Alicia Silverstone, la estrella de los 90 que se negó a moldear su belleza según los estándares

Famosos
hace 1 año

Los 90 fueron una época en la que muchas estrellas juveniles tuvieron la oportunidad de brillar. Sin embargo, también es bastante común que después de convertirse en las celebridades de moda, algunos hayan desaparecido del ojo público y hayan regresado después de muchos años. Este es el caso de Alicia Silverstone, quien estaba en la cima de su carrera cuando se dio cuenta de que la fama venía en compañía de muchas presiones.

En Genial.guru queremos contarte la historia del éxito de Alicia y cómo los juicios hacia su aspecto físico la alejaron por un tiempo de la actuación.

Alicia inició su carrera cuando era muy pequeña, a la tierna edad de 6 años. Su padre le tomó unas fotos y gracias a ellas logró protagonizar algunos comerciales. Su primera oportunidad importante en la televisión fue con una pequeña participación en la serie Los años maravillosos, en 1988, después de lo cual llegó la película que la colocaría en la mira del público: Loca obsesión, de 1993.

En la cinta la joven se ganó el cariño de los espectadores adolescentes con el papel de Adrian Forrester, una chica obsesionada con un hombre mayor. Alicia tenía tan solo 16 años mientras estaba trabajando en la producción de la película y vivía sola en un departamento en Vancouver; tuvo que emanciparse oficialmente para poder dedicarse a su carrera de tiempo completo.

La actriz admitió que al haber sido independiente a tan temprana edad, probablemente se perdió algunos pasos necesarios para su desarrollo emocional; sin embargo, también reconoce que esto la ayudó a madurar y a adelantarse en muchos aspectos de la vida en comparación con otros jóvenes de su edad.

La bella actriz captó la atención del mundo entero, incluyendo al grupo de rock Aerosmith, quienes la contrataron para que protagonizara tres de sus videos más exitosos. Después de eso, Alicia se convirtió en el ídolo juvenil del momento y a los 18 años llegaría la oportunidad de protagonizar la película que cambiaría su vida.

La joven fue elegida para interpretar a Cher Horowitz en Ni idea, una comedia romántica basada ligeramente en la novela Emma de la escritora Jane Austen, aunque con un enfoque mucho más moderno. La cinta fue un reflejo perfecto de la sociedad juvenil de los años 90 y dejó una huella enorme en la cultura pop, que ha perdurado a más de 25 años de su estreno.

Para la estrella, todo ese éxito fue inesperado y un poco abrumador. Su vida dio un giro de 180 grados en una industria donde ella asegura que se sentía aislada. “No esperaba para nada la reacción que obtuvimos. Fue demasiado, y creo que, en todo caso, me alejó de hacer este trabajo por un tiempo y me metió mucho más en mi activismo”, confesó la actriz años después.

Alicia también reconoció que nunca estuvo interesada en ser una estrella. Ella misma se definió como una “nerd del teatro” a la que le apasionaba su profesión y simplemente quería actuar, sin aspirar a ser mundialmente famosa. Después de Ni idea, se convirtió en la chica de la que todo el mundo hablaba y a la que todos los directores del momento querían tener en su elenco, pero eso pronto se convertiría en una carga.

Con tan solo 20 años, a la actriz le tocó vivir el lado poco amable de Hollywood, hasta el punto de alejarla de su gran pasión. En 1997 Alicia obtuvo el papel de Batichica en la película Batman & Robin, uno de los roles más importantes de su carrera. Allí tuvo la oportunidad de trabajar con George Clooney y Chris O’Donnell. Sin embargo, las críticas no se hicieron esperar y pronto la actriz estaría bajo la mirada de todos, tanto por el fracaso de la película como por su físico.

Alicia tuvo que soportar que la llamaran “gorda” e incluso que le pusieran algunos apodos desagradables, haciendo referencia a su personaje y al traje ajustado que lucía. “Se burlaban de mi cuerpo cuando era más joven. Fue doloroso, pero sabía que estaban equivocados. Sabía que no estaba bien burlarse de la forma del cuerpo de alguien; no parece correcto hacerle eso a un ser humano”, aseguró la actriz en una entrevista.

Después de esta amarga experiencia, Alicia decidió que era suficiente y que no se iba a someter a los estándares de una industria tan cruel ni intentaría cambiar su cuerpo para encajar en ella. “Mi respuesta fue: ’Diablos, no’. No tenía ningún interés en ser una celebridad ni en mantener ningún tipo de fama”, recordó. “Si me estás diciendo que actuar significa que me van a llamar gorda y que tengo que hacer las cosas de cierta manera, entonces yo paso”.

También reconoció que dejó de amar la actuación por mucho tiempo, pero gracias a una pausa descubrió que la fama no tenía por qué interponerse en su pasión ni impedirle hacer todo aquello que disfrutaba de su profesión. Cuando cumplió 30, la actriz contrató a un nuevo agente, que la animó a tomar únicamente aquellos papeles con los que ella se sentía conectada. En el camino tuvo que rechazar muchos roles importantes en cine y televisión, pero se mantuvo fiel a sus principios.

Mientras tanto, la estrella descubrió que hay otras actividades que le apasionan y a las que valía la pena dedicar su energía y su tiempo. Alicia se ha convertido en activista en la lucha por los derechos de los animales, y además, después de 8 años de preparación y planeación, cumplió otro de sus sueños: publicó en 2011 un libro de cocina vegana titulado La dieta amable.

Más tarde, también recuperó su amor por la actuación gracias a que se animó a participar en una obra de teatro: El matrimonio de Boston. “Sentía que eso era lo que estaba destinada a hacer, lo amo tanto; necesitaba encontrar una manera de hacer ambas cosas, poder ser actriz y activista al mismo tiempo, y eso es lo que hice”, confesó la intérprete.

Y parece que ha logrado su propósito, ya que la artista de 45 años se ha mantenido muy activa en la actuación durante los últimos 10 años y ha formado parte como actriz y productora de múltiples proyectos independientes de cine, televisión, teatro y doblaje, como Bad Therapy, ScreamMujer americana.

Cabe resaltar que también ha conseguido mantenerse alejada de los reflectores y tabloides equilibrando su carrera como actriz y activista, y disfrutando de su rol como madre. Al igual que con los juicios sobre su físico en el pasado, Alicia educa a su hijo Bear, quien nació en 2011, según sus propios términos, sin hacer caso a las opiniones de los demás.

Sin lugar a dudas, Alicia Silverstone es el ejemplo de que la fama y el glamur no siempre son sinónimos de éxito. Ella no se dejó intimidar por las presiones de la industria para encajar en algo en lo que no creía, y a pesar de haberse alejado de las pantallas por un tiempo, logró encontrar la manera de volver a enamorarse de su profesión y recuperar su carrera.

¿En qué ocasiones tuviste que enfrentarte a los juicios de otras personas y cómo lo manejaste? ¿Cuál crees que sería la mejor opción para construir un mundo más empático y amable a partir de nuestras opiniones?

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