6 Consejos de cocina de Julia Child

Cocina
hace 3 años

Julia Child es una de las más famosas cocineras de todos los tiempos. Esta californiana llena de carácter y buen humor se instaló junto con su esposo en París durante la posguerra de la segunda guerra mundial. Allí, movida por su espíritu curioso y su mente inquieta, se adentró en el mundo de la culinaria francesa. Se inscribió a un curso de cocina en el Cordon Bleu y se rehusó a permanecer en cursos básicos para amas de casa, al margen de cocineros profesionales de alto nivel.

Así, se convirtió en la primera mujer en cursar esta carrera en esta reputada academia gastronómica. Child revolucionó el mundo de la cocina en una época donde los grandes chefs eran sólo hombres, y la alta culinaria estaba reservada para una pequeña élite.

Convencida de que los secretos gastronómicos de los franceses debían estar al alcance de todos y que en su país, Estados Unidos, podían aprender a cocinar con la experticia de los franceses, publicó su libro: Dominando el arte de la cocina francesa y posteriormente fue anfitriona de su propio programa televisivo especializado en recetas. 

Muchos de nosotros la conocemos gracias a la interpretación que hizo Meryl Streep de este personaje en la famosa película Julie & Julia

Genial.guru quiere que conozcas 6 secretos de cocina de esta estrella de la culinaria que se atrevió a seguir sus sueños e inspiró a miles de jóvenes a entrar en el mundo de la cocina profesional pregonando este infalible consejo: "Aprende a cocinar, prueba nuevas recetas, aprende de tus errores, no tengas miedo, y sobre todo diviértete".

1. Mantequilla líquida para tus recetas. Cocina la mantequilla a fuego lento hasta que haya hervido y esté burbujeante, luego cuela el líquido haciéndolo pasar por un colador muy fino. Guarda en un frasco el líquido y bota el residuo que quedó en el colador. Este frasco con mantequilla líquida podrá mantenerse durante meses en tu refrigerador y te será útil cada vez que necesites usar mantequilla líquida para una receta.  

2. Huevo a punto de nieve. Este procedimiento nunca más será complicado después de que leas esto. Separa muy bien la clara de la yema (usa un recipiente especial o hazlo con cuidado usando tus manos). El secreto está en saber cuándo agregar el azúcar: no lo hagas desde el comienzo y no lo dejes para el final. Comienza a batir las claras hasta que estén espumosas y agrega el azúcar en medio del proceso. Para saber cuándo los huevos han llegado al punto de picos suaves, deja de batir y alza la batidora o mezcladora. Los picos suaves bajarán, pero el punto de nieve se mantendrá en su lugar.

3. Pasta de ajo, manos sin olor. Para pelar el ajo sólo debes cortar la punta superior del diente con un cuchillo. Enseguida aplasta el trozo de ajo con la parte plana del cuchillo, la piel se desprenderá y podrás retirarla con facilidad. Repite este procedimiento con todos los dientes que necesites cortar y ponlos en una olla con agua hirviendo durante 30 segundos. Retira los dientes y pícalos lo más pequeño que puedas y agrega sal. Resérvalos en un frasco de vidrio con un fondo de aceite. Cada vez que necesites usar este ingrediente podrás recurrir a tu pasta de ajo natural. 

Para quitar el olor de ajo de tus manos, lávalas primero en agua fría frotándolas con sal y en seguida en agua tibia frotándolas con jabón. 

4. Consigue el punto de cocción perfecto para la carne. El punto ideal para las carnes rojas es el término medio. Si se cocina demasiado su textura será seca, y si no la cocinas lo suficiente, los sabores de la salsa o los condimentos con que la acompañas, no alcanzará a adherirse a ella. Basta con tocarla para saber en qué punto está. Presiona la carne con la yema de tu dedo, cuando se sienta elástica, está en el punto medio. Si la sientes gomosa (como la carne cruda), todavía no está lista, y si no desprende líquido y está dura, ya la cocinaste demasiado. 

5. Disimula el uso de salsas o sopas de sobre. En muchas ocasiones un caldo en cubo o una salsa de sobre nos salva la vida, pero ¿cómo conseguir que nuestros comensales no identifiquen el sabor un poco artificial que hemos añadido? Es muy fácil: agrega a tu salsa o sopa un caldo corto que se conseguirá hirviendo un puñado de zanahoria picada, un poco de cebolla y apio. Deja que los sabores se mezclen a fuego bajo durante 15 minutos. También puedes añadir un poco de vino blanco seco y dejar que se evapore unos 5 minutos. 


6. Cocinar con vino. El vino tinto ideal para cocinar, es un vino joven y completo, como un Zinfandel o un Chianti. Los vinos blancos, en cambio, deben ser secos y tener mucho cuerpo. Son ideales los sauvignon. Lo que más hay que cuidar a la hora de elegir un vino de cocina es que éste no sea demasiado dulce, porque dañaría recetas saladas, ni demasiado ácido, porque modificaría el sabor de otros ingredientes dando un toque avinagrado a nuestras preparaciones. 

Ahora que conoces los secretos de esta diva de la cocina, estarás un poco más cerca de convertirte en chef experto. Comienza a poner en práctica estos consejos y hazte la vida fácil y la cena deliciosa. 

Foto de portada: Huffingtonpost

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