Decidí hacer amigos por correspondencia, y esta fue mi experiencia

Historias
hace 5 años

Me llamo Laura. Cuando era pequeña (y conste que estoy en los albores de los treinta), solía escribirles a mis parientes del campo que no tenían línea telefónica para mantenernos en contacto. Después de que ellos incursionaran en el mundo de los celulares y las redes sociales, no fue necesario seguir comprando sobres, y la costumbre de ir al correo se perdió totalmente. Pero, por alguna razón, por mucho tiempo quise volver a retomar esa costumbre a la que tanta dedicación le puse en la infancia.

Exclusivamente para Genial.guru, hoy quiero compartir mi experiencia haciendo amigos por correspondencia, para que comprendas por qué deberías comenzar a hacer lo mismo.

No todos tenemos las posibilidades de viajar por el mundo. A algunos nos faltan los medios, y otros postergan esos paseos por tener prioridades más urgentes. Así que, para quienes tienen sed de conocer personas del otro lado del planeta, existe la correspondencia: antigua, pero nunca pasa de moda. En mi caso, esta actividad había quedado pendiente en mi vida, hasta que un día me decidí a retomarla y comencé a buscar los medios para eso. No fue fácil, no sabía cómo empezar, no era algo tan sencillo como decir “Levante la mano el que quiera intercambiar cartas conmigo”, debía buscar amistades de otros países por mis propios medios. Sorpresivamente, un día escribí en Facebook “Amigos por correspondencia”, y me enteré de que existían diversos grupos de personas de distintos países que buscaban amistades como yo. Fue así que, desde mi país, Argentina, pude conocer a gente de EspañaRusia.

En la actualidad nos enviamos postales, libros, fotos de nuestro país y cartas, contando los acontecimientos históricos y fechas importantes que estamos viviendo. En días como Navidad o cumpleaños, solemos gastar un poco más y nos enviamos algún obsequio que entre en el sobre. A menudo solemos personalizar las cartas, porque sabemos que, para el destinatario, ver las hojas adornadas será motivo de alegría. Si quieres conocer algunos motivos por el que enviar cartas es un beneficio enriquecedor, sigue leyendo.

Escribir a mano da credibilidad y brinda más beneficios que el tipeo

Según la neurociencia, las palabras cobran mayor credibilidad si las expresamos en manuscrito en vez de hacerlo por tipeo. Escribir a mano ayuda a proyectar mejor los pensamientos y las ideas. Además, por el estilo único en el que cada uno plasma sus palabras en papel, hace que el destinatario tenga una impresión favorablemente distinta si recibe una carta hecha a mano en lugar de una escrita por computadora. Otro dato importante que agregan los profesionales es que la escritura manual estimula el cerebro, fomenta la memoria y sirve para diagnosticar desórdenes neurológicos.

Estimula la concentración y la prolijidad

Investigadores afirman que quienes escriben a mano suelen ser personas reflexivas. Esto se debe a que, quién normalmente tiene por objetivo escribir una carta, debe tener tiempo considerable para hacerla y pensar de antemano lo que querrá contar, planificando el orden de las anécdotas. La razón de tanta premeditación es que no es como un texto digital que si te equivocas aprietas “Borrar” y puedes volver a escribir sin ningún problema. En un papel, cuando borras demasiado y no se entiende lo que escribes o este se rompe, lo más probable es que tengas que volver a escribir todo en una hoja nueva, por lo que forzarás la atención para hacerlo con la menor cantidad de errores posibles (quizás hasta necesites un borrador).

Fomenta la paciencia

Las cartas no llegan de un día para el otro. Dependiendo de la distancia, hasta puede tomar meses. En mi caso, de Argentina a España, dependiendo de la suerte, un sobre tarda de un mes a tres meses (a veces cuatro). Al principio te impacientas, pero luego aprendes a esperar y a disfrutar de ese lapso sabiendo que cuando llegue la carta y veas tu nombre en ella, te sorprenderás y alegrarás.

Construyes tesoros

No sé si te ha sucedido, pero a mí me gusta leer cartas que mis abuelos solían enviarse con amigos o familiares de otros países en su juventud. Son reliquias que ellos han guardado en cajones por años. La posibilidad de revivir esa experiencia guardando sobres con nuestro nombre como destinatarios es una historia que seguramente podremos compartir en el futuro con nuestra familia.

En la actualidad, si estás interesado en mantener amistades por correspondencia, los medios no faltan. Hay grupos en redes sociales destinados a encontrar amistades de este tipo. Recuerda que (por lo menos en Argentina) el correo es algo costoso. De todas formas, se compensa por el ritmo lento en que una carta se envía y se recibe. No terminarás enviando muchas durante el año y tendrás tiempo para ahorrar.

Como ves, enviar cartas es una experiencia clásica dotada de belleza y beneficios para tu salud, y puede regalarte una sonrisa al saber que una persona desde el otro lado del mundo se tomó su tiempo para escribir tu nombre en tinta y empezar a contarte su historia.

¿Qué hay de ti? ¿Has mantenido amistades por correspondencia? ¿Te gustaría hacerlo?

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