Cómo actuar en el supermercado para engañar a los profesionales del marketing y no gastar dinero extra

Consejos
hace 3 años

Últimamente, el viaje al supermercado se ha convertido en algo más que solamente realizar la compra de productos. A menudo, entramos al supermercado solamente para pasar el rato, entretenernos y ver a todos lados. Los investigadores dicen que 2/3 de los productos comprados no son necesarios. Al mismo tiempo, es bien sabido que un 80 por ciento de las decisiones de la compra se toman exactamente en la tienda. Esto lo aprovechan exitosamente los profesionales del marketing, que nos obligan hábilmente a estar más tiempo allí y hacer más compras.

Genial.guru recopiló 12 consejos de cómo ir a una tienda y no acumular un montón de cosas innecesarias.

1. No desacelerar en las secciones caras

En algunos supermercados, el suelo está hecho de loseta de diferente tamaño. Normalmente, la loseta pequeña se encuentra en las secciones de los productos caros. Esto está hecho para que los compradores caminen más lento. El carrito en esta loseta empieza a producir ruido, y nos comienza a parecer que vamos demasiado rápido. Como resultado, inconscientemente reducimos el paso observando la mercancía por más tiempo, lo que significa que también aumenta la oportunidad de comprar algo innecesario.

2. Comprar con efectivo

El pago con tarjeta es cómodo tanto para el comprador como para el vendedor. No hay necesidad de dar cambio y contarlo. Pero, como afirman los especialistas, el pago en efectivo es el método perfecto para evitar el exceso de gastos y asegurarte de no hacer compras espontáneas e impulsivas. Puedes llevar solo una cantidad determinada de dinero para gastar. Se puede realizar un experimento sencillo: ir a la tienda sin una lista de compras e inicialmente pagar los productos con la tarjeta y otro día con el efectivo, y después comparar la cantidad de dinero gastada en el supermercado.

3. No hacer caso a las tarjetas de descuento

Los supermercados están luchando por los compradores. Utilizan tarjetas de descuento y diferentes programas de fidelización. Pero los bonos no siempre hacen a un artículo más barato. Las tarjetas de descuento nos atan a esta tienda y el sistema de ahorro de las tarjetas de bono provocan que gastemos más. Además, con la ayuda de las tarjetas, los encargados del marketing nos persiguen. Ellos saben quiénes somos (nuestro sexo y edad) y qué preferimos comprar. Esta información permite rastrear el aumento de demanda en un artículo determinado y modificar la estrategia de la tienda.

4. Ir contra corriente de los compradores

Los supermercados están planeados de tal manera que la corriente de los compradores está dirigida hacia una dirección determinada. Por lo general, nosotros vamos contra las manecillas del reloj, todo el tiempo girando a la izquierda. En primer lugar, vemos los mostradores ubicados del lado derecho. Los especialistas de marketing lo aprovechan y colocan los productos que hay que vender primero. Para no caer en la trampa, se puede ir por el itinerario no habitual, es decir, contra corriente de los compradores, en el sentido de las manecillas del reloj.

5. No creer en "los sellos"

En los frascos de jalea, yogures, café, kétchup y té en recipientes los especialistas de marketing frecuentemente pegan sellos de cinta adhesiva, a menudo de color blanco. Si el sello está completo, significa que nadie lo ha destapado. Además, el color blanco se asocia con la limpieza y la frescura. Esto crea una ilusión de que no hay que preocuparse por la calidad de contenido y que nadie lo ha destapado.

6. Tratar con cuidado los bonitos empaques

Un empaque bonito atrae nuestra atención, y nosotros estamos listos para pagar un extra por él. El pan en una bolsa de papel se percibe como más "fresco" que en una bolsa de plástico. Como si lo acabaran de llevar de la panadería. Tal empaque es bonito, pero no es práctico. Dentro de él, el pan se seca rápido.

Además, los compradores prefieren productos conservados en los frascos de vidrio, porque cuando los abren, se escucha el sonido de la tapa. Este sonido agradable es una confirmación de frescura, limpieza y la seguridad del producto. Pero muchos frascos están hechos de tal manera que en cualquier caso escuchemos el sonido, y no es una garantía de calidad al 100 por ciento.

7. No confiar en los artículos en par

Normalmente, en los supermercados, los lugares visibles están llenos de ofertas únicas: ron y Coca-Cola, pasta y kétchup, té y chocolate, papas y cerveza. Los especialistas de marketing analizan los cestos de compra y destacan los productos que más a menudo se compran en conjunto.

Las tiendas, a su vez, proponen comprar de manera beneficiosa los productos en par por una oferta. Pero lo que es beneficioso para el vendedor, no siempre es beneficioso para el comprador. No tengas flojera de comparar los precios de los productos en par y por separado.

8. Verificar el peso del producto en el empaque

En el marketing existe la práctica de cambio de la cantidad de los productos sin modificar el tamaño y diseño del envase, o "downsizing". Normalmente, la cantidad de producto se reduce. El precio sigue siendo el mismo. Este truco en el que el comprador ya está acostumbrado a comprar un producto determinado y pocas personas prestan atención a tales pequeñeces como el peso indicado en el envase.

Especialmente esto pasa con los productos de uso cotidiano. Por ejemplo, la leche en las bolsas de un litro, resulta que puede tener un peso diferente. Si vemos atentamente, se puede ver en algunas bolsas un peso de 900 gramos, en otras 950. También en los chocolates, en los empaques que son iguales en tamaño, pero pueden pesar 100 y 90 gramos.

9. Comparar los precios en los envases pequeños y en los grandes

A los especialistas de marketing les gusta jugar con los hábitos de los compradores. En nuestra conciencia se ha fijado la regla que sale más barato comprar al por mayor. Pero no siempre es así. Por ejemplo, son más baratas las verduras, las frutas, frutos secos y dulces al por mayor que comprarlas empaquetadas. Que no te de flojera comparar los precios de los grandes paquetes, por ejemplo, café y té. Posiblemente, comprar dos paquetes pequeños sea más provechoso que comprar uno grande.

10. Olvidarse de la ilusión de la frescura

Los compradores seleccionan tiendas en donde es posible adquirir productos frescos y están dispuestos a pagar más por ellos. Los especialistas del marketing saben esto y han aprendido perfectamente a crear la ilusión de frescura. Ahora, en algunas tiendas de frutas o carnes, el precio se ha comenzado a escribir con un gis en una pizarra negra. Lo que causa la impresión de que esta mañana el agricultor entregó el pedido a la tienda. Aunque lo más probable es que una gran cantidad de productos haya sido entregada a la tienda unos cuantos días atrás, al igual que en las tiendas con etiquetas de precios en papel.

Esta táctica se utiliza en los departamentos de pescado. El pescado debe mantenerse en hielo, como si acabaran de pescarlos y engañan a los compradores con una buena vista, ya que este pescado puede estar en la vitrina todo el día, y es muy probable que no haya llegado a ella congelado.

11. Reducir la compra de productos de marca

El conocido experto del marketing Martin Lindstrom realizó un experimento rechazando la compra de productos con gran publicidad. Esto resulto ser un poco difícil ya que estamos firmemente arraigados al favoritismo en el sector de las marcas y productos.

Para todos es bien sabido que nosotros pagamos una buena suma por la marca, aunque con el tiempo, la calidad de un producto popular se deteriore. No tengas miedo de probar algo nuevo, por ejemplo, un detergente o una pasta de dientes. Cada semana puedes probar una alternativa más barata de un artículo que necesites.

12. No tocar los productos, si no tienes necesidad

Los experimentos muestran que tocar un productos provoca su adquisición. Voltear de lado a lado en tus manos un hermoso soporte para las servilletas o el azucaro, probablemente, hará que lo compres, aunque prefieras las servilletas en rollos y tomes té sin azúcar.

Los especialistas del marketing dicen que, al tocar un producto lo suficientemente rápido, comenzamos a pensar sobre los artículos como algo propio y estamos más listos para pagar por él que dejarlo. Para regresarlo al aparador se necesita un gran esfuerzo.

Y tú, ¿tienes métodos verificados para economizar en el supermercado y no caer en la trampa de los especialistas del marketing? ¡Compártelos con nosotros en los comentarios!

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