Cómo decidí convertirme en un vientre de alquiler para ayudar a otra familia y resolver mis problemas financieros

Crianza
hace 4 años

¡Hola! Tengo 24 años y en las redes sociales soy conocida como surmami9. Estoy casada y mi esposo y yo tenemos un hijo increíble. Después de su nacimiento, el cual para mi fue una verdadera felicidad, reflexioné sobre aquellas parejas que no tienen la posibilidad de tener hijos por sí solas y se ven en la necesidad de recurrir por ayuda de los vientres de alquiler. Para ser sinceros, no entiendo por qué nuestra sociedad trata de manera negativa a estas mujeres, ya que ellas no solo resuelven sus cuestiones financieras, sino también ayudan a familias a cumplir su sueño más querido. Yo busqué mucha información sobre este proceso hasta que me di cuenta de que yo misma quería convertirme en un vientre de alquiler.

Especialmente para Genial.guru, con sinceridad les contaré cómo en realidad se lleva a cabo el proceso de preparación de la maternidad sustituta y qué se necesita para esto.

¿Cómo convertirse en un vientre de alquiler?

Para convertirse en un vientre de alquiler o madre sustituta se necesita encontrar una familia que requiera de tus servicios. Los padres biológicos se pueden buscar de manera independiente o en una agencia especial.

Yo estuve planeando durante mucho tiempo organizar todo el proceso a través de una agencia. Ya que tal variante tiene sus ventajas: la espera es mínima, te acompañan jurídicamente y la misma pareja ha sido verificada mediante documentación. Pero también tiene sus desventajas.

En primer lugar, pagan menos porque una gran cantidad de dinero se lo queda la misma agencia. En segundo lugar, por motivos de seguridad, no conoces personalmente a los padres biológicos. Si algún punto del contrato no te parece, nadie lo cambiará. La ventaja es que para todo existen reglas, de acuerdo con las cuales la madre sustituta vive en su casa hasta la semana 30 de embarazo y después se muda a una casa por separado o departamento con otras madres sustitutas.

A mí en lo personal tal formato no me gustaba. Yo no quería separarme de mi familia y para mí era importante conocer a los padres biológicos personalmente para que ellos participaran en el proceso, observaran cómo crece y se desarrolla su hijo. Por eso decidí buscar a los padres biológicos de manera independiente.

¿Cómo encontré a los padres biológicos?

Comencé a buscar en diferentes foros en Internet, escribir personalmente a padres potenciales, pero todo fue en vano. Algunos respondían que ya habían encontrado un vientre de alquiler, en otros casos a una de las partes no le convenían las condiciones.

Después decidí buscar información en una red social, en donde encontré un grupo en el cual se buscan madres sustitutas y padres biológicos. Al leer una publicación, entré a la página de unos padres potenciales y una mujer me enganchó tanto con su publicación que rápidamente pensé: “Yo puedo darle un hijo a ella, ¡será una excelente madre!”. Al final le escribí y comenzamos a hablar.

Pero, por supuesto, no todo fue tan simple. En primer lugar, para comenzar nosotros queríamos vernos personalmente (pero ambos vivimos en ciudades diferentes). Después debíamos firmar un contrato sobre la ejecución de las obligaciones por ambas partes. Por otro lado, yo hasta el momento no había realizado ningún análisis para comenzar el proceso.

¿Quiénes son estas personas?

Cuando buscaba una familia dibujé en mi mente un cierto tipo de imagen ideal de los padres biológicos. Para mí eran importantes los siguientes puntos:

  • Sentir que ambos querían un bebé y no solo, por ejemplo, la futura madre.

  • Ellos debían tener suficiente dinero. Yo no podría acudir a un programa con personas que me otorgaran sus últimos ahorros o tomaran un crédito (no importaba cuán mercantil pueda sonar, pero no quiero pensar que debido a mí, unas personas viven pagando una deuda).

  • Formación de una relación amistosa con los padres biológicos. Es un asunto claro, hay un acuerdo que cumplimos pero sin una relación humana es imposible.

“Mis” padres biológicos son una pareja de 40+ años. La mujer ya tiene un hijo de su primer matrimonio, el cual ahora tiene 24 años. Con su actual cónyuge ya llevan tiempo juntos, pero ellos querían hijos en común después de los 35 años. Y, por desgracia, resultó que la madre biológica tiene una enfermedad genética, la cual aparece a edad avanzada, por eso ella no puede dar a luz a un hijo y en caso de que pueda, tiene que consumir una gran cantidad de diferentes medicamentos los cuales pueden influir en la salud del futuro bebé.

¿Cómo es el proceso de preparación?

En cuanto nos pusimos de acuerdo con los padres biológicos sobre la cooperación, yo tuve que realizar una serie de análisis. La mayor parte de ellos pude hacerlos por mi seguro de salud, el resto tenía que hacerse en una clínica de paga, y todo fue costeado por los padres biológicos.

En el momento de nuestra visita conjunta con el especialista en fertilidad, los padres biológicos y nosotros nunca nos habíamos encontrado personalmente, ese fue el primer día de nuestro encuentro “en vivo”. Todos estábamos emocionados.

Mi esposo y yo volamos a otra ciudad, en donde nos encontraría la pareja. Para ellos era importante conocerse con ambos (mi esposo y yo). Decidimos hablar en una cafetería. Al principio fue un poco incómodo discutir tantas preguntas en el primer encuentro sobre un tema muy delicado. Pero todo fue de maravilla. En cuanto decidimos dar formalidad, fuimos a la clínica. Ahí nos encontró la jefa de pediatría. Resultó ser que ella sería nuestra especialista en fertilidad. La doctora vio todos mis análisis, me hizo un ultrasonido y todo le gustó. Estaba tan feliz, esta sensación indescriptible de que tú eres capaz de salvar la vida de alguien.

¿Cuáles son las complejidades?

Antes de comenzar el programa, yo no tenía ni idea cuánto tiempo duraría todo esto. Al principio nosotros esperamos los resultados de mis análisis, después de que la madre biológica se sometiera a la operación, esperábamos comenzar el programa. La operación fue más complicada de lo que pensábamos, y por lo tanto, el programa se traspasó para el mes de mayo. En marzo nos explicaron que tenía endometritis crónica, un proceso inflamatorio en la mucusa interna del útero. Realicé el tratamiento, después simplemente esperé a que los padres biológicos tuvieran listos los embriones.

También tenía que estar preparada para el hecho de que debía tomar una gran cantidad de pastillas. Esto se hace para crear las condiciones necesarias para el futuro embrión y para que “se pegue” en mi organismo. A veces parecía que solo me podía alimentar de medicamentos.

Para ser sinceros, yo vi cambios positivos en mi salud: ahora me canso menos, comencé a comer y tomar menos y mi sueño mejoró. Mi preparación les cuesta a los padres biológicos 150 USD al mes.

Es importante recordar que en el vientre de alquiler no todo depende de la madre sustituta. Por ejemplo, en mi caso de la madre biológica se extrajeron óvulos e “hicieron” embriones, para ser verdad, obtuvieron muy pocos, sólo 6 óvulos y de ellos solamente 5 embriones. Después estos embriones pasaron por un desarrollo genético, del cual únicamente se obtuvieron 2 embriones de una calidad adecuada.

Más tarde tenía que estar preparada para el hecho de que en mi organismo se podían “pegar” tanto dos embriones, uno o desafortunadamente ninguno. En el último caso se tenía que repetir nuevamente el proceso.

¿Cuánto cuesta un vientre de alquier?

Mensualmente me pagan 500 USD. En la semana 20 de embarazo hay un pago adicional de ropa de otros 500 USD. El honorario definitivo, el cual me tienen que pagar los padres después del parto es de 16 100 USD. La suma puede aumentar dependiendo de los riesgos. Por ejemplo, por una cesárea se pagan 4 000 USD adicionales. Si resulta que en lugar de un bebé, llevo gemelos, otros 4 000 USD. La pérdida de órganos también se paga. Tenemos un contrato de 78 páginas en donde está descrito absolutamente todo.

Además de lo anteriormente mencionado, los padres biológicos me proporcionan medicamentos y también patrocinan el chequeo del embarazo en una clínica privada y el parto ahí mismo.

Pero, por supuesto, de acuerdo con el contrato yo tengo una serie de obligaciones. Siempre debo de estar disponible. No puedo tomar alcohol, fumar y consumir drogas, durante el embarazo me pueden hacer pruebas de todo esto.

Por el hecho de que legalmente en un principio se considera madre aquella mujer que lleva al bebé, en mi contrato hay un punto en donde se indica que si yo no otorgo al bebé a sus padres biológicos, entonces tengo que pagar íntegramente la restitución de las pérdidas.

Por supuesto, no tengo planeado violar el contrato, quiero ayudar a estas personas a convertirse en padres de un bebé sano o tal vez dos. Para mi esto es como ser niñera hasta el nacimiendo del niño.

Por mi propia experiencia comprendí que las personas perciben a las madres sustituas de una manera muy crítica. Por eso mi esposo y yo tomamos la decisión: cuando mi pancita sea visible nos mudaramos a otra ciudad. No quiero convertirme en objeto de críticas y mucho menos quiero involucrar en esto a mi familia. Nosotros únicamente les advertimos a nuestros padres sobre los cambios futuros. Los padres biológicos también querían que nos mudáramos a su ciudad, ya que ellos podrán observar cómo se desarrolla el embarazo y su hijo (o hijos: ya que se implantarán dos embriones).

¿Y tú que opinas sobre los vientres de alquiler?

Imagen de portada depositphotos

Comentarios

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A mí me parece que ayudan a parejas que no tienen posibilidad de tener hijos

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Yo no podría ser madre de alquiler, pero me parece que estas mujeres hacen mucho bien a las familias

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hace 4 años
El Gran Hermano te está observando.
hace 4 años
Este comentario recibió un castigo.

En una sociedad materialista y tan materialista como l de Estados Unidos la avidez por el dinero se puede paliar como en este caso con "bondadosos" contratos de vientre de alquiler. Definitivamente la despersonalizacion de un ser humano que crece en su cuerpo hace fácil creer que se está realizando un gesto cuasi altruista pero la finalidad es obtener un pago, circunscribirse a ser algo equivalente a un animal de laboratorio y todo eso aunque lo justifiquen es inmoral

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