15 Historias que demuestran que las ideas de los niños sobre el mundo difieren un poco de la realidad

Historias
hace 5 años

El mundo de un niño es mucho más asombroso y rico que el de una persona adulta, y todos hemos tenido a una edad temprana nuestras propias ideas acerca de algo que resultó no ser como pensábamos. Inventábamos nuestras propias explicaciones de palabras y de eventos, y nos sorprendíamos mucho cuando no coincidían con la realidad.

Genial.guru lleva un tiempo enterneciéndose con esta selección de maravillosas historias de la infancia, y ha decidido no ocultarlas más y compartirlas contigo.

  • En mi infancia, en la canción The Show Must Go On, siempre me pareció escuchar “El show más cerebrón”. Pensaba que era el tema principal de un programa extranjero en el que luchaban las mentes más brillantes de otros países, y trataba de encontrarla pasando los canales en la televisión. Todas mis búsquedas fueron en vano.
  • Cuando era niña, pensaba que te daban el cambio cuando el dinero no te alcanzaba para comprar. Todavía recuerdo cómo, a la edad de 4 años, discutí con una vendedora. Quería un anillo que costaba 0,10 USD, y solo le había dado 0,05 USD. A sus intentos de explicarme que mi dinero no era suficiente, yo gritaba: “¡Es usted la que me tiene que dar los 0,05 USD que faltan!”.
  • En el kínder, por alguna razón, nos daban una compota muy caliente en vasos de plástico, así que desde la infancia creía que ese postre debía estar siempre hirviendo, como el té. Hasta que un día, en la cafetería de la escuela, llevé mi compota fría a la cocinera y le pedí que me la cambiara por una “normal”. Los empleados se burlaron de mí hasta la fiesta de graduación.
  • En mi infancia pensaba que el primero en entrar al autobús se convertía en el conductor. Me imaginaba a la persona que manejaba deteniéndose en la primera parada y corriendo hacia la puerta para entregarle la gorra y la llave del conductor al primero que entrara...
  • Cuando era niña, mi cama estaba contra la pared, y siempre me dormía de espaldas a ella porque tenía miedo de los monstruos y pensaba que así no podrían alcanzarme. Todavía recuerdo cuando mi madre se sentaba un rato conmigo antes de que me durmiera, y yo giraba alegremente mi rostro hacia la pared, sabiendo que ella me protegería de todo.
  • De pequeña, siempre pensé que era un personaje de algún libro, y que toda mi vida y las situaciones que atravesaba eran una historia. Cada vez que me acostaba, pensaba que habían terminado de leer y habían cerrado el libro, y, cuando me despertaba, era porque continuaban leyéndolo. Ahora tengo 22, y a veces sigo pensando lo mismo.
  • En la infancia siempre soñaba con limpiar todo el fin de semana, pero nunca organizábamos un evento así en casa. Hasta me ofendía con mi madre por eso. El secreto estaba en que no acumulábamos cosas para limpiar en esos días. Pero una vez, mi madre me dio una sorpresa: me despertó un domingo, después de haber esparcido un montón de ropa por el suelo. ¡Qué feliz estaba! Me parecía que yo era muy genial, ya que también había dedicado todo el fin de semana a la limpieza y el lavado.
  • Cuando era niña, pensaba que la palabra “masa” se refería a la “masa” (martillo). Me imaginaba que el pan, al entrar en el estómago, nos golpeaba con fuerza, así que le tenía miedo a ese alimento y a otras preparaciones de harina.
  • Tenía unos 6 años cuando vi la película “El tigre y el dragón”. Después de eso, durante mucho tiempo pensé que algunos chinos podían volar. Entendía que los actores no sabían hacerlo, pero creía que sus prototipos sí. Pensaba que era una habilidad especial que se desarrollaba durante muchos años desde la infancia, algo así como el manejo de la energía corporal.
  • Cuando era niña, siempre me enviaban en verano a la casa de mi abuela para las vacaciones, así que durante muchos años pensé que en ese pueblo siempre era verano. Deberían haber visto mi cara cuando fui al lugar para las vacaciones de invierno por primera vez.
  • En la infancia, pensaba que los niños nacían sin extremidades, y que estas aparecían después. Cuando llevaron a mi hermano recién nacido a casa, exclamé: “¡¿QUÉ?! ¡Mamá, tiene brazos!”.
  • Cuando era chica, tenía mucho miedo de estar bajo la luz de la Luna. Pensaba que en cuanto eso sucediera, me convertiría en un hombre lobo y mataría a muchas personas. También convencí de eso a mi hermano. Juntos mirábamos el calendario lunar y el pronóstico del tiempo. Cuando había cielo despejado y Luna llena, cerrábamos con fuerza las cortinas. Y, por alguna razón, esos días también comíamos ajo.
  • En la infancia yo era muy delgada, al punto de que se me marcaban las costillas. Y pensaba que estas eran mis senos, como los de las mujeres adultas. Succionaba mi estómago para que mis costillas sobresalieran aún más.
  • De niña, pensaba que si te tragabas el pelo de un gato, todo tu cuerpo se cubría de vello. Jugaba con ellos, los acariciaba, pero apretaba los labios mientras lo hacía, y luego corría inmediatamente a lavarme las manos. No tengo idea de dónde saqué eso, pero lo creía sinceramente.
  • En la infancia, cuando miraba “Piratas del Caribe” y “Charlie y la fábrica de chocolate”, ¡ni siquiera sospechaba que uno de los personajes principales era interpretado por el mismo actor! ¡Así de distintos los veía! Cuando crecí me di cuenta de que Johnny Depp había hecho ambos papeles, y estuve en shock durante un rato.

Bono: la palabra que le faltaba a nuestro idioma

Cuando tenía unos 4 años, inventé la palabra “blur”: una mezcla de nieve, hielo, agua y barro. No existía un nombre corto para denominar tal cosa, pero la mezcla sí era real. Mis padres todavía usan este término en el habla cotidiana sin ningún tipo de burla. Nuestra lengua lo necesitaba.

A veces dan ganas de volver a la infancia, cuando el mundo era mucho más mágico de lo que es ahora. ¿Cuáles de las creencias que tenías de pequeño resultaron no ser ciertas? Cuéntanos, y tal vez tu historia se convierta en la estrella de nuestra próxima recopilación.

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Cuando era chica la tenía terror a las tormentas y a los truenos. Así que, para que no me sintiera tan mal cuando llovía, mi mamá me decía que ese ruido era producto de las nubes jugando a los autos chocones. Imagínense mi vergüenza cuando comencé la escuela y dije eso en mi curso jajajaja pero agradezco que mi mamá haya hecho ese esfuerzo por calmarme :'(

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