6 Secretos de padres holandeses gracias a los cuales sus hijos son reconocidos oficialmente como los más felices del mundo

Crianza
hace 3 años

La organización UNICEF reconoció a los Países Bajos como el país donde viven los niños más felices, apreciando con una valoración muy elevada su nivel de salud, seguridad, deseo de aprender y otros indicadores. Este país también está incluido entre los 10 mejores lugares donde las mujeres ostentan mayor calidad de vida. ¿Podrían los holandeses contarles a los habitantes de otros países cuál es su secreto?

Los holandeses modestos creen que no existe ningún secreto. Por eso, en Genial.guru decidimos averiguar qué dicen los padres procedentes de otros países, que se mudaron allí por diversas razones, sobre estas peculiaridades en la crianza de los niños en Países Bajos. Algunos métodos aparentan ser demasiado específicos, pero los padres de todo el mundo podrán tomar nota de muchas cosas.

1. No eligen entre familia y carrera profesional

Si una mujer va a trabajar inmediatamente después de nacer su hijo, nadie la llamará mala madre. Las madres en los Países Bajos no suelen tener el neurótico sentimiento de culpa por no dedicar todo su tiempo solo a los hijos. Con mucha frecuencia, las mujeres continúan trabajando a tiempo parcial o encuentran un horario flexible para ajustarse al horario de apertura del jardín de infancia y la escuela del niño.

Los papás participan en la crianza y el cuidado del niño del mismo modo que las madres. No creen que cambiar un pañal o preparar la comida sea un deber femenino. A los padres, generalmente, les gusta pasar tiempo con sus hijos. Todos los miembros de la familia están juntos para el desayuno y la cena, y si el pequeño se enferma, los padres piden estar ausentes de su trabajo por enfermedad, turnándose. Pero al mismo tiempo, no se olvidan de sí mismos y no ven nada malo en pedir a la abuela que se quede con su nieto cuando esto sea necesario.

2. No buscan ser perfectos

Los padres holandeses reconocen sus defectos y no intentan usar el disfraz de ser una persona ideal frente a sus hijos. Los mismos principios se intentan transmitir a los pequeños. De los padres en los Países Bajos no se oirán frases como "No te has esforzado lo suficiente" o "Pero el hijo de los vecinos siempre saca mejores notas". No regañan a los pequeños por sus fracasos y tampoco exaltan sus logros a un nivel demasiado alto.

3. No saben qué es la sobreprotección

Las madres y los padres en los Países Bajos no consideran a los hijos piezas de cristal, no llaman a un médico por cuestiones banales y no imponen a los niños una dieta estrictamente equilibrada. En los parques infantiles puedes encontrar escaleras muy altas y toboganes empinados, los padres no corren por debajo de todo eso con una sábana estirada para rescatarlos. Ellos no prohíben a sus hijos que exploren el mundo que los rodea, sino que desde una edad temprana enseñan al niño a cómo comportarse con seguridad e independencia: por ejemplo, cómo cruzar la carretera o andar en bicicleta independientemente de las condiciones meteorológicas, teniendo en cuenta que es el principal medio de transporte en los Países Bajos. Todos los niños incluso deben aprender a nadar y obtener un certificado especial.

4. No esperan un comportamiento adulto en un niño

En numerosas cafeterías para niños en los Países Bajos, normalmente, reina el ruido, el ajetreo y corren por todas partes, pero nadie les pide a los niños que se calmen. Por lo tanto, así será en cualquier otro lugar lleno de gente. Nadie regañará a un niño por sus actividades, curiosidades y sentimientos.

Por este mismo motivo, los padres no regañan a los niños por tener los pantalones rotos o por obtener malas calificaciones. Les dan libertad e independencia. Si el niño está triste por algo y lo muestra a través de gritos y lágrimas, los padres no alzarán la voz, pero con calma identificarán el problema y con qué pueden ayudarlo en cada caso concreto.

5. No gastan mucho dinero en cosas temporales

Los padres en los Países Bajos afrontan las compras de la manera más racional posible. Incluso las familias cuya economía va bien, no comprarán cosas innecesariamente caras. Todo el mundo sabe lo rápido que los niños rompen juguetes y la ropa les queda pequeña, por lo que en los Países Bajos, la venta de ropa y artículos para niños de segunda mano son populares. Allí se puede comprar una caja entera de juguetes muy variopintos por solo 2 euros.

6. Recuerdan los pequeños placeres y valoran a la familia

Para los holandeses, las tradiciones familiares y el confort hogareño son muy importantes. Además, su característica nacional es el estricto cumplimiento de los plazos y las rutinas. Los turistas destacan que, en las calles, a las 18:00 horas, ya no se encuentra a ningún niño porque a esta hora cada familia se reúne a la mesa para cenar. A los holandeses les gusta comer bien y saben que la buena comida sube el estado de ánimo, así que los padres suelen preparar para el desayuno de sus hijos hagelslag, un sándwich con mantequilla y trocitos de chocolate.

Parece que la felicidad de los niños holandeses radica en cosas muy simples: los padres no intentan manipularlos y no se sumergen en un autosacrificio irracional. ¿Crees que estos principios para criar a los niños en los Países Bajos son admirables, o te parecieron, cuanto menos, extraños?

Comentarios

Recibir notificaciones
Aún no hay comentarios. ¡Puedes ser el primero!

Lecturas relacionadas