15 Personas que abusaron de la hospitalidad de sus anfitriones y ahora son “invitados no deseados”

Historias
hace 2 años

¿A quién no le ha pasado que “las visitas, como el pescado, a los tres días empiezan a oler mal”? Pues el abrir las puertas del hogar de par en par y convertirse en el anfitrión tiene sus ventajas y desventajas. Por un lado, los invitados pueden sentirse cómodos y tranquilos en un ambiente armonioso. Pero también existen algunas personas que se pasan de la raya y se toman demasiado a pecho la frase “siéntete como en tu casa”.

En Genial.guru nos gusta leer los comentarios de nuestros lectores. Por eso seleccionamos sus historias más cómicas e inusuales que te harán tanto reír como llorar.

  • Una vez, una amiga me invitó a pasar una semana en su nuevo departamento. Acepté. Como eran muchos días, fui con ella al supermercado y compré comida para ambas. A la mañana siguiente, me dijo que su tía necesitaba ayuda y que pasaría unos días con ella. Al final, gasté 50 USD en alimentos que ni siquiera comí porque me fui al día siguiente de haber llegado. © Soraya Flavia / Facebook
  • No se quedó en mi departamento, pero tenía toda la intención. Un conocido me pidió alojamiento. Yo amablemente le dije que podía quedarse en el dormitorio de invitados. Me preguntó: “¿Y por qué no en el tuyo?”. Le dije que olvidara la invitación. Me dijo que solo fue una broma y que yo estaba exagerando. © Karin Kohler / Facebook
  • En una ocasión, una amiga y yo nos reunimos en mi casa para que me enseñara a hacer una gelatina artística. La clase estuvo bien y aprendí. Lo que me molestó fue que me dijo que debía organizar mi despensa y puso etiquetas a todos los productos guardados en tuppers. Además, empezó a ordenarlos a su gusto. © Esthela Castelan / Facebook
  • En la secundaria, pasaba por un negocio y saludaba a la persona que atendía, una mujer embarazada. Un día me preguntó dónde vivía, le contesté vagamente y no volví más. Después, la encontré en mi casa conversando con mi mamá. Dijo que éramos amigas y necesitaba dónde vivir. Ni siquiera sabía su nombre. A pesar de que hablé con mi madre, ella le permitió quedarse. Estuvo por casi un año hasta que hablé con ella y le di un tiempo para irse. © Andrea Segovia Leiva / Facebook
  • A mi casa llegó mi excuñado con su familia a vivir por 3 meses. Se quedó año y medio. Hablé con él varias veces. Al final me hartó y lo corrí. Después, me enteré de que hablaba mal de mí. © Jonas Emiliano Sanchez / Facebook
  • Invitamos a casa a unos familiares políticos míos. Pues las señoras limpiaron toda mi casa, incluso el refrigerador. Sacaron y tiraron toda la comida que tenía guardada porque según ellas no se debían almacenar los alimentos por más de dos días. Cuando regresé, todos los recipientes estaban lavados y el refrigerador vacío. Antes de irse, todavía me dijeron cómo debía organizar mi cocina. © Yaneth C. Rodríguez / Facebook
  • Una prima vino a trabajar a la ciudad. Mi mamá le permitió quedarse a vivir con nosotros. Seis meses después, vino su hermana. Después de un año, decidieron regresarse porque no estaban a gusto. Cuando mi mamá fue de visita a su casa, se enteró de que dijeron que ella les pedía dinero cada semana. En realidad, todo lo que ganaban lo gastaban en comprar ropa de marca. © Adriana Paz Liera / Facebook
  • Antes recibía a unos familiares por mi madre, pero siempre se llevaban cosas de nuestros tocadores y hasta ropa de los armarios. La última vez, mi primo rompió la regadera de la ducha por querer ajustarla a su gusto. Me dejó sin poder bañarme durante una semana, y repararla me costó más de 3000 USD. Ni siquiera se disculpó. Desde entonces no recibo visitas de nadie. © Godel Gaby / Facebook
  • Una amiga hizo una fiesta en su casa para sus familiares más cercanos. Al finalizar la celebración, se dio cuenta de que alguien había dejado una gran mancha en uno de sus sillones nuevos. Tuvieron que tirarlo a la basura. Todos negaron ser culpables. © Mari Ro Sa / Facebook
  • Mi esposo invitó a la casa a unos amigos. Él les dio de todo para hacerlos sentir bien. Al momento de irse, se llevaron las toallas, jabones y el papel higiénico. © Rosa E. Martinez Baca / Facebook
  • Un fin de año, una amiga me invitó a pasarlo en su casa con sus hijos pequeños. Resulta que después de las 12 horas, ella salió solo “un momento” para felicitar a una amiga y no volvió hasta las 9 de la mañana del día siguiente. Fui su niñera para el fin de año. Nunca más. © Andrea Patricia Zentilli / Facebook

¿Tienes alguna anécdota de invitados que amabas, pero que con el tiempo perdieron su encanto? ¿Qué haces para ser el anfitrión perfecto?

Imagen de portada Mari Ro Sa / Facebook

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