10 Hábitos de ducha comunes que no son nada saludables y que deberíamos dejar en el pasado

Salud
hace 3 años

Probablemente te estés preguntando qué podría salir mal durante una ducha, ¿verdad? El hecho es que cuando te bañas, colocas todo el cuerpo debajo del agua, y usas diferentes tipos de jabones y exfoliantes que podrían dañar tu piel. Como la ducha es algo que se considera extremadamente simple y personal, rara vez se nos enseña qué cosas pueden ser dañinas y qué hábitos buenos deberíamos adquirir.

¡En Genial.guru encontramos algunos errores que muchas personas cometen a diario y queremos compartirlos contigo!

1. Lavarse la cara

Parece que es muy conveniente lavarnos la cara cuando estamos en la ducha, pero en realidad, eso no es bueno para nuestros rostros. La mayoría de las personas se bañan con agua caliente y, por lo general, la temperatura de esta es mucho más alta que la que usan para lavarse la cara. La piel de esa zona es muy sensible, por lo que es mejor usar agua tibia para no dañarla.

2. No lavarse los pies

Probablemente te parezca que lavarte los pies es totalmente innecesario porque estás parado en el agua durante la ducha. El problema con este concepto erróneo es que el hecho de que estés mojado no significa que estés limpio. Nuestros pies entran en contacto con todo tipo de cosas cuando caminamos y sudamos. Ellos hacen un gran trabajo para nosotros y nos llevan a todos lados, así que dales un buen lavado. Después de todo, ¡se lo merecen!

3. No reemplazar tu esponja vegetal regularmente

Es un hecho muy conocido que el moho se propaga en condiciones cálidas y húmedas, ¡exactamente lo que tenemos en las duchas! Por lo tanto, si usas la misma esponja vegetal durante meses y años, es muy probable que esté llena de hongos. Que no puedas verlos no significa que no estén allí. Lava tu esponja vegetal muy bien después de cada uso, cuélgala en un lugar donde pueda secarse al aire y reemplázala una vez al mes.

4. Uso de una jabonera

Si usas jabón en barra, verifica en dónde lo colocas después de cada uso. Las jaboneras con hendiduras no son la mejor opción por la misma razón que el punto anterior: las bacterias y los hongos pueden crecer desmedidamente en ellas ya que se transforman en ambientes propicios para que estos se multipliquen. Una jabonera de alambres o con picos es una mejor opción. Además, así impedirás que tu jabón se moje, lo cual es una gran ventaja.

5. Uso de jabones líquidos perfumados

Claro, puede que huelan muy bien, pero si tienes la piel sensible, los jabones líquidos perfumados podrían no ser tus mejores amigos. Algunas sustancias químicas en ellos pueden causar irritación, especialmente sus fragancias. Si tu piel es seca y sensible, usar jabón líquido sin perfume puede marcar una gran diferencia. Otra opción es usar uno en barra sin fragancias ni colorantes u otros ingredientes nocivos que irriten tu dermis.

6. Uso de navajas de afeitar viejas

Otro mal hábito que muchos de nosotros tenemos es usar una rasuradora hasta que sea totalmente inútil. ¿Recuerdas esos platos viejos y estropajos que se acumulan en casa y que no son deseados por nadie? Bueno, las máquinas de afeitar no son diferentes de ellos. De hecho, son peores, porque si la rasuradora no está lo suficientemente afilada, te dejará muchos pequeños cortes que tal vez ni siquiera notes. Pueden ser demasiado pequeños para tu ojo, pero lo suficientemente grandes como para que las bacterias ingresen en ellos.

7. Dejar tu rasuradora en la ducha

La razón por la que no debes dejar tu rasuradora en la ducha es la misma que ya hemos mencionado en puntos anteriores. El moho ama cualquier ambiente cálido y húmedo. Si realmente deseas guardar tu afeitadora dentro de la ducha, busca un lugar en donde puedas colgarla, de modo que se seque completamente y con rapidez después de cada uso.

8. Lavarse el cabello todos los días

Lavarte el cabello todos los días no es una buena idea, ya que un lavado extenso puede secar el cuero cabelludo y, para compensar eso, la piel comenzará a producir aún más aceite del normal. Adivina qué pasará después... Pues sí, acertaste, tendrás un cabello muy graso. Si ya tienes este hábito, intenta usar un champú seco en tus raíces y lávate el cabello cada dos días.

9. No tomar una ducha después de ejercitarte

Hemos mencionado que las bacterias prefieren las condiciones cálidas y húmedas, ¿verdad? Pues, el sudor proporciona ambas cosas, y los microbios simplemente se sentirán muy bien en esas condiciones. Es genial que te mantengas fuerte y en forma, pero seguramente no te es imposible encontrar unos minutos para tomar una ducha después de hacer ejercicio. Te sentirás mejor y definitivamente olerás muy bien.

10. Saltarse la hidratación de la piel con cremas adecuadas

Está bien chicos, pueden pretender que nunca usarán una crema hidratante porque eso es “solo para chicas”, pero este no es el caso. No solo es para las mujeres, es para la piel en general, ya que esto evitará que la misma se seque demasiado. Es una buena idea usar cremas hidratantes poco después de tomar una ducha, ya que esta se absorbe un poco mejor cuando la piel está caliente. Además, reemplaza la humedad que perdemos durante los baños muy calientes.

¿Tienes algún consejo sobre hábitos de ducha saludables que no hayamos mencionado en esta lista? ¡Compártelos con nosotros en la sección de comentarios a continuación!

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