14 Veces que los niños fueron los maestros para lidiar con el mundo exterior

Crianza
hace 5 meses

Los niños son espontáneos y sinceros, por lo que el tiempo que pasamos con ellos puede ser cualquier cosa menos puro aburrimiento. Una y otra vez, nuestros hijos, sobrinos y nietos sueltan verdaderas perlas, dignas de formar parte de algún libro de aforismos. Y, a veces, también pueden hacernos sonrojar o reír a carcajadas con algún tipo de comentario incomparable.

  • Preparo a mi hijo para llevarlo al kínder. Me pregunta:
    —Mamá, ¿cuándo empieza el fin de semana?
    —Pasado mañana, ¿por qué?
    —Es que el fin de semana es el lugar más bonito del mundo.
    Oh, hijo mío, has comprendido la esencia de esta vida.
  • En el parque infantil había un barco y en él unos niños de 5 o 6 años jugaban a ser piratas. Escuchamos un diálogo con nuestra hija de 4 años, que acababa de acercarse a ellos.
    —¿Quiénes son ustedes? —preguntó nuestra María.
    —¡Somos piratas y no dejamos que nadie suba a nuestro barco! —respondió la pandilla.
    —¿Son piratas? ¡Entonces soy su capitán! —Y sin alguna duda subió al puente hasta el timón. La pandilla quedó en estado de shock, pero obtuvieron un capitán. Qué suerte tenemos con nuestra hija. Y los piratas, con su capitán, claro.
  • Eso duele.
    Yo: Voy al mercado para comprar pollo de granja y calabacines ecológicos, cocino las albóndigas más tiernas del mundo con crema.
    Mi hijo: “¡Qué asco, mamá, no voy a comer estas albóndigas, apestan!”.
    Yo también: Compro el último y más feo trozo de carne congelada en una tienda cualquiera cerca de la casa y simplemente lo meto en la olla de cocción lenta.
    Mi hijo: “¡Mamá, esto está delicioso! ¡Gracias! ¿Puedo servirme un poco más?”.
  • En un fin de semana, mi hermano de 5 años entró en la cocina para desayunar. Mi madre había cocinado polenta, pero la criatura hizo una mueca y se fue hacia el refrigerador a hacer una revisión. Lo abrió y se escondió detrás de la puerta. Después de un par de segundos, tras hacer sonar las tapas, se asomó:
    —¿Qué, no quedan chuletas?
    —No.
    Paró a pensar sobre la respuesta y se metió de nuevo. Entonces, volvió a preguntar:
    —¿Tampoco hay salchichas?
    —No.
    Esta vez empezó a mover algo en el congelador. Y esta vez con una pena palpable en su voz, dijo:
    —¿Y el tocino?
    —No, tampoco hay tocino.
    Entonces, mi padre por poco se atragantó con el café al empezar a reírse a carcajadas: mi hermano cerró la puerta del refrigerador con un golpe y gritó, enojado y angustiado:
    —¡¿Qué, ni siquiera hay huesos en esta casa?!
  • Estaba con mis hijos en un supermercado donde soy cliente habitual y todos me conocen. Había un montón de gente y, de repente, el más pequeño, que entonces tenía 5 años, gritó a toda fuerza: “¡Cómprame algo, que ya no puedo comer más los pasteles de hace tres semanas!”. Se hizo un silencio absoluto en el supermercado, todos se pusieron a buscar con la mirada a esa mala madre. Me reí nerviosamente, explicando que no le daba de comer pasteles, en absoluto. Más tarde, le pregunté qué era eso: “¿Por qué decidiste gritar sobre los pasteles, especialmente de los de hace tres semanas?”. Y mi hijo me dijo: “Era una broma”.
  • Nos mudamos a una nueva casa. Mi esposo y yo decidimos que mi hijastra de 9 años tendría una habitación con baño privado porque es la única niña, mientras que nuestros otros tres hijos son varones. Cuando su hermano de 8 años trató de protestar, mi hijastra le dijo: “Es para que cuando tenga la menstruación, disponga de mi propio baño. No querrás que mis toallas higiénicas estén por todas partes, ¿verdad?”. © Ok_Wait880 / Reddit
  • Una amiga, de 11 años, de mi hija, me preguntó por mi signo del zodiaco. Y cuando le respondí que era Sagitario, me dijo: “Vaya, eso explica muchas cosas”. Y luego se fue. © lyzl / Twitter
  • En la escuela, para el Día del Padre, teníamos que preparar un periódico mural sobre nuestros papás. El padre de mi amigo era bombero, y para un niño de 7 años eso era más comprensible que la profesión de mi papá: abogado. Empecé a preguntarle a mi madre sobre el trabajo de mi padre, pero ella no conseguía explicármelo en términos que un niño pudiera entender. Finalmente, le pregunté: “¿Qué le vende a la gente?”. Y mi madre respondió: “Bueno, vende sus servicios”. Así que, en mi periódico, se imprimió una orgullosa declaración de que mi papá “vendía sus servicios”. Sí, yo no tenía una mente precisamente brillante. © i-hope-it-lands / Reddit
  • Mi hija de 4 años y yo fingimos escribir pequeñas notas en la palma de la mano para “enviarlas” con besos al aire. Recuerdo que tuve un mal día y la regañé por algo poco importante. Mi hija echó a llorar. Diez minutos después, vi que escribió una nota en su mano y me lanzó un beso al aire. Y luego dijo en voz baja: “Dice que te quiero, incluso cuando estamos tristes”. La niña de 4 años logró perdonarme, comprendió que yo no estaba de humor y dijo que me quería a pesar de todo eso. Ahora que alguien trate de convencerme de que los niños no entienden nada. © Unknown author / Reddit
  • Estaba sustituyendo a una profesora de segundo año de primaria. No sabía qué hacer con niños tan pequeños, por lo que decidí conocerlos y hablar con ellos un poco. Les dije: “¿Ya saben leer?” Todos asintieron con la cabeza. “¿Qué fue lo último que leyeron?”. Iban nombrando una etiqueta, un cuento de hadas, un poema infantil. Un niño citó un anuncio en un periódico; otro, lo que estaba escrito en una pared. Entonces le llegó el turno al más pequeño, que había pasado toda la clase envuelto en sus propios pensamientos. Con una auténtica tristeza respondió: “Lazarillo de Tormes”.
  • Un día, llevé a mi hija de 8 años a mi oficina. En cuanto cruzamos el umbral, rompió a llorar. Mientras el personal, preocupado, la rodeaba, le pregunté a mi hija qué había pasado. Y me dijo, sollozando: “Papá, ¿dónde están todos los payasos con los que dijiste que trabajabas?”. © Dadsaysjokes / Twitter

Cuando hay niños en casa, el descanso y el aburrimiento son muy limitados. Su imaginación desbordante, sus ganas de descubrir el mundo y su sabiduría envasada en una presentación pequeñita, son motivo de mucha diversión y muchas alegrías.

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