Cuento navideño sobre quién es Santa en realidad

Historias
hace 5 años

La profesora de historia Leslie Rush le contó a su amiga Charity Hutchinson que su familia durante varias generaciones mantiene la costumbre de contar la verdad sobre Santa Claus. Y Charity, a su vez, compartió esta asombrosa tradición en su página de Facebook, plantando la idea a miles de padres. Después de todo, cuando un niño aprende la verdad de esta manera, no se siente engañado en absoluto, sino que, por el contrario, se da cuenta de que está listo para hacer más.

Genial.guru fue impresionado con esta maravillosa historia navideña y quiere compartirla contigo.

Cuando tu niño tiene entre 6 y 7 años y te das cuenta de que comienza a dudar de la existencia de Santa, entonces ha llegado el momento. Lleva al niño a la cafetería y, cuando se sienten en la mesa, dile: “Veo que has crecido mucho. No solo te has vuelto más alto, tu alma y tu corazón también se han hecho más grandes”. En este momento vale la pena recordar algunos ejemplos de buenas acciones y las decisiones correctas del niño en los últimos años.

“Es posible que hayas visto que algunos Santas son adultos disfrazados. Y algunos dicen que Santa no existe en absoluto. Así lo dicen aquellos que no están listos para convertirse en uno. Pero veo que tú, sí que estás listo”.

Pregúntale al niño por qué ama a Santa. ¿Por su gorro, trineo mágico, regalos, espíritu navideño? Deja que el niño diga honestamente todo lo que le viene a la cabeza. Y gradualmente lo diriges de regalos y dulces a buenas obras y la sensación de satisfacción cuando haces algo por los demás de forma desinteresada.

Le dices, “ahora estás listo para tu primer trabajo de Santa Claus”. Pídele a tu hijo que elija a alguien: un vecino, un cartero, un comerciante, un compañero de clase o un maestro. El niño debe averiguar lo que esta persona necesita. Explícale que debe hacerlo con discreción y no puede decir a nadie que es Santa. Ser Santa es hacer algo desinteresadamente.

Leslie contó la historia de cómo su hijo se convirtió en Santa

“Mi hijo mayor eligió a una mujer que vive en nuestra calle. Era como un personaje típico de algunos dibujos animados: su casa estaba vallada para impedir el acceso de los niños y a menudo se quejaba de los gritos infantiles. Al observarla, mi hijo se dio cuenta de que por las mañanas la mujer salía a recoger el correo descalza y entonces decidió que necesitaba pantuflas.

Fuimos a la tienda, compramos las pantuflas, hizo un embalaje bonito y dejó la inscripción: ‘¡Feliz año nuevo! De parte de Santa Claus’. Luego, por la noche, se acercó sigilosamente a la casa y puso el regalo debajo de la puerta. A la mañana siguiente, vimos cómo la vecina tomó el regalo, miró a su alrededor y lo llevó a la casa.

Después de 2 días, mi hijo la vio salir a recoger el correo con estas pantuflas. No tengo palabras para describir su felicidad. Es cierto, tuve que recordarle que NADIE debería saber que él era Santa Claus, de lo contrario dejaría de serlo. Y los años siguientes, eligió a varias personas y seleccionó un regalo único para cada una. Cuando mi hijo menor creció, fue el mayor quien le reveló el secreto de Santa Claus. Ahora los dos son Santa”.

¿Y tú, eres Santa?

El sentido esencial de esta historia es que el niño no se enoja cuando se entera de que fue engañado. Por el contrario, siente que ahora ha crecido y tiene una nueva responsabilidad de hacer el bien de forma desinteresada y discreta. No importa de dónde seas. Puedes llamarte Papá Noel, Santa Claus, Joulupukki, Père Noël, Noel Baba. Después de todo, Santa no es una sola persona, sino todos nosotros.

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