18 Bodas que perfectamente podrían haber sido parte de un show televisivo cómico

Historias
hace 1 año

Muchas veces, aunque tengamos todo preparado hasta en el más mínimo detalle, las cosas pueden salir ligera —o totalmente— diferentes a como las habíamos planeado. Más aún cuando de grandes eventos se trata. Los invitados, el clima, el salón, el catering, hay demasiadas cosas que no dependen de nosotros y que no podemos controlar. Ya sea por despiste, mala suerte o accidente, hoy descubriremos cómo algunas bodas se torcieron de forma inesperada y bastante más de la cuenta.

¿Qué es lo más raro que has visto en una boda? ¿Cómo sería tu boda de ensueño?

  • El vestido de novia que me traían de Estados Unidos nunca llegó. El pastel lo traía el padrino, pero llegó sin pastel. Y para rematar, mi suegra llegó a la iglesia con el vestido al revés y fue la burla de todos. Mi mami en dos días resolvió lo del vestido, y en el mismo día salió a conseguir un pastel. © Dulcemaria Meneses Velez / Facebook
  • Mi marido y yo creamos una lista de reproducción con nuestra música favorita para nuestra boda. Era bastante larga y pasé mucho tiempo haciéndola. Entonces, mi esposo me dice que su familia conoce a un DJ, inmediatamente le digo: “No, no armé la lista de reproducción para que no se use”, así que hicimos un pacto, el DJ —fuera quien fuera— tenía que comprometerse a reproducir nuestra selección. Lo primero que salió mal fue el momento de mi entrada. Se suponía que tenía que sonar una canción en particular. En lo que se supone que es un momento conmovedor, ese en el que voy caminando hacia mi esposo, solo podía pensar “¡Esta es la canción equivocada!”. El DJ puso para la entrada la canción que habíamos escogido para el baile de novios. Luego, durante la fiesta, el DJ solo tocó música diferente. A mi esposo y a mí no nos gusta cualquier estilo de música, pero los invitados parecían felices, así que lo dejamos así por un rato. Después de un tiempo, me acerqué y le pedí que pusiera nuestra lista de reproducción. Puso una sola canción y luego volvió a la otra música. © ImDivingDeep / Reddit
  • Llovía mucho. El novio —mi esposo— se cayó al entrar a la iglesia y se ensució el traje que quedó todo gris de un lado. Mi suegra y un monaguillo lo llevaron al baño y lo limpiaron un poco. Igual se seguía notando mucho. Al salir, seguía lloviendo, más fuerte aún. Varias invitadas rodaron por las escaleras, pero nadie se lastimó ni fue grave. Fue un casamiento accidentado, pero feliz. © Nancy Lario / Facebook
  • Ya en la iglesia, con todo listo, el padre me llama y me dice que no me pueden casar. Me tuve que voltear y decirles a los invitados que por un trámite burocrático, una firma, no me iban a poder casar. Fue impactante, pero lo hice. © Maria Angelica Cruz Delmar / Facebook
  • Estábamos saludando a nuestra primera tanda de invitados cuando recibí un mensaje de texto de mi madre. Ella no es de las mejores comunicadoras y, además, le encanta hacer dramas, por lo que su mensaje fue muy catastrofista: “Lo siento hija, papá está hospitalizado, está muy mal y necesitará una cirugía de emergencia”. Leí el mensaje una y otra vez. Mientras todos a mi alrededor se reían y se sentían felices y emocionados, para mí el mundo se derrumbó. Sin mi padre allí, no seguiría adelante con la boda. Resultó que mamá, en su pánico, tergiversó la situación. Papá solo había tropezado, pero como es mayor y tiene otros problemas de salud, sus médicos querían ser cautelosos. Era verdad que habría que operarlo, pero tiempo después, no de urgencia. Finalmente, recibimos la confirmación de que podíamos “tomarlo prestado” del hospital para la boda. Estaba un poco loco por los analgésicos y en silla de ruedas, así que no pudimos “caminar” hacia el altar, aunque verlo en la silla en la pista de baile fue divertido. © poemsandpupandpasta / Reddit
  • Habían puesto fuegos artificiales en la puerta de la iglesia. Una vez casados y saliendo de la ceremonia, los invitados nos tiraron arroz y, algún despistado, viendo que ya salíamos, encendió los fuegos artificiales. La gente empezó a correr, agarrándonos del brazo. Total que la cosa acabó con mi marido en una punta de la plaza y yo en la otra, con la cola del vestido quemándose y mi suegra planteándola para apagarla. © Mayte Gonzalez / Facebook
  • Estábamos celebrando en la casa de mi hija. La vecina reclamó por el sonido y llamó a la policía. Cuando llegaron, les explicamos, los hicimos pasar, les ofrecimos torta y se fueron aconsejándonos bajar un poco la música. © Mónica Reid Delle-Donne / Facebook
  • Nosotros no queríamos fiesta, pero por la familia, especialmente mi madre, decidimos tener una boda pequeña y pintoresca. Seríamos solo 8, la familia directa. Planificamos con dos meses de antelación, ya era una boda superpequeña. Mi mamá decidió volar, con mi familia, el mismo día. Llegaron justo cuando la boda tenía que comenzar y aun sin arreglarse. Yo ya estaba en mi vestido, así que mi entrada fue ver a mi familia a medio vestir y preparándose. © hailstorm1414 / Reddit
  • El padre llamaba al novio por otros nombres, como “José Alfredo”, en lugar de “Jorge Alberto”, que es como se llama. Y no una vez, lo decía en repetidas ocasiones. Todos pensábamos “¿Quién es ese?”. Y cuando nos enojamos de broma, me dice: “Entonces tú te casaste con José Alfredo” y le contesté que no, que en él acta si estaba bien escrito. © Luz Adriana Zepeda Ortega / Facebook
  • Tras la ceremonia, cuando los invitados entraron en el salón de convite, los recibieron con canapés hasta la hora de sentarse. Raro porque en mi menú los canapés se servían ya en la mesa. Resultó que se habían comido los canapés de la boda del salón de al lado. © Trinidad Gonzalez / Facebook
  • Mi periodo vino justo para mi boda. Para poder cambiarme de tampón, tuve que dejar a un lado mi dignidad. Mi hermana estaba conmigo sujetando mi vestido detrás de mí mientras yo hacía “mi trabajo”. También corrió al auto para traerme unas mallas, para que me las pudiera poner debajo del vestido para tener más seguridad mientras estaba en la pista de baile. Nadie más que ella y yo lo sabíamos hasta que tuve que decírselo a mi esposo esa noche por necesidad. © fenomenal / Reddit
  • La recepción de mi boda se inundó de aguas residuales. Los invitados tuvieron que usar manteles para detener el agua, aunque mis amigos nos mantuvieron alejados del desastre de la mayor parte. Después se limpió un poco y seguimos pasando el rato. Aun así, fue muy incómodo, y considero que el salón debería devolverme el dinero o parte. © sig413 / Reddit
  • No en la boda, en la luna de miel. Debíamos ir en barco hacia Lanzarote, pero no fue una muy buena travesía. Equivocadamente, nos bajamos del barco en un muelle que no era el nuestro, con maletas y todo. © Andres Tomas De Saa Rguez / Facebook
  • Mi amiga me pidió que fuera su dama de honor y en un intento de ahorrar dinero decidió que quería que una amiga suya hiciera mi vestido a la medida. Ella eligió el patrón y los materiales, yo los pagué y ayudé a pagar el trabajo de la costurera para hacer el vestido. Acordamos que la costurera podía llamarme en cualquier momento para hacer pruebas y que el vestido estaría listo para la semana de la boda. Terminé llamándola para ir a probar la base sujetada con alfileres. Llegó la semana de la boda y la costurera no había terminado el vestido, aún estaba en pedazos, solo recortado y no se preocupó de decirnos que no podría terminarlo. Intenté buscar otro vestido, pero como soy de talla grande, no había nada en stock que me quedara bien y fuera del color correcto. Recogí el vestido el día antes de la boda. No sé coser, pero mi madre y dos amigas sí, así que nos pusimos a terminarlo. Trabajamos desde las 9 de la mañana hasta las 5 de la mañana del día de la boda. Hasta el último momento estuvimos cosiendo el vestido. No quedó perfecto, pero era pasable y luciría bien en las fotos. © CryssaRose / Reddit

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