Nueve experimentadores que implantaron dispositivos electrónicos en su cuerpo

Gente
hace 3 años

¿Te gustaría sentir en tu cuerpo un terremoto que está teniendo lugar a miles de kilometros en otra parte del hemisferio?¿O que todas las puertas se abran ante ti sin llaves? ¿O que debajo de tu piel parpadeen luces LED? Resulta que algunas personas ya están dotadas de estás capacidades.

Genial.guru te hablará sobre sujetos para los cuales no fueron suficientes las posibilidades humanas, y por eso decidieron cambiar drásticamente, sin temer a los experimentos realizados sobre su propio cuerpo.

Neil Harbisson

Neil Harbisson nació con acromatopsia, un tipo de daltonismo que solo le permite ver el mundo en tonos blancos, negros y grises. Esta enfermedad es sumamente rara, tanto que solo se da 1 caso por cada 33 mil personas. Debido a esta afección, en su infacia solía ir a la escuela con calcetines disparejos o con ropa muy brillante, lo que llevaba a sus compañeros a reírse de él. Ahora Neil se llama a sí mismo el "Hombre Cyborg", puesto que en su cráneo se implantó un dispositivo especial, el cual lee diferentes colores y los convierte en un conjunto determinado de sonidos.

El aparato se llama Eyeborg y funciona con baterías. Este es el último modelo de ese "ojo eléctronico", ya que el anterior debía recargarse desde una toma de corriente. Neil elige la ropa que para él suena bien y crea sonidos fotográficos en mp3 de otras personas. Puedes ver su discurso en TED aquí.

Moon Ribas

Moon Ribas es una bailarina y coreógrafa que hace experimentos con su propio cuerpo. Ella implantó en su brazo un chip especial, el cual detecta la actividad sísmica por todo el mundo y le entrega vibraciones cuando en algún lugar hay un terremoto. Moon menciona que esto le ayuda a transmitir esas ondas en el baile, y además de eso, en su nuca están implantados sensores especiales que le señalan sobre el acercamineto de otros bailarines por detrás.

La joven también es co-fundadora de la organización Cyborg Foundation, la cual promueve la idea de tranformar a las personas en ciborgs para ayudar a aquellos que tienen prótesis e implantes.

Tim Cannon

Las personas como Tim Cannon son llamados "biohackers". Este joven puso bajo su piel un chip de computadora con un cargador inalámbrico, el cual se encarga de medir su temperatura y presión arterial. En caso de que el portador tenga un día difícil, un programa especial preparará su casa para que a su regreso baje la iluminación y la bañera se llene.

Cannon fundó la compañía Grindhouse Wetware, la cual se ocupa de la elaboración de dispositivos para convertir a las personas en cyborgs. Frecuentemente los implantes de silicon con luces son introducidos en la piel solo para cuestiones de belleza, pero Tim está seguro de que en un futuro tales dispositivos podrán transferir datos más importantes tales como el nivel de glucosa en la sangre, reconocerán rápidamente un ataque cardíaco, entre otras cosas. Además, la compañía también planea crear un corazón artificial, el cual será elaborado en una impresora 3D.

Jerry Jalava

Jerry Jalava, oriundo de Helsinki, perdió una parte del dedo en un accidente de tránsito en el cual chocó contra un venado en su motocicleta. Hoy en día, el programador posee un dispositivo extraordinario en su cuerpo: un USB de 2 gigabytes implantado en el dedo, dentro de una simple prótesis. Jerry dice que está satisfecho con su dispositivo, ya que este USB es muy práctico y nunca se pierde.

Rob Spence

A los 9 años de edad, el canadiense Rob Spence sufrió una lesión y perdió un ojo. Rob creció, se convirtió en director de cine y decidió crear una prótesis ocular poco habitual con una videocámara, junto a un equipo completo de ingenieros biohackers. La primera variante del ojo artificial era trasparente, y dentro de la prótesis había numerosos cables y una cámara miniatura. Ahora el dispositivo se ve como un ojo normal, pero en lugar de púpila tiene un lente. El director se llama a si mismo "aiborg", colabora con compañías como Ford, Absolut Vodka y Volvo, grabando con la ayuda de su "ojo cámara" todo lo que él ve a su alrededor.

Amal Graafstra

El biohacker Amal Graafstra se implantó algunos chips RFID en ambas manos. Tales dispositivos pueden abrir puertas con tan solo un toque, encender la computadora sin ingresar la contraseña, guardar datos de la cartera electrónica y realizar pagos sin contacto alguno. El último invento de Amal es un chip subcutáneo que pone en marcha una arma de fuego que, en manos ajenas, simplemente no disparará.

Además, Alan fundó la empresa Dangerous Things, la cual vende conjuntos para una implantación independiente de chips bajo la piel. Graafstra dice que estos procesadores están colocados en una cápsula de cristal biocompatible, que la inyección para implantarlos es parecida a una vacuna y que este procedimiento es más seguro que el de un piercing.

Nigel Ackland

Nigel Ackland, de Gran Bretaña, perdió su mano como resultado de un accidente en su trabajo. Le ofrecieron probar una de las mejores prótesis que existen en este momento, la cual está conectada con los músculos superiores del brazo y al llevarse a cabo el proceso de la contracción muscular se activa un algoritmo de movimiento incorporado en la "mano". Nigel puede mover cada dedo por separado y producir movimientos exactos tales como atar las agujetas de los zapatos, abrocharse un botón o hasta pelar patatas. En las yemas de los dedos de la prótesis (la cual puede girar 360 grados) hay luces LED que se pueden utilizar en la oscuridad.

Ahora Nigel viaja por el mundo dando conferencias, intentando llamar la atención de personas con extremidades amputadas las cuales no pueden adquirir ni siquiera las prótesis más sencillas, por no mencionar los "brazos" biónicos de alta tecnologia.

Rich Lee

El estadounidense Rich Lee se implantó un pabellón auricular del cual salen pequeños imanes le permiten escuchar música. El sonido se transmite a través de un dispositivo con un cable que rodea su cuello (el cual siempre lleva consigo); los imánes hacen vibraciones y funcionan como un aparato de sonido que solo escucha Lee. Según él, la calidad del mismo es buena y superó todas sus expectativas.

Lee pierde la vista gradualmente, por eso en el futuro piensa utilizar los imanes implantados para aprender ecolocación.

Kevin Warwick

El profesor de cibernética de la Universidad británica de Coventry, Kevin Warwick, trabaja ya desde hace 20 años con chips. Su primer implante abría frente a él las puertas, encendía la luz y la calefacción, pero después de eso decidió realizar un experimento más peligroso sobre si mismo: un quipo de neurocirujanos implantaron un chip con cientos de electrodos en forma de espinas directamente en su sistema nervioso, para ser más exactos, en las fibras nerviosas medias del antebrazo. Después de esto, el profesor podía dirigir una mano mecánica creada especialmente la cual copiaba todos los movimientos de su mano.

En su siguiente experimento, Warwick y su esposa se implantaron unos chips especiales. El profesor afirmó que el resultado era parecido a una telepatía electrónica ya que él podía sentir a larga distancia lo que ella estaba haciendo. En un futuro cercano, Kevin planea implantar un chip en el cerebro de un hombre paralítico para que él pueda controlar su silla de ruedas con el poder del pensamiento.

Imagen de portada Jerry Jalava, Diagonal View

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