15 Entrevistas cuyo final no podría predecir ni un oráculo griego

hace 2 meses

Todos los que han tenido una entrevista de trabajo al menos una vez en su vida saben que nos puede aguardar cualquier sorpresa en el proceso. Estamos preparados para diversas pruebas, preguntas capciosas y un molesto interés por parte del departamento de seguridad. Pero a veces los entrevistadores recurren a tales trucos que uno se siente tentado de buscar una cámara oculta en la oficina o de averiguar si se está grabando la conversación para poder emitirla luego en un programa de humor. Sin embargo, seamos sinceros, los solicitantes de empleo también pueden portarse de manera poco habitual.

  • Estaba en una entrevista para el trabajo de mis sueños. Decidí intentarlo, aunque sabía que no tenía muchas posibilidades. No tenía experiencia laboral en esa especialidad: me había reciclado hacía poco, recién salida de la baja por maternidad, y, al parecer, a primera vista no le caí bien a la futura jefa. De repente, el jefe de otro departamento entró en su despacho por unos asuntos, me vio, me saludó como a una vieja conocida, dijo que se alegraba de verme. Lo saludé por si acaso, aunque no lo reconocí. Entonces la jefa que me entrevistaba dijo: “Bueno, como te conoce, lo tomaremos como una recomendación. Te esperamos a primeros de mes”. Rara vez me cruzaba con él: trabajábamos en edificios diferentes. Cuando estaba a punto de terminar mi periodo de prueba, descubrí que él había estudiado con mi hermana y me confundió con ella; en realidad somos muy parecidas. Fue una gran suerte. Hasta entonces solo me confundían con ella cuando en mi infancia me regañaban por algo que había hecho mi hermana...
  • Encontré una vacante de vendedor en un anuncio del periódico, llamé y me invitaron. Llegué, era un edificio de una antigua guardería. Subí, me recibió un tipo, me entrevistó, me dijo algo, luego me dio un cuestionario y añadió: “Después de rellenarlo, ve al despacho del director, quiere hablar contigo”. De acuerdo, lo rellené, fui, abrí la puerta y, de repente, allí estaba el mismo tipo. No entendía qué estaba pasando, me quedé allí con los ojos abiertos de par en par. Y me dijo tranquilamente que acababan de abrir, que trabajaba allí haciendo las entrevistas y que también era el director. Estaba sentado allí muy orgulloso y muy satisfecho de sí mismo. Y luego me contó lo genial que era su empresa y que era posible ganar 1000 dólares al mes. El trabajo consistía en visitar centros comerciales con algún tipo de ollas, tratando de venderlas. Me levanté, me despedí y me fui.
  • Me estaban entrevistando para unas prácticas como informático. La primera pregunta para la que debía estar preparado era: “Háblame de ti”. Y yo, muy inteligentemente, terminé mi respuesta diciendo: “Y no soy tan buen informático como me gustaría ser”. El entrevistador me dijo: “No te subestimes”. Debería haberme callado y esperado a las siguientes preguntas, pero respondí inmediatamente: “Uno tiene que afrontar la realidad”. Parecía que en realidad yo no quería hacer estas prácticas. © Jainesh Doshi / Quora
  • Era una joven especialista recién licenciada. Me entrevistaba una directora que parecía un tiburón de carrera profesional. Me sentí confusa ante su presión y, cuando me preguntó cuántos años tenía, respondí sinceramente: “Veintiuno”. Pero entonces me vino a la cabeza la idea de que eso no era respetable y añadí con más sinceridad aún: “y medio”. Por extraño que parezca, me aceptaron.
  • El otro día estaba en una entrevista de trabajo y tuve un diálogo genial. El empleador me preguntó: “¿Tienes hijos?”. Le contesté que no. Él: “¿Entonces necesitarás pronto una baja por maternidad?”. Le respondí que nunca. Y me dijo: “Nunca es malo”. Me quedé realmente sorprendida, porque pensaba que yo era una empleada valiosa a la que no hacía falta firmar una baja por maternidad, ni pagar todo ese tiempo, ni buscar sustituta. Le pregunté: “¿Por qué es malo? ¿No soy una empleada ideal?”. Y mi interlocutor me contestó filosóficamente: “Cada empleado debe ser feliz”. Le dije que era feliz, y él me objetó: “Una mujer sin hijos no puede ser feliz. Y mi esposa no estaría de acuerdo con tu postura”.
  • Tuve una entrevista en una joyería para el puesto de recepcionista. Pensaba que el trabajo consistiría en conocer gente, atender correos y llamadas y concertar citas. Todo iba genial hasta que me llevaron a una habitación, me dieron un papel y un lápiz y me dijeron: “Dibuja un collar en 3 minutos”. Soy abstraccionista, así que hice lo que pude. Incluso me dejé llevar, ideando algo que pareciera clásico e inesperado al mismo tiempo. Al cabo de unos minutos, el entrevistador volvió, agarró mi papel, frunció el ceño y me echó. © lil_ho_on_da_prairie / Reddit
  • Trabajaba como reclutadora, buscando una ayudante de dirección: una chica con buena educación, conocimiento de idiomas y ambición. El dinero que se ofrecía era poco, la ubicación de la oficina dejaba mucho que desear. El director era muy quisquilloso: una chica le parecía poco atractiva, otra era interesante, pero tarde o temprano se casaría y daría a luz, esa volvía de su baja por maternidad, por lo que tendría bajas cuando su hijo se quedara malo. Y esta tenía un hijo un poco mayor, por lo que iría a por otro. “¿Quieren que contraten esa? ¿Están locos? ¡Pero si es una Tauro!”. Todavía no hemos encontrado a nadie. Y nos montó una bronca porque “no sentimos el aura de la vacante”.
  • Estoy buscando trabajo sin prisa. Trabajé como un burro en el último puesto y aún tengo el dinero. Me interesó una empresa. Les escribí, les conté que tenía tal y tal experiencia y pregunté si necesitaban empleados. Me contestaron: “¿En qué condiciones?”. ¿Cómo que en qué condiciones? Usted me paga el sueldo y yo trabajo. Después de esta frase se negaron por alguna razón.
  • Estaba haciendo una entrevista para el puesto de director de oficina de correos. Ya trabajé antes en el mismo puesto. Me hicieron las preguntas habituales y me pareció que todo iba bien. Y entonces el entrevistador me dijo: “Oigo demasiado ‘yo’ de ti. Pero estamos hablando de un equipo, no de un individuo”. ¿Cómo? ¿Es una entrevista de trabajo y no te gusta que responda a las preguntas que me hiciste específicamente sobre mí, hablando de mí mismo? ¿Qué lógica tiene eso? © ArmyOfDog / Reddit
  • En la entrevista, todo iba bien con el empleador hasta que le pregunté por el sueldo: cómo se calculaba el bono, cuál era el salario, cómo se pagaba, etcétera. En lugar de responder, me preguntó, en tono indignado y de reproche: “¿Trabajas solo por dinero?”. Me quedé algo confuso y le contesté: “Sí”. Me dijeron: “Ya te llamaremos”. Nunca respondieron a la pregunta ni me volvieron a llamar.
  • Tuve una entrevista, todo iba bien hasta que entró una empleada de RRHH y me espetó: “Sé que te despidieron de X empresa. ¿Por qué finges que sigues trabajando allí?”. Le contesté: “Porque sigo trabajando allí, no me despidieron”. La empleada: “Entonces, ¿estás mintiendo tú o me ha mentido tu empresa?”. Le dije: “Bueno, cada uno tiene su propia visión de la situación”. Ella: “Conociendo tu situación económica, te haremos una oferta, pero con un sueldo inferior al que quieres, ya que no te queda otra opción”. Bueno, simplemente... ¡genial! ooo-ooo-ooo-oooyea / Reddit
  • Me entrevistaban para un puesto de mercadotecnia en una conocida empresa. Había 4 fases de selección, y yo y otra mujer llegamos a la fase final. Yo no confiaba al 100% en mis capacidades, ella tenía más experiencia y un currículum que era difícil no envidiar. Ya me había resignado mentalmente a que ella conseguiría el puesto. Y tenía razón, el jefe del departamento nos reunió y nos anunció que habían elegido a mi competidora. Estaba a punto de darle las gracias y marcharme. Pero la mujer dijo de repente: “He cambiado de opinión. He visto que tengo que desplazarme con tres traslados. Prefiero buscar algo más cerca de mi casa”. Me contrataron a mí. Menos mal que no soy exigente.
  • Había un tipo en mi trabajo que no aceptaba un no por respuesta. A pesar de que en nuestra pequeña ciudad todo el mundo sabía que yo llevaba tres años con otra persona, les decía a todos que estábamos saliendo y que cuando nos casáramos tomaría mi apellido y se llamaría Fernando Fernández. Aproximadamente un año después, fui a una entrevista de trabajo y la empleada de RRHH, a la que veía por primera vez, me dijo que mi cara le resultaba familiar. Se puso los lentes y me dijo: “Ah, conoces a mi hijo Fernando”. Le dije: “¿Fernando Moreno?”. “No, Fernando Gómez. Y tú eres la golfa que intentó engañar a su novio con él”. Ni siquiera discutí con ella: simplemente me levanté y me fui. © Samantha Kannan / Quora
  • Llamé por un puesto de trabajo: “Hola, soy fulanito, les he enviado mi CV, quiero asegurarme de que les ha llegado”. Me dijeron: “Vamos a ver”. Y entonces el interlocutor tapó el micrófono con la mano, pero pude oírlo todo, y preguntó: “Elena, ¿has visto tal CV?”. Elena dijo que no. El interlocutor me dijo: “Sí, lo hemos visto, te han rechazado”.
  • Quería trabajar en una gran empresa, pero había varias fases de entrevistas y pruebas, porque no contratan a cualquiera. Pensé, vale, voy a intentarlo, a ver si consigo algo. Me llevó algo más de una semana llegar a la última fase: la entrevista con el director general. Me estaba haciendo preguntas, y yo, sin haber dormido lo suficiente, le respondía en piloto automático, imaginando cómo iba a descansar en casa, porque ya no quería trabajar allí ni en ningún otro sitio. Y entonces salió la pregunta del millón: “¿Por qué deberíamos elegirte a ti?”. De alguna manera incluso me enfadé y no me di cuenta de cómo le dije en respuesta: “Porque ustedes a todos sus empleados cada semana les pagan una sesión con un psicólogo, y yo necesito mucho a este especialista”. Salí de allí y ni siquiera pensé si me contratarían o no. Imagínense mi sorpresa cuando por la noche recibí una llamada telefónica en la que me informaban de que me habían aceptado.

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