Descubrimos si un baño público es tan peligroso como todo el mundo sospecha

Consejos
hace 3 años

Sentarse o no sentarse, esa es la cuestión. El amor por el propio cuerpo incluye cuidar de la salud, y cuando la vida nos pone en un aprieto donde solo contemplamos dos opciones, la de aguantar las ganas o la de acudir a un baño público, se quiera o no, siempre se acaba optando por el mal menor. Por eso, nos decidimos a comprender este delicado asunto y averiguar si este lugar es o no realmente peligroso.

Genial.guru ha recopilado una serie de normas para una visita segura a los baños públicos. Al final de este artículo te espera un bono con la respuesta a una de las preguntas más picantes sobre el tema.

Regla 1. Lo más peligroso es aquello que parece más seguro

¿Cuántas bacterias, en realidad, se encuentran debajo del borde del inodoro, o incluso en su tapa? Nadie lo puede decir con exactitud. El equipo de BioCote se dispuso a estudiar todas las superficies en un baño y recogió muestras tras un día laboral completo en su oficina. Resultó que más de 50 mil microorganismos diferentes coexisten con nosotros constantemente. De forma inesperada, la que resultó ser la zona más contaminada fue el lavabo, ya que es allí es donde se quedan la mayor parte de los microbios de nuestras manos.

Posteriormente a esto, unos investigadores de Arizona analizaron otro cuarto de baño, llegando a la misma conclusión: solo el 19 por ciento de las bacterias se encuentran en el inodoro, la mayoría de ellas se "hospedan" en las bañeras y los lavabos. También se apreciaron colonias bacterianas enteras en el suelo, las paredes, los tiradores de las puertas y el botón de descarga del retrete.

Regla 2. Vale la pena conocer al enemigo para saber a qué nos enfrentamos

¿Quién o qué exactamente puede afectar a nuestra salud mientras terminamos de leer la composición de un ambientador o la sección de noticias en las redes sociales? Las bacterias del género Shigella, Staphylococcus, Salmonella y Escherichia coli son, de todos los miles de microorganismos que se ocultan en los cuartos de baño, los únicos que pueden provocar que nos enfermemos. Y pueden provocar consecuencias extremadamente desagradables: disentería, vómitos y otros síntomas de infecciones e intoxicaciones.

Regla 3. Presta atención a los detalles

Cuando visitas un baño público, debes prestar atención a algunos puntos antes de decidirte a usarlo. Uno que resulte adecuado debe contar con su correspondiente jabón, papel, y el horario de limpieza de sus instalaciones colgado en la pared. Esto último es lo que debes verificar: la fecha en la tabla debe responder al día actual, y los intervalos de tiempo deben ser de pocas horas.

Regla 4. Elige el lugar correcto

Sorprendentemente, según los científicos, las personas a menudo eligen la segunda cabina del baño. Por lo tanto, cuando entres a uno público, dirígete directamente hasta la primera: la habrán visitado menos personas, lo que significa que estará, aunque sea solo un poco, más limpia.

Regla 5. Adáptate a la situación

Si necesitas dejar cosas como el abrigo o un bolso, lo mejor es elegir el lugar más seguro para ellas, fuera del cuarto de baño. Pero si no resulta posible, y ningún caballero está dispuesto a sostener ansiosamente los objetos mientras espera a que la dama termine de hacer sus necesidades, no coloques este tipo de accesorios en el suelo, bajo ningún concepto. El lugar más apropiado se encuentra detrás del retrete o sobre él.

Regla 6. Puedes sentarte y hacer tus necesidades

Dado que el contacto con la piel no concede a los microbios el derecho de "hospedarse" en nuestro cuerpo, atendiendo a este razonamiento, no temas sentarte cómodamente en el "trono blanco". Cuando uno se encuentra con microbios, la piel se convierte en la barrera protectora natural, pero eso no significa que debas relajarte por completo: es mejor evitar el contacto de las membranas mucosas con estas superficies, así como si tienes heridas abiertas o arañazos. Además, si llevas contigo toallitas antibacterianas, puedes limpiar el asiento, pero incluso si careces de ellas, puedes sentarte con total seguridad.

Sin embargo, la "postura del águila", o posición semisentada, te hará un flaco favor: en primer lugar, puede ralentizar el proceso de evacuación y lo hará más difícil para el cuerpo debido a la falta de costumbre, a pesar de su naturalidad, y también obligará a buscar un equilibrio tocando las paredes y tiradores, sitios que albergan muchas más bacterias que el asiento en sí mismo.

Regla 7. La utilización de "cubreasientos" desechables no es la cura contra todo mal

Los "cubreasientos" desechables para los inodoros, con su aparición, han proporcionado un servicio útil, protegiendo las zonas delicadas de un contacto no deseado. Pero dado que el asiento en sí mismo no es peligroso, el valor práctico de tales artículos de papel resulta más que dudoso. Sin embargo, si estás tratando de proteger la piel (por ejemplo, de alérgenos que podrían permanecer en la superficie) o porque simplemente el contacto te da asco, entonces este es, sin duda, un buen "amigo para usar y tirar" que acudirá al rescate.

Regla 8. Irse bellamente

Después de completar la necesidad en un cuarto de baño, debes salir de las instalaciones de forma correcta. La tapa del inodoro debe cerrarse inmediatamente, tan pronto como haya cesado el contacto directo del cuerpo con el asiento y, solo entonces, debes presionar el botón de descarga.

Regla 9. Lávate muy bien las manos

En un baño debes lavarte cuidadosamente las manos, porque es sobre ellas donde se asientan la mayoría de los microorganismos dañinos. Recuerda lo siguiente: nos tocamos la cara de 2 a 5 veces por minuto, lo que significa que podemos trasladar fácilmente a estos huéspedes "no invitados" de un lado a otro, dejándolos cerca de la mucosa de la boca. Y aquí es, precisamente, donde los gérmenes ya pueden pasar de forma activa al ataque. Por lo tanto, siempre debes lavarte las manos con jabón, al menos durante un minuto, tratando de controlar conscientemente tus movimientos hacia el rostro antes de limpiarlas. Después de completar esta tarea, debes intentar salir de la instalación sin tocar ninguna superficie, esto último incluye también a los tiradores de las puertas.

Bono

A pesar de la abundancia de rumores sobre este tema, contagiarse de enfermedades de transmisión sexual (ETS) en un baño es casi imposible. Así que, en este sentido, incluso los paranoicos más tercos pueden estar tranquilos sobre la cuestión.

El baño público no es tan peligroso como puede parecer. ¿Qué otros lugares te resultan difíciles de visitar?

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