15 Niños para los que ser originales es tan fácil como rodar por una ladera

hace 3 años

Los niños son unas diminutas máquinas de producción de frases y acciones que no podrás olvidar nunca más, aunque quieras. Los padres deben mantener constantemente sus teléfonos listos para poder capturar eso. Y aquellos que lograron hacerlo se convirtieron en los protagonistas de nuestro artículo de hoy.

A Genial.guru le encanta leer sobre lo originales que pueden ser los pequeños humanos, así que queremos invitarte a leer otra serie de historias sobre ellos.

Me lo contó una amiga. Hace mucho que está divorciada de su esposo, pero tiene una excelente relación con sus exsuegros. Llevan a su nieta al mar y, en general, tratan de mimarla de todas las formas posibles. Una vez, cuando estaba de visita en su casa, se le cayó un diente de leche. La niña lo puso debajo de la almohada, y a la mañana siguiente había una suma considerable en su lugar (los abuelos sabían que necesitaba comprar algo para la escuela). Hace poco, otro diente comenzó a aflojarse. Su mamá le preguntó si quería ir al dentista o esperar a que se cayera solo. Pero la pequeña dijo que aguantaría hasta llegar a la casa de sus abuelos, ¡el hada es más generosa allí! © vestakh / Pikabu
Mi sobrina tiene 3 años y medio. Estaba armando un rompecabezas con la abuela. Una pieza no entraba en su lugar. La nena dijo una mala palabra en un susurro. La abuela inmediatamente comenzó a lamentarse y a espantarse, diciendo lo malo que es decir palabras así. La pequeña le respondió: “¡Sí, ya sé! ¡Pero traté de APRENDERLA y MEMORIZARLA durante tanto tiempo!”. © anytka010707 / Pikabu
También tuvimos un caso. Mi sobrino estaba sentado en el inodoro por primera vez, luego me llamó y me preguntó qué hacer a continuación. Le di instrucciones. Pasó un largo rato y luego me preguntó otra vez: ¿qué sigue?
—¡Échalo al inodoro y tira de la cadena!
La respuesta me mató...
—¿Y ahora qué? ¡¿Toda la vida así?! © Andrey20.06 / Pikabu

Me lo contaron unos amigos. Una vez dejaron a su hijo de 7 años en el auto en el estacionamiento cerca de un mercado, mientras ellos mismos iban de compras. Regresaron, y en el auto su satisfecho hijo estaba sentado con un montón de envoltorios de chocolates y dulces. Resultó que un sujeto se le había acercado y le intercambió una bolsa de dulces por el nuevo DVR de sus padres. © pe***Glass / Pikabu
Sucedió hoy. Vinimos con mi hija al patio de juegos. No había muchos niños: mi hija (3 años y medio) y 2 niñas más (una tenía 5 años y la otra era incluso más pequeña que la mía). Las niñas se organizaron rápidamente y empezaron a jugar a madre e hijas. La de cinco años, por supuesto, era la mamá. Mi hija:
—Hagamos como si fuéramos al patio de juegos. “¡Mamá, quiero ir al patio de juegos!”.
—Bueno —acepta la madre de cinco años, agarra su teléfono de juguete y se sienta en un banco. —"¡Y ustedes, niñas, vayan a jugar!".
Solté una ruidosa carcajada. © BabaEjik / Pikabu

Hija (4 años): “Mamá, ¿yo tengo un cerebro?”.
La mamá: “Por supuesto”.
Hija: “Entonces ese perro que está ladrando en la calle me lo hará explotar en cualquier momento”. © unknown author / Bash
Mi hija (5 años) se me acercó con una pregunta hoy:
—Papá, ¿vas a crecer más?
—No, hija.
—¿Por qué?
—Porque ya he crecido y no creceré más. Las personas crecen hasta los 18 o 20 años, luego ya no crecen. Y en la vejez incluso se vuelven un poco más bajas.
—¿Y yo?
—Tú crecerás y serás hermosa y alta, como tu madre.
—¿Y tú, entonces, te encogerás? © unknown author / Bash
Después de una clase, mi hijo dijo: “Nos contaron que, en los viejos tiempos, los hombres llamaban palomitas a las chicas que amaban. Así que eres mi palomita, porque te amo”. Ahora siempre me lo dice. Se acerca, me abraza y dice: “Eres una palomita”. © Kiselimba / Twitter

Estaba preparando a mi hijo para la escuela, poniendo los cuadernos en la mochila. Encuentro un cuaderno sin firmar. Le pregunto a mi hijo (segundo grado): “¿Qué es este cuaderno?”.
Mi hijo: “¡A cuadros!”.
Yo: “¿Pero para qué materia?”.
Mi hijo: “Para la cuarta”. © unknown author / Bash
Paso por la habitación de los niños, veo a mi hijo (7 años) con mi hija (3 años) y un montón de juguetes mirando fijamente una esquina vacía.
Yo: “¿Qué están haciendo?”.
Mi hijo: “Estamos observando la sexta explosión termonuclear”.
Yo: “¿? ¿? ¿?”.
Mi hijo: “Lástima que cada vez haya que inventar a un nuevo científico para que la haga explotar...”. © unknown author / Bash
Estaba usando la computadora mientras mi esposa y mi hijo estaban ocupados con algo en la cocina, después de un tiempo escuché: “¡Hijo! ¡Hijo, no! ¡Qué estás haciendo! ¡Suéltalo! ¡Deja al gatito! ¡No te comas al gato, te dolerá la barriga, está sucio!”. Unos minutos después, fui al baño y vi a mi hijo con el gato en brazos cerca del lavabo. Buen chico, decidió lavarlo primero. © Hipoh / Bash

Mis amigos tienen una hija de 12 años, alta, delgada, en resumen, una gacela. Un fin de semana, el padre de la familia se despertó y su esposa ya estaba haciendo algo en la cocina. Él fue a la sala, y allí su hija estaba sentada frente al televisor y comiendo un sándwich: pan con un gran trozo de mantequilla y una enorme salchicha. Siguió este diálogo:
—¿Estás desayunando, hijita?
—No, papá, estoy esperando los ravioles. © ynonapiter / Pikabu
No había dormido lo suficiente, el estado de ánimo estaba por el suelo. Mi hijo (6 años) estaba jugando al correo: “¡Mamá, te traeré un paquete! ¿Qué quieres que te traiga?”. Yo: “Alegría y felicidad”. Él: “No tenemos eso”. Y se fue. © “Oídoporahí” / Ideer
Todas las mañanas de mi hijo de 5 años comienzan con la frase “¡Mamá, abrázame!”. No puede prescindir de ella. Una mañana:
—¡Mamá, abrázame!
—¿Necesitas una gotita de amor para despertar?
—¡Una gotita es muy poco! ¡Necesito UNA MAMÁ COMPLETA DE AMOR! © “Oídoporahí” / Ideer
Hoy fui a una tienda por una chaqueta. Me estaba probando una y, en ese momento, entraron una mamá y su hija (que parecía tener unos 9 años). Estaban mirando diferentes chaquetas. La madre le muestra una larga de color verde oscuro. La hija declara a viva voz: “¡Qué dices! ¡Me veré como una oruga gigante!”. © “Oídoporahí” / Ideer