14 Historias sobre personas que siempre tienen un buen sentido del humor

Historias
hace 3 años

Probablemente, muchos de nosotros encontramos personas cuyo sentido del humor solo puede ser envidiado. Son difíciles de pillar desprevenidos y les gusta hacer chistes sobre los demás. Esta habilidad ayuda, especialmente, en situaciones desagradables.

En Genial.guru recopilamos para ti historias cuyos protagonistas nunca tienen momentos embarazosos. ¡Lee y disfruta!

  • Llevaba conviviendo con mi novio 6 meses, y llegó la hora de conocer a sus padres. Estábamos preparando todo en la cocina cuando, de repente, sonó el timbre. Detrás de la puerta había un hombre y una mujer que comenzaron a decirme que los había inundado. Bueno, revisé todo, y cuando no encontré nada, los mandé al carajo y di un portazo. Otra vez sonó la campana y cuando abrí, vi que se reían de mí. Resultó que mis futuros suegros tenían un gran sentido del humor.
  • Estaba viajando en un transporte público y vi a un hombre con un muñeca fracturada y enyesada. Estaba sonriendo. Él me vió y “me disparó" con su brazo herido diciendo "Bang, bang", y luego sopló el humo de su "pistola". Le respondí haciendo como que tenía una herida en el hombro, y jugamos una guerra hasta el final del viaje. Fue divertido.
  • Tengo un buen sentido del humor heredado de mi padre. En una ocasión, cuando tenía 10 años, estaba mirando dibujos animados mientras él picaba carne en la cocina. De repente, escuché el fuerte sonido de un hacha golpeando algo seguido por un grito de mi papá. Entró corriendo a la habitación con los ojos saltones, goteando sangre de su brazo, y en lugar de un dedo había un trozo de carne. Él gritó: "Ayúdame, ¿qué hago? Me haché el dedo. Agarra un hilo, ¡vas a coserlo! Quizás se adhiera". Salté y empecé a correr por la habitación, pero debido al susto olvidé dónde estaban los hilos. Después de un rato los encontré y me acerqué con manos temblorosas a él, pero mi papá sonreía. Pregunté estúpidamente: "¿Qué? ¿No te duele?" Me contestó: "Fue una broma, deberías haber visto tu cara". Después agregó que actué muy bién y que no me desmayé. Nos reimos juntos un rato y él propuso: "Vamos, pongamos carne a tu mano y asustemos a mamá".
  • Mi amiga se casó gracias a su sentido del humor. Ella tiene poco pecho, por lo que usa todo tipo de almohadillas push-up para hacerlo lucir más grande. En una ocasión fuimos a la playa, sacudió con gracia su manta, y en ese momento la parte superior del traje de baño cayó con sus “senos falsos”. Ella dijo: "Mira que viento, se ha llevado el sostén con el pecho". Un chico que estaba al lado nuestro empezó a reírse a carcajadas y se sintió mal, tanto que tuvimos que ayudarlo. Una semana después le propuso matrimonio.
  • Anoche estaba volviendo a casa del trabajo y compré una pizza antes de tomar el bus. La comida estaba caliente y se veía muy rica. Tomé el transporte y nos quedamos atrapados por el tráfico. Todo ya olía a pizza y los pasajeros querían comer, por lo que luego de un rato, un chico dijo: "Nena, o sales o te comemos". Bueno, abrí la caja y compartí mi manjar con todos.
  • En el camino de regreso a casa, un hombre se dirigía rápidamente hacia mí. De repente, tiró sus bolsas (las tenía en las manos), empezó a agitar los brazos y se agarró la cabeza. Luego, tomó sus cosas de nuevo y se fue. Como tengo un buen sentido del humor, me paré por un momento y repetí todo lo que él hizo antes. Al ver esto, corrió tan rápido ¡que casi me derribó!
  • Viajaba en un tren y un chico guapo estaba sentado frente a mí. En ese momento, estaba chateando con mi amiga y me pidió que le enviara una foto suya. Bueno, "discretamente" tomé una imagen, y luego me di cuenta de que no había apagado el sonido y el flash. El chico comenzó a reír a carcajadas, y yo con él. Luego me miró y dijo: "Deja que mire a la cámara y me sonría, y tú aprovecha a tomar la fotografía". Lo capturé y nos reímos un largo rato. Hasta ahora tengo su rostro en el teléfono.
  • Un amigo trabaja en un café. Una vez, estaba observando el salón y de repente vio una cucaracha caminando sobre una mesa. Por supuesto, esto era inaceptable en un lugar de ese nivel, pero él no enloqueció: corrió hacia el lugar diciendo “Jorgito, querido, ¡pensé que te había perdido!” La levantó y se la llevó. Por su ingenio, los jefes le dieron un agradecimiento económico, y los clientes se rieron un buen rato.
  • Hoy, erróneamente, le dije a una vendedora: "Ok, google, ¿hay cigarrillos?" Ella no enloqueció y me respondió: "Su búsqueda no dio resultados".
  • Tenía un examen de anatomía. Mientras me estaba preparando, una linda chica estaba respondiendo a mi lado. Una de las preguntas que tenía era sobre odontología (nosotros eramos médicos clínicos). El examinador se burlaba un poco de ella (era evidente que estaba disfrutando de sus contestaciones) y finalmente preguntó cuántas veces se cambian los dientes. Una de las consignas más fáciles, incluso los que no estudian nada relacionado a eso saben que solo una vez (de leche pasamos a los molares). La muchacha estaba tan confundida que dijo: "¡Dos!" El profesor le preguntó con interés: "¿Cuáles son?" Y ella respondió: "Bueno, dientes de leche a molares, y ¡de molares a una dentadura de oro!" Me acuerdo que toda la audiencia rió y ella sacó una nota buena.
  • Una vez, se me acerco un tipo en un boliche y a mí no me gustaba conocer gente en este tipo de lugares, pero él insistió tanto que acepté. Sin embargo, le dí un nombre equivocado. Luego me dijo: "Dame tu número, te llamaré mañana". Sin pensarlo mucho le dí el de nuestro hospital psiquiátrico, y cada uno se fue por su lado. Después de 5 meses nos encontramos en la calle, y él me reconoció. Nos reímos por un largo rato y luego de algún tiempo me propuso matrimonio. Hace un año que estamos casados. Nunca me hubiera imaginado que iba a encontrar el amor de esa manera.
  • Hoy frenó fuerte el autobús en el que estaba viajando y presencié cómo un bebé se cayó de las manos de una mujer (que se levantó para bajarse en la parada) y terminó en las de un hombre sentado. El nene no lloró, pero dijo: "Papá". Él no enloqueció y le respondió: "Hola, hijo". Todos los que estábamos en el bus empezamos a reír.
  • Pedro era tartamudo. No lo hacía muy fuerte, pero a veces, se le notaba más. El chico tenía un buen sentido del humor. Durante un examen de matemática, dictado por una profesora estricta y responsable, Pedro entró a la audiencia, tomó la papeleta del examen y sacó pan, conservas y un cuchillo de su bolsa. Lo puso todo todo frente a la mujer, y ella, algo confundida, le preguntó: "¿Qué es eso?" El chico empezó a hablar, tartamudeando fuertemente: "Llla pppprrrregggunttta ess dddifcccilll. Hasssttta qque tttermminnne vva a tttennnnerrr hammbbbrrrre". La examinadora se rió durante mucho tiempo y le puso una buena nota.
  • Salí de la universidad con mis compañeras de clase. Se acercó un auto, bajó la ventanilla del conductor y escuchamos que dijeron: "Paren todas. ¡Tú, con la falda azul, sube rápidamente!", y me señaló con su dedo. Bueno, me metí en el carro en silencio. Mis amigas gritaron y corrieron detrás de nosotros, mientras mi padre y yo nos reíamos. Aunque ahora salgo sola porque ellas ya no me hablan.

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