Diego, la tortuga que salvó a su especie de la extinción, regresó a su casa después de 80 años

Historias
hace 3 años

Como hemos leído en otro artículo, Diego es una tortuga que ayudó a salvar a su especie de la extinción luego de colaborar en la reproducción de bebés tortugas. Así que, de 12 ejemplares de hembras y 3 machos que había en 1960 de Chelonoidis hoodensis, Diego ayudó a concebir 800 crías para poblar el mundo y evitar así su extinción. Una historia muy bella, sin dudas, pero lo cierto es que hemos conocido al protagonista de la historia sin saber de dónde vino, y aún más importante, qué pasó después.

Genial.guru ama los finales felices, por eso te comparte el regreso a casa de Diego, que con más de 100 años, logró tener 800 hijos y salvar una especie.

Si queremos saber a dónde regresó Diego, tal vez deberíamos comenzar por saber de dónde vino

Diego nació mucho antes que todos nosotros, hace más de un siglo, en la isla Española, en Ecuador. Sin embargo, fue extraído de su tierra natal años antes de que se inaugurase el Parque nacional Galápagos, el primer parque nacional del país, que tenía como objetivo preservar la integridad del ecosistema. Hoy en día, este sitio es considerado un patrimonio natural de la humanidad.

Y aunque podemos darnos una idea de la belleza y comodidades que tenía allí, lo cierto es que Diego aún tenía muchos caminos que recorrer y metas a las que llegar.

De la isla Española, se trasladó al Zoológico de San Diego

Se trasladó entonces al Zoológico de San Diego, uno de los más importantes de Estados Unidos, y convivió 30 años allí con otras especies. Pero lo que probablemente no se imaginaban (y mucho menos lo imaginaba el propio Diego) era que, en 1970, la Estación científica Charles Darwin en Ecuador comenzaría a reunir a las pocas tortugas Chelonoidis hoodensis sobrevivientes en el mundo con el fin de fomentar su procreación para salvar la especie. Un papel en el que, como sabemos, Diego cumplió una importante función.

Luego de 30 años viviendo en Estados Unidos, regresó a Ecuador en 1976 para demostrar sus habilidades reproductivas en la estación mencionada. En ese entonces, solo había 15 ejemplares de la especie. ¡Y vaya que tuvo éxito! En todos esos años viviendo allí, logró la reproducción de cientos de crías y, gracias a ello, en la actualidad hay 2 300 tortugas gigantes de la Española.

Después de 80 años, aproximadamente, Diego regresó a su hogar

Con 800 hijos, más de cien años, y habiendo recorrido distintos sitios en el mundo, lo cierto es que podemos afirmar que la tortuga Diego ha tenido una vida plena. Ahora, puede disfrutar del retorno triunfal a su hogar. Pero no es una tarea tan sencilla que se pueda hacer improvisando; su independencia requiere de un control por parte de los científicos.

Para llevar a cabo tal tarea, el personal a cargo se tomó mucho tiempo para desparasitar a las tortugas y controlar su salud exhaustivamente. Hasta les colocaron microchips para identificarlas y darles seguimiento cuando comenzaran su vida en la isla.

Tras meses de preparación y seguros los científicos de haber cumplido el protocolo necesario, el 14 de junio del 2020, las tortugas emprendieron su retorno junto con guardaparques que las depositaron en un sitio donde abundan cactus Opuntia, un alimento que suele ser de su agrado y que facilitará mucho su readaptación. El objetivo de los científicos es regresar en seis meses para ver cómo están viviendo y si la especie continúa reproduciéndose por sí sola, en libertad.

Su regreso al hogar significa tanto para nosotros como para él

El retorno a las islas en Ecuador luego de décadas en cautiverio para salvar a la especie no significa simplemente que se le devuelve la libertad al animal luego de toda una vida de trabajos y esfuerzo. Es mucho más que eso, significa que se cierra el programa para preservar la especie luego del éxito de su reproducción en cautiverio, permitiendo que, en libertad, ahora la naturaleza obre por su cuenta.

Además, siendo que la prevalencia de las tortugas gigantes de la Española corrió riesgo luego de ser objeto de caza en el siglo XIX por balleneros, llevando casi a su extinción en 1850, esta es una pequeña pero significativa retribución de la humanidad hacia el mundo animal. Aún queda un largo camino por recorrer, pero el retorno de Diego es una señal de esperanza que demuestra que, cuando el hombre lo desea, puede ayudar a que el mundo siga siendo un lugar más hermoso en el que pueden coexistir la humanidad y la naturaleza.

¿Conocías la historia de la tortuga Diego? Cuéntanos si en tu país existen especies características que estén en peligro de extinción y qué medidas se están tomando para cuidarlas.

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