10+ Datos sobre la Edad Media que pueden hacer que uno quiera dejar la aburrida oficina para dedicarse a la historia

Curiosidades
hace 2 años

La Edad Media se conoce comúnmente como la “edad oscura”. Al mismo tiempo, se cree que durante ese período de la historia, la gente no se lavaba, no se cepillaba los dientes e iba al baño donde podía. Sin embargo, todas estas afirmaciones son completamente injustas.

Hoy, Genial.guru te muestra algunos datos interesantes sobre esta fascinante época.

  • A la Edad Media se la llama ofensivamente “mugrienta”, pero esto es totalmente injusto. En un gran número de ciudades, todavía funcionaban las termas construidas en tiempos del Imperio Romano. En el siglo XII, en Gran Bretaña, se construyeron baños públicos en el lugar de dichas termas gracias al dinero de la Iglesia. Los complejos de baños públicos aparecieron en toda Europa junto con el crecimiento de las ciudades. Dichos establecimientos estaban destinados a todas las clases, por lo que debían pagar impuestos.

  • También había letrinas públicas. En el Londres medieval, había al menos una docena de ellas, y una estaba situada en el Puente de Londres, la principal arteria de tráfico que conectaba las dos mitades de la ciudad.

  • A menudo se representa a la gente medieval con unos horribles dientes ennegrecidos, y esto es un error. De hecho, en aquella época, las caries eran muy raras, porque había pocos dulces en la dieta de la población. Sin embargo, había otro problema importante: el desgaste de los dientes. Y la culpa de esto la tenía el pan. A causa de las piedras del molino, la harina tenía restos de arena, que terminaba en el pan y borraba literalmente el esmalte y la dentina de los dientes.

  • La gente cuidaba su higiene bucal. Se limpiaban los dientes y las encías con un paño de lino grueso y utilizaban pastas y polvos, como salvia y cristales de sal. Masticaban semillas de hinojo, perejil o clavo de olor para el mal aliento.

  • Una de las “tendencias de moda” más llamativas de la Edad Media eran los zapatos con una punta muy larga. Estos zapatos se llamaban crackowes, los llevaban tanto hombres como mujeres, y a menudo se convertían en el epicentro del escándalo y en motivo de descontento. Algunos pensaban que tales zapatos “parecían más las garras de un demonio que un adorno para un hombre”, y el rey Eduardo IV aprobó una ley que prohibía el uso de crackowes con una punta que tuviera más de 5 cm.

  • Estos zapatos eran tan populares que incluso llegaron a formar parte de la armadura. Los jinetes debían luchar con esas botas de combate. Un día, después de una batalla, se encontraron en el campo muchos zapatos de este tipo con la punta cortada. Los caballeros tuvieron que hacer esto para continuar la batalla después de que se vieron obligados a desmontar.

  • Una de las divisas de la Europa medieval eran las anguilas. El Libro del día del Juicio Final decía que los ingleses debían 500 000 anguilas en impuestos. El doctor John Wyatt Greenlee utilizó el conversor de moneda medieval de los Archivos Británicos para “convertir” las anguilas en dólares. En un momento dado, calculó que una suscripción a Amazon Prime, por ejemplo, costaría entre 150 y 300 anguilas.

  • El tamaño de los animales de granja en la Edad Media era muy diferente del actual. Por ejemplo, un toro adulto tenía un tamaño apenas mayor al de un ternero de hoy en día. Según el zooarqueólogo Idoia Grau Sologestoa, entre los siglos VIII y XIX d. C., el tamaño del ganado se redujo al mínimo. El investigador atribuye esto al hecho de que los animales tenían que encontrar comida por sí mismos.

  • Las gárgolas de las catedrales góticas no aparecieron solo para hacer un aporte estético. En primer lugar, cumplían la función de canaletas. La propia palabra francesa gargouille lo insinúa. Su primera parte, garg-, está relacionada con el verbo latino gargarizare, “hacer gárgaras”. La segunda parte es una variación de la palabra gueule (francés antiguo goule, del latín gula), “garganta”.

  • Una de las actividades de ocio más populares en la Europa medieval era el fútbol. Llevaba un número ilimitado de jugadores y tenía muy pocas reglas, por lo que el juego, amado por muchos, a menudo causaba daños tanto a las personas como a las propiedades. Las quejas de los comerciantes londinenses hicieron que el rey Eduardo II de Inglaterra prohibiera el fútbol en la capital británica en 1314. El motivo de la prohibición fue: “Hay un gran ruido en la ciudad, causado por los grandes balones que rebotan, que pueden provocar muchos desastres”. La violación del decreto se castigaba con la prisión.

  • No solo los seres humanos, sino también los animales, podían ser juzgados. En 1474, un gallo fue declarado culpable del “crimen antinatural” de poner un huevo, y las ratas recibían a menudo una carta severa pidiéndoles que abandonaran las instalaciones. En 1596 hubo un juicio de delfines en Marsella.

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