Un texto sincero sobre cómo estaba cansada de trabajar y ocuparme de tareas hogareñas al mismo tiempo. Así que alquilé un lugar en un espacio de coworking

Arte
hace 2 años

Me llamo Tatiana, y llevo 4 años trabajando a distancia, ya sea como freelance o en un trabajo a tiempo completo con horarios estrictos. Me he dado cuenta de que, por muchas tareas que tenga, me distraigo mucho en casa y a menudo no cumplo con los plazos.

He decidido: no más de esto — no se puede cocinar y trabajar al mismo tiempo. Así que alquilé un escritorio en un espacio de coworking. Llevo tres meses trabajando en un amplio espacio en lugar de mi casa, y me gustaría contar a Genial.guru cómo ha cambiado mi vida y cómo mi familia ha aceptado estos cambios.

Llevo muchos años trabajando a distancia. Durante los últimos 2 años, he tenido un horario flexible: puedo empezar a trabajar cuando quiera, lo principal es completar todas las tareas a tiempo. Sé que no todo el mundo tiene esa suerte, pero estoy segura de que el coworking también es adecuado para quienes tienen un trabajo a tiempo completo.

Solía levantarme alrededor de las 9:00 y, en lugar de desayunar y sentarme frente a la computadora, intentaba abarcar todo en la mañana: comer, ordenar y limpiar después del desayuno. Como resultado, acababa terminando mi té frente a la computadora, en camisón. Pero al menos me las arreglaba para cargar la lavadora.

El tiempo se distribuía así: dedicaba unas 6-7 horas al día al trabajo. Sin embargo, el proceso de trabajo se alargaba mucho. Cuando terminaba una tarea, en lugar de ponerme a hacer la siguiente, me dedicaba a quitar el polvo, a lavar los platos o a pasar la aspiradora. Como resultado, tenía que trabajar también a las 10 de la noche. En otras palabras, me distraía constantemente con cosas pequeñas.

Intentaba concentrarme, prohibiendo que me distrajeran. Pero me consumía la culpa. Sabía que mi marido llegaría a casa con hambre: tenía que preparar la cena. Era mentalmente consciente de que mi trabajo no era diferente al suyo, salvo que yo estaba en casa y él en la oficina. Pero igualmente no me parecía bien: estuve todo el día en casa y no había preparado comida.

Mi marido no me reprochaba nada, pero yo igual trataba de hacer mis tareas. Mi suegra llegó una tarde y se indignó: había pasado medio día, yo estaba en casa y había una montaña de platos en el fregadero. Le contesté que el trabajo era más importante, pero me ignoró y se convenció de que yo era una mala ama de casa.

Hace tres meses decidí trabajar en un espacio de coworking. Un espacio de coworking es un lugar amplio donde la gente trabaja sin ninguna conexión entre sí. En otras palabras, si resulta caro alquilar una oficina para una persona, puedes alquilar un lugar en un espacio de coworking. El precio suele incluir escritorio, silla, dispensador de agua, limpieza e internet. En nuestra ciudad, la sala de coworking es un espacio amplio y luminoso con ventanas panorámicas. Otras seis personas se sientan conmigo: programadores, responsables de compras, un diseñador de planos, un traductor. De vez en cuando, alguien más se deja caer por aquí, pero normalmente solo por un par de días. Recientemente, un reclutador de una conocida cadena de taxis estuvo trabajando en un escritorio vecino.

Al principio tenía dudas: el alquiler cuesta dinero y temía que fuera un gasto excesivo. Pensé que gastaría y restaría dinero de la familia. Pero después del primer mes, mi opinión cambió. Como me pagan a destajo, empecé a trabajar más y mejor: no hay nada que me distraiga. Como resultado, mis ingresos aumentaron un 40%, así que el dinero que me he gastado en el coworking ha merecido la pena con creces.

Mi marido aceptó el cambio sin problemas. No puedo decir que fuera la única que limpiaba y cocinaba en la casa, pero aun así me llevaba la peor parte. Ahora llegamos a casa a la misma hora y nos ponemos a hacer las tareas domésticas: él hace las compras y yo preparo la cena. El único que queda en desventaja es nuestro perro, que ahora hace muchas travesuras por aburrimiento.

Sé que no todo el mundo tiene la misma suerte que yo, y mucha gente trabaja “a tiempo completo”. Pero hablé con otros compañeros de coworking y me contaron las ventajas que obtienen al trabajar en una oficina. Resulta que, al no haber distracciones, el trabajo se hace más rápido, y el tiempo libre lo dedican al autodesarrollo: aprenden inglés, estudian programación y, a veces, simplemente ven telenovelas para divertirse. Cuando termino todas las tareas, también me dedico a mí misma. Recientemente, he comenzado los trámites para estudiar en el extranjero: estoy intentando conseguir una beca.

Yo organizo mi trabajo así: por la mañana escribo todas las tareas del día y me limito a seguir la lista. Si siento que me he quedado sin energía, paso a los asuntos personales. Por cierto, hay otro beneficio importante: me muevo más. Voy caminando al trabajo y a veces voy a dar un paseo por el parque a la hora de comer. Cuando trabajaba en casa, solía caminar un máximo de 5000-6000 pasos al día; ahora puedo caminar fácilmente 10 000.

Mi salud mental también ha mejorado. Solía sentirme como si estuviera encerrada entre cuatro paredes y no pudiera ver la luz del día. Ahora puedo dar un paseo y tomar aire en cualquier momento. Conocí a otros compañeros de coworking, y a veces almorzamos juntos y charlamos. Otro dato curioso es que hay que vestirse bien para ir a trabajar, así que mi marido, que está acostumbrado a verme con pantalones cortos de casa y una playera, está contento con mis atuendos. Cuando trabajaba desde casa, no tenía tiempo de hacer nada, parecía alguien débil, siempre estaba gritando y discutiendo con mi familia y estaba terriblemente cansada. Ahora la casa está llena de platos sucios, pero mi marido dice que se alegra de verme tan fresca y entusiasta.

No lo voy a ocultar: la casa ya no está tan limpia como antes. Pero no tengo miedo de que me llamen descuidada; lo principal es que trabajo con eficacia y veo algo nuevo cada día.

¿Has probado a trabajar en un espacio de coworking? ¿Qué te impide decidirte?

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La gente piensa que porque estés en casa tienes que hacer todas las labores

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