8 Momentos incómodos que tus invitados no mencionarán, pero podrían dejarles mal sabor de boca

Consejos
hace 2 años

Sabemos que es importante tener en cuenta las reglas de conducta y etiqueta al ir al cine, a una biblioteca, un restaurante o al viajar en avión. Pero a veces no prestamos atención a un punto esencial: las reglas de conducta a la hora de recibir invitados en nuestro hogar. Todos queremos que nuestros invitados queden satisfechos y aguarden ansiosos una nueva invitación para almorzar con nosotros. Pero, en realidad, hay errores y curiosidades que pueden hacer que nuestros invitados no esperen con ansias regresar a nuestra casa.

Genial.guru reflexionó sobre los errores frecuentes de los anfitriones que hacen que sus invitados rechacen una segunda invitación. Tras analizar nuestra propia experiencia, identificamos algunos errores que deben evitarse a toda costa.

No limpiar los muebles

La situación es bastante desagradable: vas a visitar a un amigo, te sientas en el sofá con una taza de té y, rápidamente, ya ha pasado una hora... Te levantas y ves que tus pantalones y tu espalda están cubiertos con una capa de pelo de la mascota de tu amigo. Y, por cierto, con esa misma ropa tienes que ir hoy a una reunión.

Claro, no es fácil mantener el orden perfecto en un departamento donde viven mascotas, especialmente si su pelaje es grueso y largo. En este caso, antes de la llegada de los invitados, será bueno pasar sobre todas las superficies un cepillo o rodillo quitapelusa.

Ofrecer insistentemente el uso de pantuflas

Con respecto a este tema, algunos anfitriones se guían por sus propias preferencias e insisten en que los invitados se pongan pantuflas sin opción a rechazarlas. Sin embargo, debemos recordar que no a todas las personas les gusta usar este calzado en el interior. Por supuesto, tampoco debes rechazar por completo la idea. Lo principal es no ser obsesivo y darles la opción a tus invitados: simplemente deja las pantuflas en un lugar visible. De lo contrario, la persona podría sentirse incómoda durante el resto de la visita.

No preguntar sobre las preferencias

Algunas personas solo beben té verde sin azúcar, otras prefieren el café con leche o tomar bebidas calientes solo a ciertas horas del día, ya que nuestros gustos son muy individuales. Es un poco incómodo cuando te sirven una taza con una bebida que no te gusta. Y te da pena rechazarla, porque los anfitriones han hecho el esfuerzo, pero en verdad no tienes ganas de beberla. Para evitar este tipo de situaciones, al ser un invitado, es mejor informar de antemano sobre tus preferencias. A su vez, los anfitriones deben preguntar sobre las preferencias de sus invitados.

Tratar de darles de comer

Es mucho peor cuando los anfitriones insisten en sentarse a la mesa, te sirven un plato lleno de comida y se ven molestos cuando no te la acabas en un par de minutos. Y cuando finalmente has terminado de comer, te sirven otra porción y te preparan un bocado para llevar. Todo esto aunque no todo el mundo tiene el mismo apetito, preferencias gustativas y rutina diaria. Es importante recordar que, para unos, es normal comer una gran cantidad de carne o pescado, pero para otros puede resultar desagradable.

No limpiar el piso

Esto es especialmente pertinente cuando los invitados tienen niños pequeños. Imagínate la siguiente situación: una mamá baja a su bebé al piso para que gatee; después de unos minutos, lo levanta y se da cuenta de que la ropa de su bebé está llena de polvo, sus rodillas están negras y se le han pegado basura y pelos en las manos. Uy, qué vergüenza... Si hay posibilidad de que te visite un pequeño inspector, entonces es mejor prepararte minuciosamente. Después de todo, nosotros apenas notamos la insignificante basura que se acumula durante el día, pero el niño la notará muy bien.

Olvidar el cuarto de baño

Resulta incómodo cuando, después de ir al baño, el desagüe del inodoro funciona muy mal o no funciona en absoluto (no dio tiempo de arreglarlo). Luego, durante el lavado de manos, te das cuenta de que no hay agua caliente. Además, el seguro de la puerta no funciona y no hay papel higiénico. Es una experiencia desagradable, ¿cierto? En general, debes avisar de antemano a los invitados sobre todo lo relacionado con el cuarto de baño para evitar situaciones embarazosas. Y, por supuesto, también es mejor cuidar bien la limpieza de este cuarto.

Pedir ayuda a la hora de preparar la comida

Imagina lo siguiente: estás de visita en una casa, te invitan a sentarte a la mesa, comienzan a conversar y, de repente, te piden... que peles la cebolla. Suena un poco cómico, pero sucede con bastante frecuencia. Y aquellos invitados que han tenido la mala suerte de quedarse más tiempo que otros pueden verse obligados a limpiar la mesa y lavar los platos junto con los anfitriones. Por supuesto, cada situación tiene sus reglas (para algunos, este comportamiento es bastante aceptable). Sin embargo, el tema de la ayuda en la cocina debe tratarse con el mayor cuidado posible.

Esconder los regalos

Desde la infancia nos enseñan a no ir de visita con las manos vacías. En este caso, entramos a nuestra pastelería favorita y elegimos el pastel más bonito y delicioso, pensando en lo felices que estarán los anfitriones. Ellos te agradecen, guardan el postre al fondo del refrigerador y no lo ofrecen junto con el café en absoluto. Nadie expresará su descontento porque fue un regalo. Pero te quedará mal sabor de boca. Por lo tanto, es mejor evitar esta situación y no guardar las golosinas regaladas en un lugar donde serán olvidadas por completo. No obstante, hay situaciones en las que el anfitrión ya ha creado un menú y no quiere cambiar lo planeado. En este caso, puede explicarse cortésmente a los invitados.

Y tú, ¿has experimentado situaciones embarazosas como estas cuando has sido invitado a una casa? ¿Qué más agregarías a nuestra lista?

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