12 Historias de personas que resultaron ser más fuertes que Chuck Norris

Historias
hace 3 años

Nuestra vida está llena de situaciones impredecibles que ponen a prueba nuestras habilidades y valentía. Determinadas personas simplemente ostentan la genial habilidad de manejar estas situaciones con una fuerza indescriptible, personas dignas de admiración capaces de darlo todo y por encima de todo. Un ejemplo a seguir al que, a veces, les sonríe la rueda de la fortuna.

Genial.guru ha recopilado para ti 12 historias excepcionales sobre personas que han hecho frente a determinadas situaciones imposibles en la vida.

  • Trabajaba como diseñadora y el dinero solo me ajustaba para pagar la comida y el alquiler. Un día, me robaron la cartera en el autobús, en ella estaba todo mi salario. Estaba llorando, cuando de repente, encontré la cartera de alguien más en el suelo. La abrí y encontré mucho dinero. ¡Era mi día de suerte! Pero luego me di cuenta de que alguien más podía estar pasando por lo mismo que yo. Entonces, busqué en la billetera y vi una tarjeta con la información de contacto. El dueño resultó ser el conductor de un hombre rico. Me dio las gracias y me dijo que su jefe necesitaba a una diseñadora para su nueva casa. En mi primer día, me pagaron por adelantado. El cheque resultó ser tres veces más que mi salario anterior. ¿Quién podría negarse a creer en las coincidencias del destino después de algo así?
  • Una vez, mi madre me contó una historia sobre cómo había aprobado un examen oral. Ella solo sabía la respuesta a una de las dos preguntas que le tocaron en la prueba: "¿Puedo comenzar por la segunda?", le pidió al profesor. Él se sorprendió, pero accedió. Cuando estaba en medio de de la prueba, otro profesor entró y pidió que el profesor examinador saliera del aula por un motivo importante, y este pidió al recién llegado que lo sustituyera examinando a su estudiante, quien ya había contestado a una de las dos preguntas. Mi madre no lo dudó un momento y volvió a contestar a la segunda pregunta. Así fue cómo obtuvo la nota más alta.
  • No quiero que la gente piense que soy una persona aburrida, así que siempre intento darle un toque picante a mi vida. ¿Un rocódromo? ¡Por supuesto! ¡Cuanto más alto, mejor! ¿Hacer puenting? ¡Sí! Salté desde una altura de 83 metros. ¿Montar en una noria con cabinas abiertas? ¡Vamos! Pero, en realidad, soy una miedosa en lo que se refiere a todas estas cosas que llevan aparejada una subida del nivel de adrenalina. Cuando me subo a una atracción alucinante, hago la señal de pulgar arriba pero, por dentro, estoy llorando y rezando en el silencio.
  • Mi esposa y yo somos verdaderos políglotas. Yo hablo 9 idiomas y ella sabe 7. Visitamos diferentes países y hablamos con los lugareños utilizando su lengua. Muchos de ellos se sienten honrados por ello y algunos ni siquiera nos ven como extranjeros. Pero lo mejor es que mi esposa y yo podemos hablar una lengua que nadie más entiende. ¡Una mezcla de ruso-japonés-holandés!
  • Cuando tenía unos 10 años, fui al cine con mis amigas. Antes de que empezase la película, nos daba tiempo de dar un paseo cerca del río. Yo llevaba puestos unos zapatos bonitos. Para divertirnos, comenzamos a lanzar piedras pequeñas al agua con las manos. Luego, nos entraron ganas de jugar y empezamos a tirarlas también con los pies. Al lanzar una, uno de mis zapatos se cayó al agua y comenzó a hundirse. Traté de alcanzarlo, pero no pude, y me puse a llorar. Un chico joven que pasaba por allí y que nos vio, entró al río con unos pantalones caros y se mojó hasta la cintura para rescatar mi zapato. Lo sacó y me lo puso en el pie. Me sentí como Cenicienta.
  • Para los 30 años, me había convertido en una mujer exitosa. Criaba a un hijo, trabajaba como gerente en una gran compañía, viajaba... Hasta que me rompí una pierna. Entonces, el tiempo se detuvo para mí: no podía ir a ningún sitio, ni a la tienda, ni al trabajo, a ningún lugar. Empecé a leer libros, ver películas y trabajar de forma remota cuando podía. Al recuperar mi salud y tener que reincorporarme, me di cuenta que no quería volver a mi vida anterior. Dejé mi trabajo y conseguí otro a tiempo parcial. Ahora sé que es importante tomar un descanso de la rutina diaria, recobrar nuevas fuerzas, contemplar los amaneceres y comer helado en la playa al llegar la noche.
  • Todo el mundo me pregunta por qué, últimamente, me he convertido en alguien tan activa, feliz y viva. Ya hice un salto en paracaídas, volé en parapente, me hice un tatuaje y me gasté todo mi dinero en un viaje a la India. A todos les encanta mi "nuevo" yo. Sin embargo, nadie sabe que hace un mes que superé el cáncer. Estar viva, es mi mayor felicidad.
  • Conocí a un chico en la fila para obtener mi pasaporte antes de un viaje. La fila se movía muy lentamente. Tras estar allí unas seis horas, ambos sentíamos como si nos conociésemos de toda la vida. Al terminar, fuimos a pasear hasta el amanecer y hablamos toda la noche. Me pidió mi número de teléfono, pero vio que su celular se había quedado sin batería. No tenía bolígrafo, ni papel. Miró a su alrededor, encontró una gran rama y un pequeño trozo de carbón, dibujó mi número en la rama, se la puso en un hombro y se fue con ella. Su madre estaba muy sorprendida: su hijo fue por su pasaporte todavía siendo de día, su teléfono estaba apagado y regresó a las 6 de la mañana, feliz... con una enorme rama. A todas sus preguntas, él tan solo respondía: "¡Que nadie la toque!".
  • Los actores en el teatro, por regla general, no aprenden de memoria los textos que pueden leer sobre el escenario. No recuerdo el nombre de la obra, pero fue así: en un momento, un mensajero se precipita y pasa una carta al rey diciendo "Su Majestad, ¡una carta para usted!" El rey la desenrolla y... ¡Qué horror! Era una hoja en blanco. Era una broma de sus compañeros, pero el actor no se dio por vencido tan fácilmente. Devolvió la carta al mensajero y le dijo: "¡Léemela!", pero el mensajero no iba a caer tan fácil y reaccionó a la broma respondiendo con otra mejor: "Soy analfabeto, Alteza, la cultura es un don suyo".
  • Llevo trabajando de camarera ya tres años y creo que lo he visto casi todo. He visto a gente borracha, personas locas, los que no pagan sus cuentas y los que dejan grandes propinas en efectivo. Pero una vez, entró un hombre que pidió un café para sí mismo y un bistec casi crudo para un pequeño cachorro de león que tenía en sus brazos. ¡Bien, ahora puedo decir que lo he visto todo!
  • Mi apartamento está en una segunda planta. Mi cumpleaños es en verano. Una vez, cuando dormía, de repente, me despertó un ruido muy fuerte. Al abrir los ojos, vi un ramo de flores asomándose por la ventana de mi balcón y oí que alguien llamaba por el cristal. Me levanté y me di cuenta de que los golpes y las flores se sentían y estaban por todas mis ventanas. Mis amigos, que adoran las montañas (todos cuentan con un equipo para escalar), decidieron felicitarme por la mañana de esta manera tan especial. Cuando abrí las ventanas, entraron. ¡No olvidaré la alegría que sentí en ese momento!
  • Estaba en el asiento delantero de un autobús rumbo a casa. Quedamos atrapados a causa de un enorme atasco en el tráfico. El conductor notó que, en el camión de al lado, no estaba bien cerrada una de las cerraduras y esto podría acarrear una situación de grave peligro en la carretera, ya que la carga podía caerse o la puerta podría abrirse. Era de noche, todo estaba oscuro y el conductor del camión no se daba cuenta y tampoco podía verlo a través de sus espejos. Nuestro conductor intentó acercar el autobús al máximo hacia la cerradura para tratar de cerrarla. Después de varios intentos, lo logró. En ese momento pensé que, a menudo, nos ocurren cosas buenas: una mano nos salva de una situación peligrosa y nosotros ni siquiera nos damos cuenta.

Bono: este padre soltero cría a un hijo con un defecto cardíaco congénito. ¡Así se hace, papá!

Chace, de 4 años, lucha por su salud contra la Tetralogía de Fallot, un defecto cardíaco congénito que consiste en 4 anomalías del corazón al mismo tiempo. Los síntomas incluyen desde una respiración difícil, a un desarrollo físico lento y hasta episodios de color azulado de la piel. Chace no puede comer alimentos por vía oral y tiene un tubo especial instalado en su estómago. Su padre Robert es soltero y creó un blog donde comparte estas historias sobre sus vidas. Robert cuida a Chace, lo entrena y lo educa. En solidaridad con el pequeño, su papá se adhirió al estómago una copia del tubo que Chace tiene en el suyo. El chico considera a su padre el mejor del mundo y realmente quiere ser como él.

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