Cómo sobrevivir a la adolescencia de tu hijo

Si hay algo peor que pasar por la adolescencia, es tener que soportar la de tu hijo. Genial.guru te muestra no solo cómo sobrellevarla, sino cómo hacer de ésta una etapa llena de oportunidades para estrechar los vínculos con la persona que más amas en la vida.

• No trates de cambiar su mundo

La adolescencia es una etapa compleja y decisiva para el desarrollo de los seres humanos. La principal característica de este momento de la vida es la búsqueda de la identidad propia. Durante la infancia seguimos a nuestros padres, nos adaptamos a sus rutinas y aceptamos su forma de ver el mundo. Eso nos da límites claros y nos permite crecer tranquilos y felices. Sin embargo, llega un punto en que sentimos la necesidad de crear un mundo propio. Es natural que tu hijo explore opciones y cambie su manera de ver la vida. Seguramente ya no aceptará todo lo que le dices y eso es un signo de que va por buen camino. No te asustes, solo está atravesando por un momento en que su mente le exige ser crítico y pensar por sí mismo. Es saludable que comience a tener sus propias opiniones y gustos, déjalo, no cambies su mundo por el tuyo. En este momento lo más amoroso que puedes hacer es permitirle que construya su universo, que cambie de peinado tantas veces como se le antoje, que se haga ese piercing del que tanto habla, que se vista de negro o de colores estridentes… No intentes comprender todo lo que hace, simplemente respeta sus decisiones. 

• Permítele cuestionar

Como parte de esa búsqueda de identidad, él comenzará a cuestionar todas las normas y parámetros que rigen su vida. Intentará ir en contra de lo que dices, e incluso es posible que se muestre rebelde y quiera ir contra corriente solo para no ceder. Es normal, y aunque te sorprenda, también es algo saludable. Si tratas, a toda costa, que él acepte y obedezca todo lo que dices, le harás daño. Tendrá dos opciones: rebelarse todavía más y salirse de control, o reprimirse y no vivir esa exploración de los límites que es tan importante para su desarrollo actual. Déjalo que cuestione tus opiniones, permítele no estar de acuerdo y expresar disgusto, a su cerebro le hace bien sentir que se está convirtiendo en adulto y puede tener sus propios pensamientos y actitudes.

• Haz acuerdos claros, cumple y exige

Aprovecha esa capacidad crítica que él está desarrollando. Siéntate y haz nuevos acuerdos de convivencia donde él exprese lo que le parece importante y lo que quiere. Así le darás la oportunidad de participar de la construcción de las normas de la casa y se sentirá comprometido y respetado. Cumple tu parte de estos acuerdos, esa es la mejor manera de poder exigirle y reprenderlo cuando él no haga lo suyo. Si haces esto, le estarás enseñando a ser coherente y responsable.

• No hay libertad sin responsabilidad

Este es el momento perfecto para que él entienda que todas las libertades implican una responsabilidad. Ser libre no es hacer lo que quieres, es asumir las consecuencias de las decisiones que tomas. Hazle saber esto. Aprovecha las ganas que tiene de ir a esa fiesta para retarlo. Si quiere ir, tendrá que demostrar que es autónomo y responsable. Si no cumple con los acuerdos que hayan pactado, simplemente no está listo.

• No entres en su espacio personal sin ser invitado

Es importante que hagas un pequeño duelo y sepas que tu hijo ya no te pertenece como antes, que sus intereses están en otra parte y que su mundo interior es un enorme lugar al que no tienes acceso ilimitado. Si intentas controlarlo, sabes exactamente qué piensa y qué hace, solo conseguirás alejarlo. Tal vez comenzará a mentir para que lo dejes en paz. El control en exceso es contraproducente. Acércate a él cuando te lo permita y dale su espacio cuando te lo pida. Nada grave le está pasando, es solo la adolescencia que transita por sus venas. Un día saldrá de esto fortalecido y será un joven adulto con una identidad propia y una autoestima sólida.

Foto de portada: Pexels

También podría gustarte:
 5 argumentos por los que no vale tener siempre un 5 en las calificaciones