Trabajo como guía en Israel, y estoy dispuesto a contarte toda la verdad sobre este país

Historias
hace 4 años

Hola, amigos. Mi nombre es Dimitri Shapiro. Hace 25 años, me fui por primera vez al extranjero, y mi destino fue, precisamente, Israel, país del que me enamoré literalmente a primera vista. Fruto de eso, cinco años más tarde, mi familia y yo decidimos mudarnos a este increíble lugar para siempre.

Más que nada, estoy orgulloso de que Israel haya logrado pasar de ser un desierto a un jardín florecido en tan poco tiempo (71 años). Y, a la vez, prácticamente cada centímetro cuadrado del lugar está plagado de historia, tanto del Antiguo Testamento como contemporánea. Intentaré transmitirles a los lectores de Genial.guru las emociones que me invaden a diario al vivir en este lugar, y, al final de este artículo, preparé un bono en el que revelaré mi sitio secreto para tomar las mejores selfis del país.

Aquí, la comida es un deporte de culto

Aquellos que ya estuvieron en Israel sabrán que el deporte favorito de los residentes locales es llenar su estómago. Y eso que solo comen una vez al día: comienzan por la mañana y terminan al llegar la noche. Aquí existen numerosas cadenas de tiendas, tanto kósher como aquellas donde venden absolutamente de todo, incluida la carne de cerdo y sus derivados.

Por regla general, las personas que trabajan hacen las compras el jueves por la noche porque el viernes es un día de jornada corta, y el sábado todo está cerrado. Los más ocupados, aquellos que incluso el jueves por la noche no disponen de tiempo para esos menesteres, prefieren pedir todo por Internet con el servicio de entrega a domicilio.

La casa debe disponer de elevador y de muchas plantas y vegetación alrededor

Encontramos elevadores incluso en viviendas de 4 o 5 plantas. Por supuesto, existen edificios sin estos, pero son construcciones antiguas. En las entradas se pueden ver puertas acristaladas con cerraduras con código y vestíbulos bastante amplios con espejos. Alrededor de los inmuebles, a menudo, se encuentran hermosos jardines, cuyo cuidado depende del personal contratado especialmente para ese cometido. Le pagan con el dinero de la caja de la comunidad de la vivienda, por lo que, cuanto más ricos son los residentes de un lugar, más digno se ve su jardín.

Por norma, no hay viviendas en la planta baja: esta es utilizada como aparcamiento para los vehículos de quienes viven en la casa. Tampoco se cuenta con calefacción central: debajo de los edificios hay una sala especial para tubos de gas, los cuales reemplazan la compañía suministradora. Las construcciones también poseen una sala para la basura, donde se encuentran contenedores para diferentes tipos de desechos: plástico, ropa vieja, periódicos y residuos electrónicos.

Los niños no juegan en los patios, sino en los parques

En Israel no hay patios próximos a los edificios residenciales donde se pueda jugar. Por eso, los padres llevan a sus niños a los parques, de los cuales hay muchos. En todas partes crecen árboles y se generan zonas de mucha sombra. Además, también se colocan toldos para proteger a las personas del Sol. Por todas partes hay fuentes de agua potable, y, en los parques infantiles, el suelo es especial, ya que posee una capa blanda para que los pequeños no se lastimen si sufren una caída.

A la entrada de uno de estos parques siempre se observa un cartel con las normas, las cuales no siempre se cumplen, pero el municipio aun así las establece. Por ejemplo, en esos lugares está prohibido pasear con perros, y se supone que solo los niños mayores de 4 años pueden usar los toboganes y columpios. Las normas también prohíben hacer fuego (encender carbón para una barbacoa), y tampoco se permite patear balones, en teoría, para no dañar a los más pequeños.

Hummus, el verdadero rey de la cocina israelí

Esta es una crema de garbanzos cocidos mezclada con salsa de sésamo y especias. Aquí se inculca el amor y el respeto por el hummus desde una edad temprana. Es parte de la cultura israelí, el ingrediente más importante en cualquier platillo y un producto imprescindible en cada refrigerador.

Para los judíos, este reemplaza a la mantequilla con mayonesa, y se utiliza como base en múltiples bocadillos. Durante el almuerzo, el hummus se utiliza como base para la carne o se sirve como platillo principal. Este producto no solo es sabroso, sino también muy nutritivo y saludable, rico en proteínas, fibra, antioxidantes, minerales y vitaminas.

La comida rápida local se llama me’orav Yerushalmi

Si en otros países lo que se come rápido y de pie son los shawarma, hot-dogs y hamburguesas, en Israel se opta por el me’orav Yerushalmi (“mezcla de Jerusalén”). Este platillo está compuesto por trozos de pollo bien fritos con cebolla, especias y salsa, los cuales se sirven dentro de un pan de pita.

Este platillo es un invento meramente israelí. Incluso se conoce el lugar y momento de su creación: 1967, en vísperas de la guerra de los Seis Días. Era muy tarde, y un grupo de soldados buscaba un sitio para comer, pero todo estaba cerrado. El dueño de uno de los restaurantes del mercado se compadeció de ellos, así que reunió trozos de pollo que encontró en su refrigerador y los preparó con cebolla y especias a la plancha.

A los vendedores de la ciudad vieja les encanta regatear

Incluso se ofenden si se ven privados de ese agradable momento obligatorio propio del comercio oriental. Aquí tienes algunas instrucciones para hacerlo paso a paso. Si las sigues, podrás comprar algo a la mitad del precio inicial:

  • Toma el artículo y muévelo con tus manos, mostrándote interesado.

  • Pregunta por el precio. El vendedor dirá algo irreal.

  • Pon una cara triste y, con las palabras “muy caro”, devuelve la mercancía y finge irte.

  • El vendedor hará un gesto de “espera, no te apresures”, y te preguntará cuánto le darías.

  • Di un precio “poco realista”. El vendedor se llevará las manos a la cabeza y comenzará a lamentarse. Solo por ser tú, te lo rebajará de 2 a 3 USD.

Espero que el principio de esta actividad haya quedado claro: él reduce poco a poco y tú aumentas hasta que lleguen a un punto en común. Ustedes se despedirán como amigos: el vendedor contento por el regateo, y tú también, por haber hecho una compra a un precio adecuado.

En el Muro de los Lamentos no solo se introducen notas, sino también cheques

Las cartas al Creador son traídas desde todos los rincones del mundo, pero algunas personas suelen optar por el camino más corto: simplemente entregan dinero. A menudo, en el Muro de las Lamentaciones se encuentran cheques con grandes cantidades (aunque siempre pendientes de confirmación). Las misivas se envían incluso a la oficina principal de correos de Jerusalén, donde a diario llegan cientos de cartas con la dirección “Jerusalén, Muro de las Lamentaciones. A Dios”. Las cartas se entregan al rabino supremo del Muro y este las introduce en las grietas de las piedras antiguas.

Un compañero, también guía, me contó una historia triste y, al mismo tiempo, divertida. Una vez, un turista de su grupo sacó al lado del Muro de las Lamentaciones un montón de sobres y comenzó a buscar una hendidura profunda.

— Estas son cartas para el Todopoderoso de parte de mis vecinos y familiares, explicó. — Es muy importante que lleguen rápidamente. Por cierto, ¿quién lleva el correo?

— Ángeles postales especiales, respondió mi amigo sonriendo.

De camino al autobús, el turista le preguntó al guía con qué frecuencia los ángeles sacaban las cartas del lugar, y si debería haber puesto un sello postal en cada sobre.

En Israel puedes confundirte con los días de la semana

“Con nuestra suerte judía, tenemos dos lunes”: así bromean los israelíes, de origen ruso, a quienes les resulta difícil acostumbrarse al hecho de que la semana laboral comienza oficialmente el domingo.

Además, en hebreo, desde los tiempos bíblicos y hasta la actualidad, no existen nombres para los días de la semana. Todo lo tenemos muy en claro: primer día, segundo día, tercer día... y así hasta el séptimo día, el sábado (sabbat). Por eso, si en el evangelio aparece: “Y al día tercero se celebraron unas bodas en Caná de Galilea”, nosotros, sabedores de todas esas complicaciones del calendario judío, podemos calcular fácilmente el día del evento en aquella aldea: martes.

A los lugareños les encanta bailar

La cultura de este país combina históricamente las tradiciones de los judíos que llegaron a Israel desde todos los rincones del mundo. Así, los bailes locales son diversos en cuanto a su ritmo, música, vestimentas, movimientos y estado de ánimo.

Un sábado por la noche, cuando ya no hace mucho calor, la gente acude a la orilla del mar para bailar. En el paseo marítimo se ubican pistas de baile especiales y hasta DJ, todo para disfrutar hasta altas horas de la noche. Los más resistentes bailan también de día.

532 perros en Israel llevan el nombre de Toy

Después de que la cantante israelí Netta Barzilai ganara Eurovisión 2018 con la canción Toy (juguete), el Ministerio de Agricultura descubrió que en Israel aumentó bruscamente la cantidad de perros llamados así.

Sí, leíste bien: el Ministerio de Agricultura lleva los registros de los canes. Tiene todas las estadísticas: razas, nombres, información sobre sus amos y más. Mi chico guapo (el de la imagen) se llama Shawn. La ciudad en la que vivo, Rishon LeZion, ocupa el segundo puesto en Israel en cuanto al número de perros, y cada uno de ellos posee un chip rastreador en el collar. La ciudad más “canina” es Tel Aviv. Allí se permite la entrada de mascotas en las cafeterías y en grandes centros comerciales.

El país reúne todas las condiciones para albergar a estudiantes

En nuestro pequeño Israel hay hasta nueve universidades. Una de ellas, en Tel Aviv, ocupa un vasto territorio en el que se ubican los campus y los edificios educativos. Frente a la universidad, a orillas del río Yarkon, hay un magnífico parque, el Ganei Yehoshua, donde a los estudiantes les gusta relajarse después de las clases.

Yehoshua es el nombre de uno de los alcaldes de Tel Aviv. Fue gracias a sus esfuerzos que este parque surgió, convirtiéndose en el “pulmón verde” de la ciudad. Aquí hay de todo para disfrutar: puedes correr por los senderos, ir en bicicleta o en un auto eléctrico, pasear en barco e incluso subir al cielo en globo.

El día de graduación, lo mejor es salir a la calle con tapones para los oídos

Si no lo haces, puedes acabar sordo por el ruido de los silbatos de fútbol y las bocinas de los autos. Además, por todas partes se oye la palabra mabruk, una especie de gran felicitación en árabe.

Los estudios terminan, se obtiene el título, y los jóvenes salen a disfrutarlo al máximo: van en auto con sus padres por toda la ciudad, se asoman por las ventanillas de este y producen un ruido terrible. Con toda sinceridad, para mí esto es atípico. En mi época, tras terminar los exámenes y la fiesta de graduación, nosotros paseábamos hasta la mañana y cantábamos canciones acompañados de una guitarra.

En la fiesta de Purim, los judíos comen “orejas de Amán”

Estas son deliciosas galletas triangulares rellenas con semillas de amapola, chocolatepasta de dátiles. Su nombre hace honor al antiguo villano Amán, quien calumnió a los judíos de Persia, tratando de acabar con ellos. Pero gracias a la reina Esther y a su tío, Mordejai, todo terminó bien: los judíos sobrevivieron y Amán fue ejecutado. Esta es una breve historia bíblica sobre la fiesta de Purim.

¿Por qué estas galletas tienen forma triangular? Se cuenta que, de esta manera, recuerdan al sombrero de tres picos que llevaba Amán. Y el nombre “orejas” u “orejitas” suele ser asociado con pequeños pasteles rellenos.

A los israelíes los comparan frecuentemente con cactus

Existe un cactus llamado Opuntia ficus-indica. Se encuentra en casi todas partes de Israel, y cuenta con deliciosos frutos. No en vano, existe un pequeño “pero”: para llegar a la pulpa jugosa, deben pelarse con esmero, evitando sus espinas, las cuales son pequeñas, pero nocivas. Al recolectar estas frutas, se ponen guantes de trabajo gruesos en las manos, ya que, si no lo hacen, una visita al médico está garantizada.

Estos frutos en hebreo reciben el nombre de sabres,tzabar. También se llama de esa forma a los nativos de este país. Sabra es un judío que nació aquí, en la tierra de sus antepasados, a diferencia de los que vinieron desde otro país. Es una palabra del argot, pero se arraigó en el lenguaje moderno muy rápidamente. Sabra no siempre es bien educado, a veces suena grosero y “espinoso”, al igual que el fruto del cactus. Pero cuando conoces mejor el término, te das cuenta de que las apariencias engañan.

Puedes ser atrapado por estafadores en las calles

En ocasiones, los turistas se topan con comerciantes sin escrúpulos, los cuales son verdaderos sinvergüenzas. Enumeraré algunos de sus principales trucos.

  • Un recuerdo gratis. A simple vista, todo parece muy lindo. Te entregan una baratija diciéndote: “Regalo, regalo”. En cuanto la agarras, inmediatamente comienzan a pedirte dinero. ¿Cómo luchar contra eso? No aceptar nada de manos de extraños.

  • Un buen samaritano. Se te acerca un hombre y te advierte diciendo que cerca de ti están actuando carteristas, por lo que te dice que vayas con cuidado. A menudo, las personas comienzan instintivamente a verificar si todas sus pertenencias están en su sitio, y, de ese modo, sin querer les enseñan a los delincuentes dónde están sus objetos de valor. ¿Cómo luchar contra eso? Agradece cortésmente y continúa con tu paseo.

  • Carta doble. En cualquier cafetería del casco antiguo, no confíes solo en las palabras: “Barato, te haré un buen precio”. Una persona que conozco pagó más de 70 euros por un plato de hummus, papas fritas y tortillas. ¿Cómo evitarlo? Pide la carta.

  • Pseudoguías. Suelen ser residentes locales que, por una excursión de 15 minutos a la iglesia del Santo Sepulcro, pueden sacarte casi 100 euros. ¿Cómo luchar contra eso? Contrata solo a un guía profesional con licencia del Ministerio de Turismo de Israel.

En la ciudad vieja existen monasterios invisibles

Es posible pasar días y días cerca de uno de esos monasterios y no ver la puerta de entrada. Cada uno de ellos cuenta, de media, con uno o dos monjes. Estos son diminutos, pero están operativos. Siempre tienen una iglesia en la que se celebra el culto de vez en cuando, y, por lo general, se alquilan celdas a los árabes cristianos como vivienda.

A veces es divertido: entras, y los niños de allí van en bicicleta y las mujeres tienden la ropa recién lavada, pero ese lugar está registrado oficialmente como monasterio.

Los gatos andan libremente por la calle

El Estado de Israel apareció en 1948. La población judía del país, en ese momento, era de unas 500 mil personas, y exactamente 3 años más tarde esta cifra se elevó a 1,5 millones. La gente simplemente no tenía dónde vivir: se aglutinaba en “ciudades” a base de tiendas de campaña improvisadas, en bases militares británicas abandonadas, donde convivía con una gran cantidad de ratas y ratones.

Los habitantes de estos campamentos acordaron alimentar a los gatos y cuidarlos en todos los sentidos para que terminaran con la invasión de roedores. Los niños que entonces tenían unos 5-6 años de edad recordaron cómo se comportaron entonces sus padres. En la actualidad, estas personas ya tienen más de 70 años, pero hasta el día de hoy mantienen la tradición de alimentar a los felinos. En casi todas las casas de cualquier ciudad de Israel habitan abuelos que, con su propio dinero, compran comida para gatos y alimentan a los animales de la calle.

Los eucaliptos crecen en las ciudades, bosques y campos

Probablemente digas: “El eucalipto es un árbol australiano”, y tienes toda la razón. En Israel fue plantado a propósito debido a la malaria que acabó con la vida de muchos lugareños a finales del siglo XIX y principios del XX. La enfermedad se propagó por los mosquitos que vivían en los pantanos. Por este motivo, los eucaliptos, en primer lugar, se plantaron principalmente en zonas pantanosas.

Ahora crecen en ciudades y pueblos, en bosques y campos. Con frecuencia, estos son los árboles más altos y antiguos que se pueden encontrar en Israel. Numerosas plántulas de eucalipto, en manos de los primeros pobladores, se convirtieron en el símbolo del asentamiento judío en estas tierras.

Las rosas israelíes pueden florecer con una gota de agua

La Reina de las flores tiene un homónimo: la rosa de Jericó. Esta planta es famosa no por su belleza, sino por su sorprendente vitalidad, gracias a la cual recibió el nombre de “flor de la resurrección”. En verano, sus ramas giran hacia adentro alrededor de las semillas maduras, para luego secarse formando bolitas. Arrancadas y arrastradas por el viento, pueden mantenerse así durante años, pero enseguida se enderezan en cuanto caen en ellas pocas gotas de lluvia.

Según la leyenda, la Virgen María, en su camino a Egipto, vio esta planta y la bendijo para otorgarle la vida eterna. La sorprendente capacidad de esta para “resucitar” hizo que se utilizara en las fiestas de Navidad y Pascua. Las ramas secas se metían en agua y, tras esperar unas horas, se obtenía algo parecido a una rosa.

Bono: un lugar donde puedes tomarte selfis únicas

En los Altos del Golán, en el noreste de Israel, encontramos la Rueda de los Gigantes: megalitos de gran magnitud de basalto, con un diámetro de hasta 158 metros y una antigüedad aproximada de 5 mil años. Una especie de Stonehenge, pero en Oriente Medio.

Desde el centro de esta estructura, a través de los agujeros-hendiduras en los círculos, tres veces al año (el día del solsticio de verano y en los equinoccios de primavera y otoño) se pueden observar puntos astronómicos bien verificados y comprobados por los humanos de civilizaciones antiguas.

¿Has viajado a Israel? ¿Posees recuerdos turísticos interesantes sobre la “Tierra prometida”? ¿Qué te sorprendió más sobre este país? Cuéntanos en la sección de comentarios.

Imagen de portada pixabay

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