20+ Gatos inteligentes que no quisieron esperar y ellos mismos eligieron a sus dueños

Animales
hace 3 años

Los gatos pasean solos y, en su opinión, tienen todo el derecho de deambular por donde quieran. Entran a una casa y resulta que una persona vive allí, pero bueno, no importa, quiere decir que habrá alguien que les traiga comida y les rasque la barriga.

En Genial.guru, nunca dejamos de admirar la insolencia gatuna y decidimos mostrarte a los afortunados que obtuvieron un nuevo miembro de la familia sin quererlo. Como bono adicional, te diremos cómo convertirte en el dueño de dos gatos absolutamente idénticos.

“Mi casa, mi perro, pero el gato no es mío. Estoy confundida”

“Fui a la sala y vi la silla en donde estaba sentada Colby, una de mis gatas. Observé atentamente y no era ella. Pensé que era mi otro gato Jack. Y me di cuenta de que tampoco era él”

“Vi a un gato sin hogar en el pasillo del complejo habitacional. Le dije: ’¿Vamos a casa?’. Subí por las escaleras y el gato me siguió. Abrí la puerta de mi departamento: ’¡Pase, por favor!’”

“¡Entró al departamento, dio un paseo, olió todo, pero no lo pude echar! Así llegó a vivir conmigo mi gata Vasilisa”.

“El gato de mis vecinos aprendió a entrar a nuestro cuarto de baño. Así se sienta mientras tomo un baño”

“Mi casa, mi esposo, pero el gato no es mío. Entró y se quedó durmiendo así”

“El último día de mis vacaciones, decidí dar una vuelta por mi trabajo y ver qué estaba pasando. Me bajé en el estacionamiento y este gatito salió de debajo del coche”

“Sin pensarlo mucho, abracé al gatito y lo llevé a casa. De inmediato escribí en todos los grupos locales para entregarlo. Lo pensé 10 minutos y eliminé todo. Al parecer, fue el destino. Ahora vive con nosotros y nos alegra cada día. Por cierto, lo llamamos Blanquito”.

“Una tarde, mi esposo fue a la tienda. De regreso, me llamó y nos advirtió: ’Llevo un invitado’”

“Entró y, bajo su brazo, vimos a una pequeña criatura temblando con su carita escondida. Resultó que cuando mi esposo iba a la tienda, un gatito comenzó a seguirlo, llorando. Así caminaron un par cuadras; finalmente, mi esposo me llamó y me dijo que esperara un invitado. Todavía tiene el hábito de esconder su carita”.

“Es la casa de mi suegra y ella no tiene gatos. Pero ahora el gato se ha adueñado del juguete y la manta”

“Recibí un SMS de mi esposo: ’No y no, ni lo pienses’. Estaba confundida y no entendí de qué se trataba. Él llegó del trabajo, abrió la puerta y entró un gatito”

“Buscamos a sus dueños, pero nadie contestó. Como ves, todavía sigue con nosotros”. © Stephie Baugh / facebook

“Vivo en un primer piso. Abrí la ventana a las tres de la madrugada porque escuché que alguien estaba rasgando el vidrio. Me asomé y vi que era un gato. Lo saqué a la calle y, al día siguiente, llegó con las intenciones de quedarse y yo no me opuse”

“Llegué a casa y me encontré con esta alegría. Al parecer, mis hijos encontraron una nueva mascota”

“Bajo la ventana estaba sentado un gatito. Al verme, se subió a mis brazos. Me espanté porque tenía llagas, lo dejé y corrí a la casa. Un minuto después, escuché que el gatito estaba maullando cerca de la puerta. ¡Te presento a Negrito!”

“Estaba sentado en el patio trasero. Decidimos dejarlo entrar y lo curamos. Biggy es muy cariñoso y fiel y se lleva muy bien con mis tres caniches”

“Estaba en la cocina haciéndome un café y, de pronto, escuché un ruido raro. Abrí las cortinas y vi a esta maravilla agarrándose de la red y pidiendo que lo dejara entrar”

“¿Cómo resistirse a esto? Por supuesto, lo dejé entrar”. © Mackenzie Clippard / facebook

“Un día, en la calle se me acercó una gata sin hogar, acercó un gatito a mis pies y se fue. Esto fue lo que creció. El gatito necesitaba una casa y la recibió. Este es Kuzya”

“La vista de la cocina de mis padres. Ellos no tienen gatos”

“Ya han pasado dos meses desde que lo traje de la calle. No puedo entender por qué nadie quería a esta gran bola de amor”

“Llegué de correr y vi a mi esposo, quien decía que no le gustaban los gatos, con este pelirrojo. Resultó que estaban ’haciendo un té’”

“Él me ayudó a recoger las cosas para pescar, y ahora estoy seguro de que estamos obligados a quedárnoslo”

“Iba a casa y de pronto salió una gata del contenedor de basura y me siguió. Entró a casa. Comió, estuvo en mis brazos. Después la saqué a la calle y la dejé ir. Regresé y tomé mi chamarra, bajé, pero ya no estaba”

“Estuve corriendo por toda la cuadra durante 15 minutos, buscándola. Regresé a casa y ella apareció maullando, salió de una escuela y caminó junto a mí. Después de dos semanas de educarla y acostumbrarla al departamento, resultó que la gata del contenedor de basura era perfecta”.

“Iba en el autobús y vi una mancha pelirroja. Era un gatito que estaba muy sucio de aceite y corría de un lado para otro. De repente, saltó al asiento que estaba a mi lado”

“La llamamos Dusya. Todavía no he logrado quitar de su pelaje todo el combustible, aceite de motor o con lo que sea que se ensució. Es mi gata. Solo a mí me percibe como su dueño”.

“Ella viene a comer y entra a la casa para jugar con mis gatos, pero no deja que la toque. Sin embargo, estoy seguro de que nos haremos amigos. La llamé Margaret”

“Mi esposo construyó un pabellón. El primer día, apareció una gata muy delgada que llegaba sin falta y puntual a la hora del almuerzo”

“En septiembre, tomó la decisión de vivir en nuestra casa. Solo bastó con abrir la puerta para que ella corriera por el pasillo, se acercara a los platos y se escondiera en las recámaras; incluso podíamos pasar horas buscándola. La llamamos Cucarachita”.

“Ella entró silenciosamente detrás de mí por la puerta y después saltó al sillón. Me sorprendió. No tenía collar, así que decidí llamarla Miss Pring”

“Fui a un viaje de negocios a otra ciudad. Iba por la calle y bajo mis piernas apareció un gatito. Lo acaricié y me dirigí hacia el auto. Abrí la puerta y el peludo subió”

“Él no perdió el tiempo, se subió al asiento y se durmió. Llamé a mi esposa y le pregunté si quería un gatito. Ella me dijo: ’¿Es gato o gata?’. Vi debajo de la cola y le dije que era un gato, pero no tan bonito. Le mandé una foto y me respondió: ’Tráelo’. Aún tenía un día de viaje y todo el día estuvo conmigo en el coche. Se la pasó durmiendo en el asiento o en mis rodillas. Ahora es un bonito gato negro, que tiene un poco de estrabismo, pero esto no le molesta”.

Bono: dos es mejor que uno. “El mes pasado, mi gato desapareció. Hace una semana lo encontré y lo traje a casa. Hoy, mi gato regresó. Ahora tengo dos gatos iguales”

Y tú, ¿cómo encontraste a tu amigo de cuatro patas?

Imagen de portada Stephie Baugh / facebook

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