7 Decisiones importantes que se deben tomar en cuenta para la salud de tu hijo

Consejos
hace 3 años

De acuerdo con datos de la OMS, desde el 2000 al 2015, la vacuna contra el sarampión ha salvado a unas 20 millones de personas. Pero aun así, los padres de todos modos temen a las vacunas y, frecuentemente, las rechazan. Pero con gusto les compran a sus hijos multivitaminas, les permiten pasar todo el día con sus dispositivos electrónicos, los obligan a comerse toda la comida del plato incluso si ellos ya no quieren comer. Y esto, en general, no es porque los padres sean malos. Al contrario, ellos son amorosos y atentos. Pero el cuidado parental no debe llevar pasos equivocados. Si dudas de si en verdad estás haciendo lo correcto, busca apoyo, pero no con otros padres que dudan, sino de la investigación científica y de médicos competentes.

Genial.guru recopiló recomendaciones para aquellos padres que quieren que sus hijos crezcan sanos y fuertes.

1. Realiza la vacunación

Las vacunas son seguras y las serias complicaciones derivadas de ellas son extremadamente raras y no son comparables con el riesgo de las enfermedades. Por ejemplo, el sarampión, rubeola y paperas son enfermedades serias que pueden traer neumonía, encefalitis, ceguera e incluso la muerte. Y si el riesgo de morir por la vacuna del sarampión es de uno en un millón, el riesgo de morir de sarampión es de 1 en 1000. La afirmación de que las vacunas provocan autismo está científicamente refutada, y el conservante tiomersal que contiene mercurio no puede causar un daño a la salud debido a la pequeñísima cantidad en la composición de la vacuna.

Se necesita vacunar a los niños conforme al calendario nacional de salud. Para más información consulta dicho calendario en el Instituto de Salud de tu país. Considera que están comprendidas únicamente aquellas vacunas que el Estado puede permitirse realizar de manera gratuita, pero puedes hacer vacunas adicionales de:

  • Hepatitis A;
  • Virus del papiloma humano;
  • Rotavirus y meningococemia;
  • Varicela;
  • Gripe.

Un análisis general de sangre y orina antes de la vacuna no es necesario y el moco y una garganta enrojecida no son contraindicaciones de la vacuna.

Las vacunas no solo ayudan antes, sino también después del contacto con un virus o bacteria. Así, vacunarse contra la Hepatitis A es mejor hacerlo en los primeros dos días después del contacto con una persona con la infección y como máximo dos semanas, la Hepatitis B en las primeras 24 horas y como máximo una semana, la varicela en el transcurso de 72 horas al igual que el sarampión, la rabia y el tétanos.

Si aún no estás seguro de vacunar a tu hijo, no te dejes engañar y busca información científicamente comprobada sobre ellas. Aquí puedes leer más detalles sobre las vacunas.

2. Realiza un sellado en los dientes permanentes de tu hijo

A los 6 - 7 años de edad, a tu hijo le crecen sus primeros dientes permanentes. En su superficie hay surcos profundos, fisuras en las cuales es difícil de limpiar los alimentos. En los nuevos dientes, la cantidad de calcio aún es insuficiente, por eso, el esmalte en ellos es vulnerable al desarrollo de caries. El sellado de las "fisuras" reduce el riesgo en un 90 por ciento.

El sellado es un recubrimiento de los surcos en los dientes sanos con un polímero especial, el cual corrige los bordes del diente y proporciona flúor, el cual fortalece el esmalte dental. Este recubrimiento en los dientes dura medio año o más.

Después de la aparición de los primeros dientes permanentes, es necesario consultar al dentista: el determinará una mordida correcta, valorará el estado de los dientes, las encías de tu hijo y le enseñará a cepillar correctamente sus dientes.

3. No le tengas miedo al moco

Para los niños saludables, tener una infección respiratoria alta o gripe 6 - 8 veces al año es algo normal, ya que las enfermedades configuran al sistema inmune. No protejas a tu hijo de las corrientes de aire y el frío. Si en el niño han aparecido síntomas de una infección viral como: moco, tos o una garganta enrojecida, es suficiente con observar las siguientes condiciones:

  • ropa caliente;
  • temperatura de la recámara de 18 - 20º C
  • abundancia de líquidos;
  • gotas de solución salina en la nariz o, si es urgentemente necesario, vasoconstrictores.

Contra las infecciones respiratorias altas no existe medicina y remedios caseros en los cuales su eficacia esté demostrada.

Si el niño se siente bien y su estado de salud le permite estudiar o jugar entonces envíalo al jardín de niños o a la escuela. Enséñale como toser, estornudar y sonarse la nariz correctamente. No debe estornudar y toser en la palma de la mano, así el niño no compartirá el virus con los de su alrededor, es mejor utilizar un pañuelo o en una situación extrema el codo o antebrazo. Durante la enfermedad es necesario lavarse las manos constante y cuidadosamente.

4. Restringe el tiempo en Internet

Todos saben que los dispositivos electrónicos para los niños no son muy beneficiosos, aun así, nadie ha escapado de la tentación de ponerle a su hijo caricaturas en la tablet y sentarse media hora en silencio. Sin embargo, los estudios demostraron que utilizar dispositivos móviles lleva a problemas con el desarrollo del habla, la atención, la memoria y las habilidades de comunicación.

Cuando el niño corre y juega, su aparato locomotor se forma, el corazón y los pulmones crecen y los vasos sanguíneos se adaptan a los cambios en la actividad física. Si él está sentado inmóvil frente a la pantalla, tal entrenamiento del organismo no se llevará a cabo, y entre los efectos colaterales habrá una formación incorrecta de los músculos de las manos y dedos, además de problemas con la columna vertebral.

Sí, los dispositivos electrónicos son una parte integral de la vida, pero se deben utilizar de manera correcta. La academia estadounidense de pediatría recomienda no dar a los niños dispositivos electrónicos hasta los dos años y, para los niños mayores, no permitir que pasen con ellos más de dos horas. Además, tienes que asegurarte de que tu hijo duerma lo suficiente, pasee y se mueva activamente por más de una hora al día.

5. No lo obligues a comer

Muchos padres se preocupan porque su hijo come poco y prefiere las papas y los refrescos en lugar de la comida saludable y beneficiosa. Pero los doctores consideran que se tiene que alimentar a los niños de acuerdo con su apetito. Si él está sano y activo y al mismo tiempo no quiere comer, significa que él no ha gastado la energía suficiente: ve con él a dar un paseo, que corra y juegue y, al final, el mismo te pedirá que le des algo de comer.

No hagas que en tu casa reine la abundancia que haga que tu hijo elija caprichosamente qué es lo que quiere y que es lo que no. Excluye la posibilidad de bocadillos "deliciosos" entre comidas y, después de un par de semanas, tu hijo comerá papillas, carne y productos lácteos. ¡Porque tendrá hambre!

6. No des a tu hijo vitaminas sin necesidad

De acuerdo con una investigación, el 67 por ciento de los padres le da a sus hijos multivitaminas. Sin embargo, tales productos no solo no traen consigo ningún valor, sino que pueden causar daño. Las vitaminas se dividen en hidrosolubles y liposolubles, como lo son: A, D, E y K. Por otra parte, el consumo en exceso puede acumular tejido adiposo y provocar intoxicación.

Todas las sustancias necesarias para el organismo se pueden recibir a través de la comida. Controla la alimentación de tu hijo, cada día él debe comer algo de los 5 grupos de alimentos: lácteos, carnes, verduras, frutas y cereales. Y para subsanar en el organismo la vitamina D, debe pasar al menos 15 minutos diarios bajo los rayos solares.

Sé cuidadoso con las vitaminas masticables: éstas son parecidas a los dulces y los niños pueden comer a escondidas más de lo que él necesita. En una sobredosis de vitaminas existen consecuencias graves, por ejemplo: insuficiencia renal y problemas con la vista. Si tú consideras que tu hijo necesita suplementos vitamínicos, por ejemplo: prefiere la "comida chatarra" o una dieta vegetariana, consulta a un médico.

7. Acude a un curso de primero auxilios

Los accidentes ocurren de repente: tu hijo solamente estaba jugando felizmente, pero éste se cayó y se lastimó. En estas situaciones, cada segundo es valioso. Para saber qué hacer en tales situaciones, es mejor ir a un entrenamiento en donde te enseñen a prestar ayuda de emergencia. Si no tienes tales posibilidades, mira videos educativos. Aquí, por ejemplo, las instrucciones de qué hacer en caso de que tu hijo se haya atragantado.

Esperamos que todo esté bien con ustedes y con sus hijos, y que nuestros consejos les ayuden a superar cualquier problemática a la que se enfrenten.

Imagen de portada Depositphotos

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