4 Mitos sobre un estilo de vida saludable que han demostrado ser una completa mentira

Salud
hace 3 años

La moda de lo natural y orgánico ya ha cruzado todos los límites, incluso la vida se ha vuelto aterradora, hay tantos peligros por todos lados. Pero mientras las personas gritan a los cuatro vientos sobre los peligros de los productos transgénicos, en los estantes de los supermercados libremente continúan vendiendo miles de variedades de productos obtenidos a través de la selectividad, los cuales han demostrado tener muchísimas complejidades.

Genial.guru decidió disipar los mitos sobre la comida natural, cosméticos, productos contaminados, toxinas, y responder a la simple pregunta: ¿en verdad son tan malos como los pintan?

Mito 1. Los alimentos orgánicos son garantía de salud

Los llamados de comer únicamente comida que fue cultivada en granjas orgánicas se escuchan de todas partes. Diciendo que todo lo natural sin duda es saludable y lo artificial es dañino, y en general, todo lo que involucra productos químicos causa un daño irreversible a la salud y el cuerpo. Es curioso, pero es verdad: la comida es realmente 100% química, pero no siempre el producto completamente natural es seguro para la salud.

En la naturaleza, hay muchas sustancias que son las verdaderas armas de plantas: así, por ejemplo, los arándanos deberían ser prohibidos por su alto contenido de conservadores, mientras que las almendras y los albaricoques contienen cianuro. Mucho más importante es saber cómo afectan estas sustancias el cuerpo humano. Para ser más precisos, en realidad, no afectan, salvo en los casos de reacciones alérgicas, ya que el daño en realidad es determinado por la dosis. Pero es desconocido qué será más dañino: ¿tomar tres litros de refresco o comer tres kilógramos de arándanos?

Las investigaciones demostraron que la leyenda "orgánico" no significa que los alimentos hayan sido cultivados sin utilizar pesticidas. Además, la Organización Mundial de la Salud (OMS) señaló que ninguno de los pesticidas permitidos en el comercio internacional causa daño a la salud de las personas, excepto para los trabajadores de las granjas que pasan expuestos a un alto porcentaje.

Además, dichos alimentos contienen una gran cantidad de bacterias, algo que no es sorprendente ya que los animales no toman medicamentos y comen cualquier cosa. Los activistas del medio ambiente también tienen que pensar: las granjas orgánicas producen menos productos, lo que significa que las emisiones nocivas son más altas por unidad de productos cultivados. La elección sigue siendo del consumidor, pero no hay ninguna garantía de que la comida de las granjas orgánicas sea más beneficiosa que la cultivada en una granja normal.

Mito 2. Los cosméticos naturales son la mejor elección para la piel

En resumen, hemos descubierto que los cosméticos naturales no brindan una completa seguridad. Con la piel, todo es exactamente igual que con la comida, además, si el cosmético está certificado, entonces no importa cuán artificiales sean los componentes, será seguro. Los productores no tienen ni el más mínimo interés en envenenar a sus compradores. Si te va a funcionar o vas a tener efectos secundarios, ya es otra pregunta.

Los componentes vegetales no son tan estables como los sintetizados artificialmente, son difíciles y caros de agregar. Estos pueden comportarse de forma impredecible en tu piel, causar alguna reacción alérgica, algún dolor o algo de menor medida. Pero esto puede ocurrir al igual que cualquier componente sintético si sencillamente no es apropiado para ti.

El beneficio o daño también depende de la concentración, las fórmulas de los ingredientes y múltiples factores. Hace mucho tiempo, las mujeres se blanqueaban el rostro con un polvo que tenía un alto contenido de plomo, ¡y eso es una composición completamente natural! Es una lástima, pero en verdad, por tales procedimientos de belleza, muchas mujeres tuvieron suerte de que no se les cayó la piel del rostro. En el lápiz labial moderno también añaden plomo, pero en una mínima concentración. Se tendrían que comer 30 mil tubos para envenenarse.

Entonces, júzgalo por ti mismo, después de todo, si el producto te funciona y no te causa molestias, da igual lo que el fabricante haya prometido en el empaque.

Mito 3. Los productos transgénicos son peligrosos para la salud

Supongamos que los agrónomos deben obtener una nueva variedad de fresa más resistente al frío. A consecuencia de esto, son objeto de la cría selectiva. Esta existe en diferentes tipos, pero, entre otras cosas, existe una manera de exposición ante sustancias tóxicas, después de la cual se puede seleccionar la mutación más adecuada. Más adelante, tal fresa podrá resultar en un alto contenido de un determinado tipo de sustancia, por eso, como método para obtener una nueva variedad, por decirlo suavemente, no es el ideal.

La mutación genética, a diferencias de la cría selectiva, es altamente tecnológica y permite cambiar un gen específico. Los temores alrededor de los productos genéticamente modificados son increíblemente exagerados, además, durante décadas de existencia de esta tecnología, no ha sido encontrada ninguna consecuencia para la salud humana.

También, la aplicación activa de la ingeniería genética ayudaría a enriquecer productos con los elementos nutritivos necesarios y suministrarlos a los países pobres. Por ejemplo, el "arroz dorado", rico en vitamina A, podría salvar a millones de personas de la ceguera si su consumo hubiera sido permitido anteriormente. En realidad, los científicos tienen que demostrar la seguridad de sus productos durante muchos años, publicar una gran cantidad de artículos científicos sobre la seguridad de los productos genéticamente modificados, y realizar decenas pruebas de los cultivos y plantas obtenidas.

Por supuesto, los productos transgénicos tienen que pasar por un control, pero el pánico, la falta de conocimiento, las teorías de conspiración inventadas y las leyes que los prohíben solamente hacen un ambiente más tenso y no permiten el desarrollo científico.

Mito 4. Es necesario deshacerse de los productos contaminados y "desintoxicarse"

Es poco probable que alguien que viva en siglo XXI no haya escuchado sobre los productos contaminados o tóxicos. Las toxinas y los productos contaminados, en realidad existen, pero no en el sentido en el que estamos acostumbrados a imaginar: estos se forman al tener problemas con los riñones, enfermedades infecciosas e intoxicaciones. En un organismo saludable, simplemente no existen, y si una "desintoxicación" realmente se necesita, entonces se deberán utilizar métodos más severos y no simplemente beber algunos licuados. El cuerpo saludable de una persona es capaz de librarse por sí solo de las sustancias innecesarias y no se necesitará ningún tratamiento especial de desintoxicación.

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