Un deportista estadounidense hizo feliz a un pueblo africano, liberándolo de la esclavitud

“Yo luché contra personas, pero debería haber peleado por ellas”, esta frase pertenece a un combatiente estadounidense de artes marciales mixtas llamado Justin Wren. Durante mucho tiempo, el exitoso atleta fue susceptible a sentimientos suicidas y sufrió de dependencia hacia los estupefacientes. Una importante misión en África lo ayudó a salir de ese círculo vicioso y a liberar de la esclavitud a la tribu de los Pigmeos, la cual constantemente era oprimida por sus mismos compatriotas. El papel de Justin aquí es difícil de sobrestimar, ya que él pudo resolver esta situación sin usar la fuerza y evitando los enfrentamientos entre las partes contendientes.

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Desde la infancia, Justin Wren sintió una gran pasión al deporte. Al principio practicó lucha libre, después optó por la grecorromana, pero su verdadera fama se la dieron las artes marciales mixtas (AMM). Estas las empezó a practicar a nivel profesional a los 18 años. En 2009, a la edad de 22, aceptó participar en un espectáculo de deportes llamado The Ultimate Fighter, el cual precisamente se especializaba en AMM.

Después del vertiginoso éxito en el proyecto, en donde se convirtió en uno de los cuatro finalistas, fue bombardeado con muy interesantes propuestas. Sin embargo, muy poco después, el deportista comenzó a consumir drogas, abusar del alcohol, e incluso algunas veces intento suicidarse. En un momento dado, él se dio cuenta de que debía escapar de ese infierno, pero no sabía cómo. De acuerdo con las palabras de Wren, la salvación llegó en una visión, en la cual él estaba deambulando por los bosques tropicales del Congo.

Un poco después, él se enteró de que en ese país vivía un pequeño grupo de pueblos de bajo crecimiento conocidos como Pigmeos. Ellos no tenían sus propias tierras y a lo largo de varios años habían sido esclavizados por la tribu vecina, llamada Mokpala. Los Pigmeos trabajaban para ellos por comida, precisamente por dos pequeños plátanos al día.

La responsabilidad de los Pigmeos consistía en suministrarles agua a los Mokpalas. La fuente más cercana se encontraba a pocos kilómetros de ellos. Al llegar al Congo, Justin rápidamente se dirigió a hablar con la tribu, en donde los habitantes le contaron sobre sus dificultades. El deportista se dio cuenta de que ese conflicto tenía que resolverse de tal manera que ambas partes quedaran conformes con el resultado.

Entonces, él comenzó a cooperar con la organización Water4, la cual se ocupa de la resolución de la crisis por el agua. Después de haber comprado con sus propios medios una pequeña cantidad de tierra de los Mokpalas, él invitó a los especialistas a cavar ahí pozos y establecer surtidores. Esto no solamente garantizaría a la tribu la cantidad suficiente de líquido, sino que también reduciría el riesgo de sufrir infecciones y enfermedades, las cuales se trasmiten a través de las aguas abiertas.

Los Pigmeos ahora tienen agua, e incluso se convirtió en una fuente de ingresos para ellos, ya que su excedente sale a la venta y en calidad de pago ellos reciben artículos necesarios. También en las tierras que alguna vez fueron áridas, gracias a los esfuerzos de Justin Wren, ahora comenzaron a cultivar y cosechar frutas y verduras. El deportista vivió codo con codo con los Pigmeos durante 5 años.

Después de esa experiencia, él continuó con su actividad deportiva, e incluso escribió un libro llamado “Fight For The Forgotten” (del cual, el 33 por ciento de los ingresos de venta fueron donados a este pueblo africano). Justin también es fundador de la organización con su mismo nombre, en donde cualquier persona que lo desee puede participar y hacer aportes.

¿Qué otros ejemplos de acciones de buena fe de personas famosas conoces? ¿Alguna vez has prestado ayuda a quienes más lo necesitaban? Cuéntanos en la sección de comentarios.