10 Hechos de los piratas que muestran que la vida en altamar no era una aventura de película

Curiosidades
hace 1 año

¿Cuántos de nosotros soñamos con navegar hacia una isla misteriosa que prometía un tesoro escondido? Las películas nos mostraron la emoción que había detrás de ser un pícaro con espada y tomar un timón. Pero, aunque pareciera que la vida de un pirata estaba llena de aventuras y adrenalina, los piratas de la vida real eran muy diferentes a lo que imaginamos.

1. Usar un parche podía ser cuestión de vida o muerte

Aunque algunos piratas sí usaban un parche para ocultar la pérdida de un ojo, la mayoría lo usaba para ver mejor en la oscuridad durante una batalla. Durante las peleas, un pirata podía estar luchando bajo el sol, y al instante siguiente probablemente tendría que continuar la batalla bajo la cubierta donde no había fuentes de luz.

Dado que el ojo humano tarda 25 minutos en promedio para adaptarse al cambio de luz a oscuridad, lo más estratégico era preparar un ojo para ver en lo oscuro cambiando el parche de un ojo a otro.

2. Creían que los aretes tenían poderes curativos

Los marineros usaban con orgullo sus aretes como marca de sus travesías, pero también los lucían por motivos que hoy podrían parecernos un poco absurdos. Por ejemplo, creían que los metales preciosos de los aretes tenían propiedades curativas capaces de arreglar la mala vista, y que las orejas perforadas evitaban los mareos.

Además, tenían la creencia de que un hombre que portaba un arete de oro no podría ahogarse, pues este accesorio era una especie de talismán protector.

3. Pasaban meses con la misma ropa

En aquel tiempo la ropa era muy costosa, por lo que la mayoría de los piratas usaba un solo atuendo hasta que se pudría. Incluso lo usaban para dormir, pues aunque algunos se podían permitir tener una pijama, esto no era práctico, porque la tripulación debía estar lista para atender cualquier imprevisto en el barco.

Además, otra razón para usar ropa sucia es que estando en el mar era imposible lavarla y solo con el permiso del capitán podían limpiarla con agua salada. Aparte, debían esperar a que el clima estuviera lo suficientemente caliente como para que la ropa se secara rápido.

4. Su cepillo de dientes era un palo de madera

Si pensamos en un pirata, puede que se nos venga a la cabeza la imagen de un hombre mordiendo un palo de madera con una expresión ruda. La verdad es que esto no lo hacían para parecer más intimidantes, sino que era una forma de mantener sus dientes limpios.

Aunque los palos de madera eran un método común para cuidar la salud bucal, dado que podían pasar meses en altamar, no siempre podían tener uno a la mano. Por eso, no cabe duda de por qué los piratas no tenían reputación de tener el mejor aliento.

5. Tenían muchas supersticiones

Los piratas eran muy supersticiosos. Puede que las películas nos hayan mostrado a los marineros silbando al unísono, pero en la vida real evitaban silbar a bordo, ya que creían que esto provocaría una tormenta. También consideraban que los tiburones eran augurio de que un tripulante moriría, y creían que los delfines que nadaban junto el barco traerían buena suerte.

6. Barbanegra intimidaba prisioneros incendiando su barba

El famoso Barbanegra se ganó su apodo por su barba espesa que le daba un aspecto temible, y confiaba en su imagen para obtener la respuestas que deseaba. Incluso, se dice que intimidaba a los prisioneros tejiendo cáñamo en su barba y prendiéndole fuego.

7. La comida era terrible

¿Cómo olvidar al Capitán Barbosa y su jugosa manzana verde? Puede que en el cine pareciera que los piratas tenían una variada reserva de comida, pero en realidad los alimentos a bordo se limitaban a lo que se mantendría en el curso de viajes prolongados.

Por ejemplo, el pan se comía duro y después de poco tiempo en el mar, se infestaba de gorgojos. La carne de res se secaba a tal punto de que los marineros la usaban para hacer botones y hebillas de cinturón. Incluso, el pirata Henry Morgan y su tripulación, varados en 1670, tuvieron que comer bolsos de cuero triturados y fritos.

8. Creían en el casillero de Davy Jones

Así es, el casillero de Davy Jones no es un invento de caricatura, pues los piratas de la vida real estaban convencidos de la existencia de este lugar donde las almas de los marineros ahogados vivían junto con el maligno espíritu. Para los piratas, decir: “serás enviado al cofre de Davy Jones”, era un eufemismo para la muerte en el mar.

Según la creencia, Davy Jones tomaba diferentes formas y podía ser visto justo antes de que comenzara una tormenta u otro desastre para guiar a los marineros a sus tumbas acuáticas.

9. Sus aretes los protegían del ruido de los cañones

Si bien los aventureros del mar podían estar equivocados con respecto a muchos de los beneficios de usar aretes, hay una cosa en la que sí tenían razón: protegerse contra la pérdida de audición. Los piratas que disparaban los cañones de los barcos colgaban bolas de cera en sus aros para usarlos como tapones para los oídos.

10. Iban al baño en un agujero en el barco

Ir al baño en medio del mar no era una tarea fácil. Los marineros usaban letrinas ubicadas en los costados de la proa, es decir, la parte delantera del barco. De forma que solo podemos imaginar el reto de no caer por la borda en el acto. Únicamente el capitán tenía un retrete privado cerca de su camarote.

Otra opción era hacer sus necesidades dentro de una cubeta y posteriormente tirar el contenido por la borda.

¿Quién es tu pirata favorito? Si pudieras viajar en un barco, ¿cuál sería la aventura que te haría exclamar “Yo Ho” de la emoción?

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