La insólita historia de una mujer con dos úteros que tuvo mellizos

Historias
hace 9 meses

Poder tener un bebé, a veces, puede ser realmente una tarea muy difícil. Cuando la salud no acompaña, poder concebir se vuelve un sueño casi imposible y requiere de mucha fuerza y voluntad intentar (muchas veces) poder lograrlo. Ese fue el caso de Madeline y Jon, que nunca bajaron los brazos y tuvieron un embarazo tan extraño, que fue uno entre 50 millones.

Madeline Kaklikos es una trabajadora social de 24 años y vive en Melbourne, Australia, junto a su esposo Jon, de 27 años, y sus hijos mellizos, Nate y Cole, de 12 semanas. Casi dos años antes, en 2020, Madeline fue diagnosticada con útero didelfo (UD), una condición congénita extremadamente rara en la que una mujer nace con dos úteros.

Anteriormente, cuando tenía 18 años, se enteró de que tenía síndrome de ovario poliquístico (SOP), por lo cual concebir un hijo sería una tarea muy difícil. Sumado al UD, los médicos le recomendaron a la pareja que intentaran la fertilización in vitro (FIV).

Intentaron la feritilización in vitro, pero los embriones no se implantaban. Siguieron intentando, pero Madeline estaba aterrada de nunca poder tener un bebé. Unos meses después, los médicos lograron crear 11 embriones y, en el décimo intento, se transfirió uno a su útero izquierdo, que no había sido accesible anteriormente. Esta vez funcionó.

En junio de 2022, el médico llamó para decirle que estaba embarazada. Madeline estaba con Jon, sus padres y su hermano, y todos estallaron en gritos mientras se abrazaban. En la ecografía de 10 semanas, el obstetra estaba escaneando su panza, cuando lo notaron muy sorprendido. Les dijo, a los incrédulos padres, que podía ver otro bebé, que estaban esperando mellizos, y que uno de los bebés estaba en su segundo útero.

Los médicos les explicaron que la posibilidad de tener un bebé en un útero y otro en el otro, era de una entre 50 millones. También habían sido concebidos en diferentes momentos y de diferentes maneras: uno a través de FIV y el otro de forma natural.

El embarazo fue de alto riesgo y el médico les dijo que un segundo bebé podría poner en peligro todo, que hasta podrían perder a ambos bebés, y les aconsejaron terminar con uno. Pero ellos decidieron no hacerlo.

A las 34 semanas de embarazo, Madeline rompió bolsa e hicieron la cesárea. A través de una sola incisión externa, los médicos pudieron traer al mundo a ambos bebés. Luego fueron llevados a cuidados neonatales, donde estuvieron internados por 17 días, hasta ser dados de alta e ir a casa con sus orgullosos y felices padres.

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