Un hombre ha recorrido el mundo caminando junto a su perrita durante 5 años, y nos contó sus motivos para hacerlo

Historias
hace 3 años

La vida corre a pasos agigantados, y aunque nos gustaría que algunas personas fueran eternas, no existe una varita mágica que lo haga posible. Cuando Tom Turcich perdió a una amiga muy importante para él a los 17 años, su perspectiva cambió por completo. Después de pasar por ese trago amargo, él decidió que, mientras viviera, aprovecharía al máximo cada día. Y así comenzó a tomar forma un sueño grande: recorrer todo el mundo... caminando. Para su sorpresa, se encontró con una nueva compañera de viaje que lo sigue en su aventura y cuyas cuatro patas alegran su corazón.

Este viajero compartió con Genial.guru los detalles de su historia. Sin duda, es un gran ejemplo de que una de las maneras más lindas de honrar a los que ya no están consiste en vivir y hacer realidad lo que siempre hemos soñado.

Un golpe de realidad lleno de impulso para continuar

Tom siempre había tenido muy claro que quería viajar. Después de su gran pérdida, las cosas cobraron un nuevo sentido, y fue entonces cuando supo que la vida podía terminarse en cualquier momento y que la juventud no era una garantía.

Además, la famosa frase Carpe diem, que significa “Aprovecha el día”, y que vio en la película La sociedad de los poetas muertos, lo ayudó a abrir bien los ojos para definir qué era lo que quería. Sin embargo, a los 17 años era un poco complicado tener los recursos económicos suficientes para emprender su aventura. Tenía menos de 1000 USD y sabía que necesitaba ser creativo para aumentar esa cifra.

Un sueño en crecimiento y una decisión definitiva

Pensando en una opción que se ajustara a su cuenta bancaria, se le ocurrió que podría caminar por el mundo porque, después de todo, había personas que lo estaban haciendo, como Karl Bushby, y otros que ya lo habían logrado, como Steven Newman. Esas historias fueron una inspiración para Tom, y su idea comenzó a crecer, así que se enfocó en sus estudios universitarios y en conseguir empleo durante los veranos para poder ahorrar. Luego de graduarse, decidió seguir viviendo con sus padres en Nueva Jersey para seguir aumentando la suma, pero los años seguían corriendo.

¡Es ahora o nunca!

Le llegaron los 25, y se percató de que se le estaba haciendo un poco tarde para emprender el viaje que tanto había estado planeando. No podría vivir en la misma casa para siempre, pero si se mudaba, tampoco habría manera de evitar las responsabilidades económicas que eso implicaba. Entonces, aunque no tenía el dinero suficiente para cubrir los 5 años que tenía pensados para el recorrido, se lanzó a la aventura en 2015, un día antes de su cumpleaños, y cayó en la cuenta de que eso era lo único que necesitaba por el momento: empezar.

Por si fuera poco, el destino lo acomodó todo, pues Tom encontró a un patrocinador que también conocía a aquella compañera que había fallecido, y este se comprometió a donar un dólar por cada milla que caminara el aventurero con el objetivo de destinarlo a un fondo de becas creado en memoria de su querida amiga.

Un comienzo duro

Al inicio caminaba unos 24 km por día, pero poco a poco fue incrementando la distancia hasta llegar a alrededor de 58 km. Antes de conseguirlo, Tom tuvo algunos dolores en las piernas y algunas ampollas lo acompañaron durante las caminatas, pero el sueño seguía en pie, tan fuerte como nunca. Para no desgastar su espalda, llevó consigo un carrito personalizado para guardar sus pertenencias, que fueron disminuyendo con el paso del tiempo, debido al poco uso que les daba en el viaje.

Una nueva compañera en la aventura

Después de caminar 4 meses, dormir detrás de iglesias o escondido en los bosques, Tom hizo una parada en Austin, Texas, para descansar tres semanas en la casa de su prima. Después de dos días, una cachorra llegó a su vida y la cambió por completo. “Después de pasar por Georgia, pensé en tener un perro que me acompañara, porque conocí a alguien que me dio miedo y sabía que un amigo de cuatro patas habría entendido que esa persona era espeluznante”, dijo.

Entonces fue a un refugio de Austin y adoptó a Savannah. Cuando retomaron el viaje, él no tenía idea de lo que había hecho al adquirir esa gran responsabilidad. La cachorra había sido rescatada de una carretera, así que les temía a los coches. Sin embargo, con el paso de los días su mascota se fue adaptando y entendió qué era lo que estaban haciendo. “Estamos sincronizados, porque pasamos todo el día juntos. La llamo o la miro y ella hace lo que espero que haga”, comentó.

Todos los días acampan en un lugar nuevo, después de caminar 8 horas durante el día. Juntos han caminado más de 28 000 km, cruzando 37 países y 5 continentes. En 2 años, aproximadamente, pasaron por Texas, México, Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Honduras y Costa Rica, luego Panamá, y después volaron a Bogotá, pasaron por Ecuador, Perú, Chile, cruzaron los Andes hacia Argentina y luego fueron a Uruguay.

Posteriormente, pasaron por Dinamarca, España, Marruecos, Argelia, Túnez, Italia, Croacia, Turquía y Azerbaiyán. A estos dos aventureros aún les espera un viaje de unos dos años y una caminata de más de 16 000 km. Aunque es un largo camino, Tom está muy contento de tener a una compañera como Savannah.

“Ella es tan fuerte como una roca, en muchos sentidos. Yo intento ser igual, ella está conmigo en medio de la nada y tengo un gran respeto por ella y por lo lejos que ha llegado con esto, protegiéndome y completando la caminata”, compartió. Por todo el esfuerzo que ha hecho esta mascota, Tom aseguró que le construirá una estatua cuando todo termine, porque su perrita es realmente increíble.

Un camino lleno de satisfacciones y aprendizaje

Después de todos los obstáculos que ha superado, este viaje ha sido muy significativo para Tom. “Los primeros meses pude meditar y adentrarme mucho en mí mismo, para saber a dónde quería ir. Además, es una manera auténtica de conocer realmente un país”, comentó. Y, más allá de las aventuras y los pies cansados pero llenos de satisfacción, Tom aprendió que el mundo es mucho más grande de lo que parece, y que hay lugares intactos llenos de magia que realmente valen la pena. Lo único que debemos hacer es estar dispuestos a explorarlos y a conocerlos.

¿Qué opinas de esta historia? ¿Te atreverías a recorrer el mundo caminando? Si no quieres perderte las lindas anécdotas de este par de viajeros, puedes seguir sus pasos aquí.

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