Cómo los gatos pasaron de ser dioses egipcios a nuestras amadas mascotas

Animales
hace 5 años

Considerados inicialmente deidades, tesoros de faraones, hasta pasar a ser inspiración de célebres artistas... La fascinación por el mundo felino es un factor de la historia que ha ido variando en cuanto a interpretación, pero que afectivamente se ha mantenido inmutable.

Genial.guru ha recopilado para ti distintos momentos históricos en que nuestros amigos felinos tuvieron un papel muy importante en la sociedad.

Egipto

Según algunos estudios, los egipcios fueron reconocidos (incluso por pensadores como Heródoto) por incursionar en la domesticación de animales, siendo los gatos (a los que llamaban “miu”) con quienes tenían mayor afinidad y una importante apertura en su cultura.

Los felinos eran incluso necesarios para la cultura egipcia ya que, al cazar ratones, protegían a los hombres de las enfermedades que transmitían los roedores y cuidaban las plantaciones. Llegaron a considerarlos como la figura terrenal de la diosa-gata Bastet, la guardiana del hogar y patrona de la fertilidad. Cuando se enfadaba, ella perdía su aspecto maternal, transformándose en Sejmet, una temperamental leona hambrienta de sangre. Cuentan que los egipcios hasta llegaron a celebrar fiestas con música, baile y grandes cantidades de bebidas para hacer feliz a la diosa y, de esta forma, evitar que se transformase en Sejmet.

La ley egipcia prohibía comercializar felinos o incluso lastimarlos. Si alguien mataba a uno, aunque fuera por accidente, la condena recibida era la muerte. Cuando un gato moría, sus dueños organizaban un funeral al que asistían familiares para despedirlo solemnemente.
Los egipcios llegaron a tenerles tanto aprecio que los representaron en gran cantidad de oportunidades, como en templos sagrados o incluso en las propias viviendas, en donde se hacían estatuas de dioses felinos para colocar en las puertas y así protegerse del mal.

Grecia

Cuenta la tradición que para los antiguos griegos, Artemisa, diosa de la caza y fertilidad, derivó de la diosa Bastet. En aquel entonces, no era fácil tener un gato, porque las leyes egipcias prohibían sacarlos del país ya que los consideraban sagrados. Solo se conseguían por contrabando fenicio. Fue por este tráfico que la raza felina pudo extenderse por todos los países del Mediterráneo.

Aunque la afinidad no llegó a ser devoción, como en el caso de los egipcios, lo cierto es que a los griegos les gustaba la docilidad, belleza y compañerismo de los gatos, algo que difería mucho del resto de los animales contemporáneos. Llegaron a ser tan valiosos y cotizados que se vendieron como si fueran oro o cualquier otro tesoro entre los griegos.

Roma

Para referirse a los gatos, los romanos usaban términos como “Feles” y “Mustela”. El primero hacía referencia a una especie de menor tamaño, y el segundo a lo que conocemos actualmente como gatos que atrapan roedores.

Pese a no ser animales tan cercanos al hombre, los gatos fueron señal de victoria en la legión romana. También, ya fuere por su alto costo en el comercio fenicio, o por la reputación elegante que se habían ganado en base a sus posturas y movimientos agradables a la vista, fueron obsequios costosos para las clases sociales más opulentas.

Renacimiento

Cuando hablamos del Renacimiento, una figura que inminentemente se menciona es Leonardo da Vinci, cuyas obras de arte e inventos fueron grandes aportes a la historia. Un detalle que quizás no se cuenta a menudo es que este artista sentía fascinación e interés por los animales. Por ello, en su larga trayectoria dejó gran cantidad de obras y bocetos en los que estudió las formas y movimientos de las especies. Un animal al que le prestó mayor atención fue el gato, en el cual indagó hasta en sus músculos y pelaje. Incluso llegó a hacer una serie de bocetos de sus movimientos ágiles para compararlos con los de los dragones. Esa obra es conocida en la actualidad como “Gatos y dragones”. Una de sus frases célebres al respecto es: “Hasta el más pequeño de los felinos es una obra de arte”.

Barroco

En el campo del arte, aunque no tuvieron protagonismo, célebres artistas como El Bosco y Velázquez supieron eternizar las figuras de los felinos en armonía con los demás elementos de sus respectivas obras. En El jardín de las delicias de El Bosco, podemos encontrar en el lienzo izquierdo, cercano a Eva, a un gato cazando, rodeado de las otras especies de la creación.

La fábula de Aracne de Velázquez tiene la figura del gato acostado en las pies de una hilandera, prácticamente ubicado en el centro, casi imperceptible. Luego de encontrarlo se percibe que una de las mujeres está interactuando con él.

Era dorada de Hollywood

Celebridades como Marlon Brandon, Audrey Hepburn, Marilyn Monroe, Brigitte Bardot y tantas otras de la época aparecieron en diversas producciones en compañía de felinos.

Bardot incluso llegó a decir: “Se puede querer más a un gato que a un hombre”.

Como ven, nuestras queridas mascotas han sido tesoros invaluables desde siempre. Hubo un tiempo en que solo estuvieron destinados a acompañar a faraones o personas de alta alcurnia, y han sido valorados por su personalidad y belleza por tantos siglos que deberíamos apreciar que nosotros podemos tenerlos a nuestro lado para darles todo nuestro cariño y recibir el suyo.

¿Te gustan los gatos? ¿Tienes alguno como mascota? ¡Comparte tus fotos y experiencias en la sección de comentarios a continuación!

Comentarios

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Wow, no sabía que habían sido tan importantes para tantas culturas distintas. ¡Muy buena información!

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