Cómo enseñarle a un niño a comer bien sin lágrimas ni berrinches

Crianza
hace 3 años

¿A tu hijo no le gustan las verduras o la sopa de guisantes, pero le encantan los bombones y las galletas dulces? Créenos, no se trata solo de terquedad infantil, sino también de su instinto de supervivencia. En la naturaleza, las plantas ácidas y amargas a menudo son venenosas, por lo que los receptores en la lengua de los niños pequeños son muy sensibles a esos sabores. Además, los pasteles y dulces proporcionan mucha energía, por lo que las personas tienen una predisposición a ingerir estos alimentos a nivel genético. En este artículo te contaremos cómo los científicos proponen acostumbrar a los niños a los alimentos saludables.

En Genial.guru investigamos sobre este tema y recopilamos los consejos más interesantes y útiles.

1. Come junto con tus hijos

La tradición de comer junto con los niños existe en muchos países: los españoles se reúnen con toda la familia para el almuerzo, los alemanes al mediodía o a la noche para el “Kuffee y Kuchen” (café y pastel), y los franceses durante los almuerzos y las cenas.

El beneficio de tales comidas no debe ser sobreestimado. Almorzando o cenando junto con su familia, el niño come más verduras y está más dispuesto a probar nuevos productos. Los pequeños adoptan hábitos alimenticios útiles (por ejemplo, comer avena por la mañana). Aumentan su vocabulario y aprenden el comportamiento que deben tener al estar en la mesa.

En general, los niños que comen con sus padres tienen una mejor salud mental y son más felices que el resto.

2. No le prohíbas los dulces

Se sabe desde los tiempos de Adán y Eva que los frutos siempre saben más deliciosos si son prohibidos.

Muchos padres no permiten que sus hijos coman dulces o comida rápida, argumentando que son alimentos muy malos.

Pero al hacer eso, ocurrirá exactamente lo opuesto: mientras más les prohíbas algo a los niños, más lo desearán. Y, como resultado, las restricciones llevarán a que los chicos coman más y puedan padecer exceso de peso.

Si tú mismo no puedes rechazar la comida chatarra, significa que no debes hacer lo mismo con los niños. Solo explícales que uno no debe comer dulces o papas fritas todos los días, ya que, en exceso, son perjudiciales para la salud.

3. No le des porciones grandes de comida

Escucha a tu hijo o hija si dice que ya no quiere comer. Los niños menores de 5 años sienten por sí mismos cuando están llenos. Si los sobrealimentas, pronto no solo desalentarás sus deseos de consumir alimentos sanos, sino de comer en general.

Sírvele a un niño mayor de 5 años porciones pequeñas de comida: ellos, como los adultos, tienden a comer más cuando hay una gran cantidad de alimentos en el plato. Si tu hijo no está lleno, siempre puede servirse más.

4. Ofrece un plato nuevo, al menos, 10 veces

Ofrece nuevos platos regularmente, pero al mismo tiempo, hazlo discretamente. Con los años, el chico tendrá menos papilas gustativas, y le va a gustar más la comida útil.

Ten en cuenta que para que un niño se acostumbre a un nuevo plato, debe probarlo de 10 a 16 veces. Por lo tanto, no saques conclusiones sobre lo que no le gusta comer al chico después de haberle ofrecido un platillo solo dos o tres veces.

5. No le des dulces como recompensa

No recompenses con dulces el hecho de comer un plato de coliflor. La política de compensación es una mala forma de tratar de hacer que tu hijo prefiera los alimentos útiles, porque los niños comienzan a calificarlos como algo desagradable que debe ser soportado. Y, como resultado, evitan esa comida.

Si el niño es pequeño todavía, no le des dulces como recompensa en absoluto. Es mejor comprarle su fruta o bayas favoritas. Cuando el chico se acostumbre a eso, le va a gustar más tener una naranja y una banana que una barra de chocolate.

6. Abraza a tu hijo más a menudo

El antojo de dulces en un niño puede deberse a la falta de atención. Está demostrado que las personas comen más azúcar cuando están aburridas o molestas. Por lo tanto, si no quieres que tu hijo se vuelva adicto a los dulces, abrázalo y bésalo con más frecuencia.

Y no uses la comida como consuelo. De lo contrario, tu hijo puede acostumbrarse a comer mucho durante situaciones de estrés.

7. Inculca hábitos alimenticios saludables hasta que tu hijo cumpla un año

La edad más favorable para que un niño se acostumbre a la comida saludable es hasta un año. Los pequeños que comieron verduras y frutas en su niñez, y a los 1-2 años, los aceptaron bien posteriormente. Después de sus 3 años se vuelve más difícil introducir nuevos platos en su dieta.

También es importante que la experiencia con la comida nueva sea positiva y repetida. No presiones al niño, mejor ofrécele un plato desconocido en porciones pequeñas, para que el chico se acostumbre de a poco a su gusto.

Durante el embarazo, ya puedes comenzar a sentar las bases de una dieta saludable. En este momento y durante la lactancia, una mujer tiene que comer una variedad de alimentos, dando preferencia a productos útiles. Desde el líquido amniótico y la leche, el niño percibe el aroma de la comida nueva, la recuerda y eso hará que luego la coma con más entusiasmo.

8. Alienta la actividad de los niños

Si un niño no come bien, hazlo jugar al aire libre y hacer actividad física. Cualquier movimiento mejora el apetito y también previene el exceso de peso. Es más probable que incluso la comida que no le gusta mucho le llame la atención después de hacer tales actividades, debido al hambre que ocasiona ejercitarse.

También se puede cocinar con los niños como lo hacen, por ejemplo, los italianos. De esta manera, no solo aprenderán los conceptos básicos de la cocina, sino que seguramente probarán sus propios platos.

9. Proporciona variedad

Los alimentos deben proporcionar al niño todos los microelementos y macroelementos necesarios, suficientes proteínas, carbohidratos y grasas saludables. Por lo tanto, es importante que los productos no solo sean útiles, sino también variados.

Asegúrate de que haya más verduras, frutas y otros alimentos útiles al alcance de los niños, y no galletas y panecillos. La única forma confiable de proteger a los pequeños de los alimentos dañinos es no tenerlos en casa. Los italianos, por ejemplo, no compran mayonesa, papas fritas, comida preelaborada y otros alimentos poco nutritivos. Por lo tanto, el chico no siente tentación de probarlos.

10. No permitas aperitivos adicionales

Masticar todo el día es un mal hábito que elimina la sensación de hambre e impide la absorción normal de los alimentos. Los chicos deben tener tres comidas principales. Entre ellas se permiten dos aperitivos para los niños pequeños y uno para los mayores (que no tienen esfuerzos físicos o mentales significativos).

Los franceses tienen reglas estrictas al respecto. Dividen todos los alimentos en tres comidas. Mientras tanto, no corren hacia el refrigerador (incluso por la noche) y no comen al paso. Solo los niños pueden ingerir un pedazo de pastel, fruta o chocolate después de las clases, pero esta comida (llamada “goûter”) se toma estrictamente entre las 16 y 18.

11. Enséñale a tu hijo a comer solo en la mesa

Evita la televisión, los juegos y otras formas de distracción durante la comida. Permite que el niño aprenda a comer solo, con la ayuda de platos especiales para los niños, baberos y sillas altas. Él debe estar completamente centrado en comer.

No apresures al bebé, déjalo comer tan rápido como pueda. Mientras más lento sea, mejor absorberá la comida.

¿Cómo acostumbras a tus hijos a los alimentos saludables? Cuéntanos sobre eso en la sección de comentarios.

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