20+ Personas que no pueden vivir sin aventuras siquiera en el aire

Historias
Hace 1 semana

Lo principal en un vuelo es, por supuesto, la seguridad y la llegada a tiempo. La comida, una temperatura agradable en la cabina y unos compañeros de viaje agradables son un plus. Pero a veces ocurren historias a bordo que recuerdas mucho después de salir a la ciudad.

  • Compré un asiento junto a la ventanilla. Pero al entrar al avión, me lo tacharon en silencio y me indicaron otro. Traté de defender mi derecho, pero los asistentes de vuelo dijeron que me sentara en el nuevo asiento y que no creara una fila. Toda la gente en el avión me miraba como a una sinvergüenza que retrasa la salida. ¡Y la gracia estaba en que quien se sentó en mi lugar simplemente lo había pagado en el mostrador de facturación! Al final, me sentaron junto a la ventanilla, pero en la parte trasera, cerca del baño, y los compartimientos superiores ya estaban llenos. ¡Además tuve que soportar la negatividad de los pasajeros!
  • Volaba con mi familia a Atenas. Era un vuelo diurno de 3 horas. En la cabina se reunió una variopinta compañía: a la derecha lloraba un bebé; un poco más allá, en diagonal, una chica veía en su laptop una película de acción, sin auriculares, a todo volumen; en algún lugar de la parte de atrás estaban sentados unos italianos que discutían algo con bastante energía; detrás de mí, una niña de 4 años no paraba de dar patadas al asiento. Así íbamos volando. Era de día, había mucha luz, los tres estábamos riéndonos y resolviendo rompecabezas: mi hijo, mi marido y yo. Y entonces viene el auxiliar de vuelo y me dice que una chica de unos 20 años delante de mí se quejó de nosotros, que le molestamos para dormir. Me quedé de piedra, ¡no tenía nada que decir! © Stanislava Lavrenova / Facebook
  • Volé al extranjero por primera vez, y debo admitir que mis padres me ayudaron a hacer las maletas. Mi madre puso mucha comida. Como resultado, tenía un sobrepeso de 4 kg y en el aeropuerto me dijeron que tenía que deshacerme de 2 kilos. Era una pena tirar la comida, así que decidí reducir el peso de la siguiente manera: saqué toda la ropa y me la puse encima. Así que me quedé con dos playeras, tres camisas, una chaqueta de cuero, y abajo, unos pantalones deportivos y unos jeans al mismo tiempo. Mientras me vestía, la gente a mi alrededor se reía, pero no me importaba. Al final el peso estaba dentro de la norma y me dejaron pasar. © Krishnakumar Shetti / Quora
  • Fue hace unos 30 años, pero lo recuerdo como si fuera ayer. Estaba sentada en el segundo salón del pasillo, en segunda fila. Había un hombre sentado delante de mí. Se quedó dormido y estiró la pierna hacia el pasillo. Una azafata salió de detrás de la cortina con una bandeja de pasteles, tropezó con la pierna del hombre y se cayó. La bandeja salió volando hacia mí. Menos mal que los pasteles no tenían crema: eran galletas grandes con nueces. La azafata se levantó, empezó a recoger los pasteles de mi cuerpo y a discutir con el hombre, que este no entendía nada, porque acababa de despertarse. Naturalmente, nadie me pidió disculpas. Podría haber pensado que me lo había imaginado, pero mi elegante suéter de moda estaba cubierto de nueces.
  • Mi hijo soltó una perla. Estábamos despegando, el avión temblaba, todos los pasajeros se quedaron en silencio: estaban preparándose mentalmente para el vuelo. Acabamos de despegar, había silencio en la cabina, solo se oían los motores. Y entonces una fina voz de niño dice claramente: "Ahora nos vamos a caer todos, ¿no?". Una risa muy nerviosa recorrió el avión.
  • Iba en un avión con mi exnovio. Y entonces el piloto anuncia por megafonía que el hombre del asiento tal tiene una emergencia. En ese momento, mi ex se arrodilla delante de mí, con una caja con un anillo adentro. Dice probablemente algo muy romántico, pero no oigo nada por encima del ruido del motor. Veo que me pregunta algo, pero no oigo qué. Entonces repite impaciente: "Bueno, ¿vas a decir que sí?". Y yo digo: "Ya veremos". Nadie oyó nada, pero la gente empezó a aplaudir. Me puso el anillo en el dedo, con lágrimas de felicidad y todo. Y al día siguiente me dejó. © Consistent-Pound572 / Reddit
  • Volábamos de noche. Había una niña de unos 4 años chillando durante una hora en la cabina. Los padres se quedaron sentados e hicieron como si no estuvieran allí. Finalmente una mujer no pudo soportarlo y preguntó: "¿Van a hacer algo al respecto? Nos quedan aún 3 horas más de vuelo". A lo que recibió una respuesta indiferente: "Ya gritará y se calmará, esperaremos". Después de esta mujer, yo también exigí que los padres tomaran medidas. Y funcionó.
  • Trabajo en el aeropuerto. Un pasajero vino corriendo a facturar. Dijo que era su tercer intento de volar: un vuelo había sido cancelado, otro, aplazado. Entonces - ¡zas! - ambas computadoras se quedaron colgadas y el autobús con pasajeros se fue sin él. Tomó el segundo. Cuando subió al avión, se apagaron las luces. Pero lo arreglaron, y el avión despegó. Sin embargo, unos 20 minutos después, el vuelo regresó. Todo porque se agrietó un cristal de la cabina.
  • A mi lado se sentó un chico de unos 20 años con una bolsa, de las que suelen llevar los repartidores de comida. La abrió y adentro había cinco pizzas. Le pregunté: "¿Por qué necesitas tantas?". Y me contestó: "Es un vuelo largo, las vendo a 5 dólares el trozo". Despegamos y el olor a pizza se extendió por la cabina. La gente empezó a comprarla. Cuando llegamos, el tipo prácticamente había amortizado el costo del vuelo vendiendo pizza. © Thomas Barnidge / Quora
  • Estábamos en un avión. Había una niña sentada detrás de mí, diciéndole a su padre que se le había caído un diente y lo había perdido, y su padre intentaba encontrarlo con toda la frustración de la que era capaz. Y entonces el chico que estaba sentado a mi lado dijo: "Oye, niña, he oído que si pierdes un diente en un avión, el Ratoncito Pérez te dará 50 dólares". A lo que su padre dijo: "Oye, mira cariño, ¡el Ratoncito Pérez está volando en el avión justo a nuestro lado!". © monkeysolo69420 / Reddit
  • Iban a ser 15 horas de vuelo. Pensé que dormiría, pero no. Detrás de mi marido y de mí se sentaba una familia con un niño de unos tres años. Al principio este pateaba nuestros asientos, me agarraba del cabello, tiraba algunos papeles. Comprendimos que viajar con niños no es fácil, así que guardamos silencio. Y cuando el inquieto niño se durmió, decidí que yo también podía descansar. Recliné el asiento y estaba a punto de dormirme cuando la madre del niño me dio una palmada en el hombro y me dijo: "¡Vamos, sube el respaldo, que no estoy cómoda!". Pero no le hice caso. Toleramos a su hijo... y ella nos tolerará a nosotros. © mngirl2465 / Reddit
  • Llegué al aeropuerto. En el mostrador de facturación me dijeron que tenían overbooking, que tendría que esperar. Al final no me dejaron embarcar. En el mostrador de la aerolínea me dijeron que la denegación de vuelo no estaba justificada, y me ofrecieron como compensación 200 dólares (esta cantidad incluía una cena, una noche en un hotel y la reserva de billetes para el vuelo del día siguiente). Yo objeté que la indemnización por denegación de embarque era de 400 dólares y me los dieron. Comí en un hotel cercano, pasé la tarde y la noche en Oslo, pasé la noche en el hotel del aeropuerto, desayuné y facturé para mi vuelo. Una vez más no conseguí asiento, ¡ni tampoco otros dos pasajeros! Pero poco antes de que cerrasen la facturación, me llamaron al mostrador y me dieron un billete de clase Business. Era mi primer vuelo en clase Business. © Mike Eisler / Quora
  • Mientras volaba en el avión, una mujer a mi lado no paraba de hablarme sobre el barco de su nuevo novio. Hice un par de gestos de cortesía y me puse los auriculares para escuchar música. Pero la señora no se calmó. Al cabo de un minuto, me quitó el auricular de la oreja y dijo: "¡No he terminado!". © _joeBone_ / Reddit
  • Entramos en la cabina del avión, y en uno de nuestros asientos junto a la ventanilla se sienta una señora de unos 45 años. Le preguntamos amablemente qué derecho tiene a estar aquí. Con un suspiro de reina en el exilio contesta: "Soy una gran vecina, me sentaré tranquilamente junto a la ventanilla y no les molestaré". Por supuesto, nos quedamos estupefactas por la arrogancia. Y entonces mi hija, con cara de póquer, dice: "Estoy dispuesta a comprender su situación, si me compensa por el costo de un asiento pagado al precio de venta en el mostrador". La señora bufó y volvió a su asiento del pasillo.
  • Iba en el avión con mis padres, y no muy lejos de nosotros estaba llorando un niño. Tan fuerte que ni los auriculares nos salvaban. Mi madre llamó a la auxiliar de vuelo y le pidió que le dijera a la madre del niño que le cantara una nana. Muy pronto el bebé se calló. ¿Por qué, pensé? Fui a mirar y vi a la azafata sentada en su asiento con el bebé en brazos y arrullándolo. Era lo más tierno que había visto en un avión en mis 40 años. Y luego resultó que la pasajera volaba con trillizos y no podía con todos a la vez. © Shadee Jalal Ali / Facebook
  • Había una mujer y un niño sentados a mi lado. Nos dieron un bocadillo, pero no me lo comí, lo dejé para más tarde. La pasajera me pidió una galleta para su hijo, pero no accedí. Y entonces empezó a gritar: "¡Mírenla! No la come ella misma y tampoco se la da a un niño hambriento". Protesté en voz alta: "Usted misma se comió las galletas de su hijo. ¿Ahora quiere las mías?". La señora empezó a replicarme a gritos, pero me puse los auriculares y me abstraje. Y entonces se acercó la azafata y dijo que si el niño tenía hambre, podía comprarle comida extra. © throwAirline424 / Reddit
  • Estábamos en el avión, el vuelo se retrasaba media hora. Delante, una mamá con un niño de unos dos años ya no sabía qué hacer para mantener a su hijo ocupado y que no se cansara. La oí decirle con voz muy optimista: "Mira, Juanito, ¡qué libro tan interesante! ¡Vamos a leerlo juntos! Aterrizaje de emergencia en tierra...".
  • Una vez tenía tanto miedo a volar que pedí disculpas por mi nerviosismo al pasajero sentado delante de mí. Fue comprensivo y me dijo: "Sé lo que puedo hacer para ayudarte". Y empezó a enseñarme un video en el que tocaba la guitarra para una manada de ciervos. Me impactó tanto lo que vi que incluso dejé de tener miedo. © eisify / Reddit
  • Mi cumpleaños cayó el día que salía de viaje de negocios. Estaba un poco disgustada, pero decidí que lo celebraría a la vuelta. Facturé el vuelo, pasé todos los controles, enseñé el pasaporte en la puerta de embarque y subí al avión. Media hora después del despegue, el piloto anunció que había una cumpleañera en la cabina. Las azafatas se acercaron a mí con un bocadillo de cumpleaños y una bebida. Los pasajeros aplaudieron. Fue incómodo, pero tremendamente gratificante.
  • Yo era pequeña (4 años como mucho). Volábamos a Egipto, era mi primer vuelo consciente. Pensé que como volábamos en un avión, y los aviones se caen, el nuestro se caería. Me preparé mentalmente para ello, y cuando el avión ya estaba aterrizando, me desperté y le pregunté a mi madre en voz alta para que lo oyera toda la cabina: "¿Ya nos hemos caído?". No sé si los asusté o los hice reír, pero fue un fracaso.
  • La primera vez que volé sola, me entró un pánico terrible. Y entonces una mujer se sentó a mi lado, ajustó su asiento de manera profesional, colocó sus cosas, se puso un antifaz para dormir y se quedó dormida. Supuse que era una viajera frecuente y que probablemente reaccionaría si algo iba mal. Durante todo el vuelo estuve pendiente de ella durante las maniobras, el despegue y el aterrizaje. Así me sentí mucho más tranquila.

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