáncer. No había posibilidad de tratamiento, ya que la enfermedad había llegado al grado IV.
Después de que los médicos le dijeran que le quedaban pocos meses de vida, Ali repensó su existencia: el interminable gasto de dinero terminó, se dio cuenta de que no podía continuar así. Una vez dijo: "El dinero es lo último en lo que piensas cuando te enteras de que estás enfermo o que te queda muy poco tiempo".
Ali vendió todas sus empresas, propiedades y autos, y en octubre del mismo año creó la fundación benéfica Muslims Around the World ("Musulmanes en todo el mundo"), a donde transfirió todo su dinero.
Tras prometerse a sí mismo pasar sus últimos días ayudando a la gente, el millonario se dedicó a la caridad: visitó cerca de 100 países con objetivos humanitarios, abrió varias docenas de centros de ayuda a los pobres, construyó un albergue para huérfanos, abrió nuevas escuelas y hospitales, y financió excavaciones de pozos para los pueblos que sufrían de escasez de agua potable.
En lugar de los 7 meses prometidos por los médicos, Ali vivió casi 3 años más. Los amigos de Banat creen que la vida le dio ese regalo por todas las obras buenas que cometió. En tanto, el millonario estaba feliz con los cambios internos que le sucedieron, y llamaba a su enfermedad un regalo divino.
En los días que pasaba en el hospital, el joven hacía los llamados videos conversacionales y los publicaba en Internet. La última grabación, en la que Ali nos pide a todos tener un propósito en la vida y hacer buenas obras mientras podamos, se esparció con una velocidad récord.
En mayo de este año, miles de personas desconocidas para él, profundamente conmovidas y emocionadas por la historia de su vida, vinieron a acompañarlo en su último camino. Porque la vida de Ali Banat sirve como otra prueba de que, aun estando en un callejón sin salida, una persona siempre tiene dos opciones: rendirse o continuar su viaje, inspirando a todos con su ejemplo.