El valiente perro que ayudó a salvar la vida de muchos niños en Alaska y fue la inspiración para la película “Togo”

Gente
hace 2 años

Hay historias de personas o animales que por su valentía y capacidades extraordinarias logran cautivar a los lectores, y que luego sirven de inspiración para películas que cuentan sus hazañas. Tal es el caso de Togo, un can que sorprendió con sus habilidades de líder y fue pieza clave a la hora de salvar la vida de muchos de los habitantes de un pueblo en Alaska.

En Genial.guru nos encantan las historias conmovedoras, por lo que quisimos rendirle honor a este pequeño animalito compartiendo algunos detalles de su vida, los cuales lo hicieron convertirse en un héroe.

Quién fue Togo

Togo fue un husky siberiano que inspiró la película de Disney que lleva su nombre. Fue líder de un musher, un medio de trasporte donde uno o varios perros tiran de un trineo para moverse a gran velocidad. Esto suele ser habitual en sitios nórdicos, donde se dificulta la movilización en vehículos convencionales producto de las bajas temperaturas y fuertes nevadas.

Este animalito fue considerado un héroe junto con otros perros que ayudaron a salvar la vida de muchos niños en 1925, cuando hubo un brote de difteria en Nome, Alaska.

En sus primeros años de vida, este can fue considerado un animal difícil y travieso, sin muchas habilidades para desempeñarse como perro de trineo y mucho menos como líder. Por eso, su dueño, Leonhard Seppala, quien era criador y entrenador de canes, decidió regalarlo para que se convirtiera en un perro doméstico. Lo que no se imaginaba era que Togo lograría escapar para volver con su dueño original cuando tenía apenas 6 meses de edad.

Un líder nato

Este cachorro bastante travieso tenía la habilidad de escabullirse para perseguir a su dueño en sus viajes, hasta que un día logró sorprenderlo con sus capacidades. Entonces, este decidió hacerlo parte del grupo para tirar del trineo cuando tenía tan solo 8 meses, llegando a compartir en su primer día la línea delantera con el perro guía de ese momento, “Russky”, algo inusual para un animalito tan joven y sin ninguna experiencia.

Togo comenzó a entrenar y pocos años después se convirtió en el perro guía. Fue un líder excepcional; en varias oportunidades salvó a los miembros de su manada de caer y ahogarse dentro de las aguas heladas de Alaska, y solía buscar estrategias para ayudarlos cuando ellos se quedaban varados sobre una pieza de hielo gigante y necesitaban volver a la orilla para salvarse. Su singular inteligencia y su lealtad hicieron que la relación con su dueño se hiciera cada vez más estrecha.

Una epidemia comenzó a asechar a los niños de la comunidad de Nome

En el invierno de 1924, en Nome, comunidad ubicada al norte de Alaska, hubo algunos casos de niños menores de 5 años que presentaban inflamación y dolor en la garganta. Al principio, los médicos locales pensaron que se trataba de amigdalitis, hasta que muchos de estos pequeños perdieron la vida en cuestión de días luego de presentar los primeros síntomas.

En ese momento se dieron cuenta de que se trataba de un brote de difteria que pondría en riesgo la vida de todos los niños de la comunidad, ya que el hospital local no tenía la antitoxina para frenar la epidemia que se avecinaba. Las autoridades locales solicitaron al Ministerio de Salud más de un millón de dosis para contrarrestar la enfermedad, pero las bajas temperaturas, de casi −46 °C en Alaska, ocasionaron que la mayoría de los medios de transporte estuviesen fuera de servicio.

Así que la única opción viable en ese momento era acercar gran parte de las dosis y organizar una expedición con perros de trineo para buscar la antitoxina y llevarla hasta la comunidad de Nome lo más rápido posible.

La gran carrera de la misericordia

Esta travesía inició la noche del 27 de enero de 1925 en la estación de trenes de Nenana, al oeste de Alaska, donde 20 perros de musher y unos 150 canes de trineo junto con sus dueños debían llevar un cilindro de 9,1 kg que tenía el medicamento. Se formó una cadena de relevo compuesta por 20 conductores y sus perros, donde los equipos debían llevar el paquete por un segmento del recorrido y entregarlo al siguiente conductor, y así sucesivamente hasta completar el viaje.

Las bajas temperaturas entre los −53 °C y −29 °C y las fuertes nevadas le agregaron mayor dificultad a la expedición. Algunos de los conductores sufrieron de hipotermia durante su sección, y muchos de los perros más inexpertos fallecieron congelados.

Togo y su manada recorrieron 146 km en su parte del trayecto, pero cerca de 420 km para ir y volver desde casa, casi el triple de lo que los demás equipos completaron. Además, su tramo fue el que tuvo mayor dificultad, ya que los animales tuvieron que atravesar el mar congelado durante 32 km. Togo demostró sus habilidades como líder cuando salvó a su equipo de caer en una grieta en el hielo y hundirse en las aguas heladas.

Un triunfo con un reconocimiento algo equivocado

A pesar de su heroico y sobresaliente papel en este viaje, Togo no tuvo en ese momento el reconocimiento por sus logros y valentía. Quien sí lo hizo fue el perro guía Balto, también criado por Leonhard Seppala, pero cuyo conductor en ese momento fue Gunnar Kaasen. Ellos hicieron el último tramo del recorrido y entregaron las dosis de antitoxina a la comunidad, recorriendo solo 85 km y llevándose el mayor crédito por tal hazaña.

Hoy en día, Balto tiene una estatua en Central Park en su honor junto con los perros que ayudaron a llevar el medicamento al pueblo de Nome. Además, este animalito tiene algunas películas que inmortalizaron su historia. Un poco después se esclareció el asunto y se le dio un poco más de crédito a Togo por su papel en la aventura con una estatua en Seward Park, Nueva York, un poco más pequeña que la de Balto en ese momento.

En 2011 recibió el título al animal más heroico. Además, en el filme de Disney se intentó hacer un poco de justicia para este increíble animalito y su dueño, homenajeando su historia y logros casi 100 años después de este memorable hecho.

¿Qué es lo que más te gustó de esta historia? ¿Conoces otros ejemplos de vida como Togo que merezcan ser difundidos y compartidos? Estamos ansiosos por leerte.

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