10 Errores comunes en una rutina de belleza, y consejos sobre lo que deberíamos estar haciendo

Cuidarnos por dentro y por fuera es una señal de una sana relación con nosotros mismos. Pero aunque no sea nuestra intención, muchas veces no conseguimos los resultados esperados luego de crear y seguir toda una rutina de belleza. Al respecto, algunos dermatólogos y estilistas han opinado y coincidido en algunas de las fallas más frecuentes, como puede ser elegir el protector solar incorrecto y dejar que se pierdan los aceites naturales del cabello.

Genial.guru indagó en algunas de las cosas que arruinan una rutina de belleza, y lo que realmente debemos hacer para que todo vaya bien en ella. En el bono te espera un ejemplo de cómo una buena rutina puede cambiar completamente la apariencia de la piel.

1. El orden en el que se aplican los productos para el cuidado de la piel

De acuerdo con una experta en el cuidado de piel, aplicar los productos de la rutina de belleza en orden permite tener mejores resultados de cada artículo utilizado. Para hacerse una idea de la secuencia a seguir, se puede considerar usar los productos que van desde la consistencia más fina a la más espesa, o de líquido a crema.

También es conveniente distinguir la rutina diurna —dirigida a protegerse del sol, la contaminación y los elementos—, y en la noche continuar con el turno de los exfoliantes y productos de tratamiento para reparar la piel. Específicamente, según la experta, se debe tener dos regímenes de cuidado:

• Rutina diurna: empezando con un limpiador, seguido del tónico, suero antioxidante, crema para los ojos, tratamiento local (si es el caso, como lo son productos para el acné), hidratante y, finalmente, protector solar.

• Rutina nocturna: iniciar con una limpieza doble con un desmaquillante y un limpiador suave, continuar con esencias (si es el caso) o con sueros (como el ácido hialurónico), crema para los ojos, tratamientos como serums y peels, para luego finalizar una crema de noche o hidratante.

2. Limar las uñas

Casi por instinto, hay quienes a la hora de limar las uñas, giran la mano con la palma de frente al rostro (imagen a la izquierda) y liman las uñas sin un patrón definido. Pues bien, según Bachik, hay una forma adecuada de limarse las uñas, y no es precisamente esa.

La técnica correcta consiste en limar desde cada lado hacia el centro para así lograr un acabado uniforme. Además, es preferible girar la mano con la parte superior mirando de frente (imagen a la derecha), especialmente si la forma de la uña es cuadrada; con esto, la mirada se dirige al horizonte y no a la forma de tus nudillos.

3. Lavar las brochas de maquillaje

La higiene es parte fundamental de la rutina de belleza y esto incluye el mantenimiento hecho a las herramientas que se usan para aplicar el maquillaje, puesto que suelen acumular suciedad y pueden ser los causantes de irritaciones e incluso de algún brote de acné.

Si tienes dudas de cómo hacerlo, considera realizar este paso a paso un día a la semana con todas las brochas que tengas (incluso si las usas poco):

1. Toma cada brocha y mójalas con agua caliente, manteniéndolas en sentido horizontal.

2. Frota las brochas en la palma de la mano haciendo movimientos circulares y utilizando una pequeña cantidad de champú con pH neutro (imagen a la izquierda).

3. Enjuaga con agua y repite la misma operación hasta que el agua salga totalmente limpia.

4. Retira el exceso de agua con papel y déjalas secar en horizontal sobre una superficie plana, procurando que las cerdas queden fuera de la superficie de apoyo (imagen a la derecha)

4. Enjuagar el rostro

Según una dermatóloga certificada, es probable que una rutina diaria de cuidado de la piel inicie y termine con lavarse la cara. En ese sentido, deberíamos asegurarnos de realizar un buen enjuague facial.

La línea de la mandíbula, la línea del cabello y la nariz son puntos que suelen pasarse por alto durante el enjuague, y realizarlo de forma incorrecta puede provocar la acumulación de residuos, obstruyendo los poros y resecando la piel. En este sentido, es mejor tomarse el tiempo apropiado y prestar atención a todas las zonas del rostro durante al menos 60 segundos.

5. Usar protector solar

La aplicación diaria de un protector solar no es negociable, de acuerdo con un equipo de expertos; bien sea en un día soleado o incluso en espacios de interior, ya que las pantallas y luces eléctricas pueden emitir un tipo de luz (conocida como azul) que se ha demostrado influye en cómo fotoenvejece la piel.

Como recomendación, se puede aplicar media cucharadita de protector solar desde la clavícula hasta la frente todas las mañanas.

6. El protector solar que elegimos y cómo lo usamos

Aunque es frecuente escuchar que lo mejor será elegir el protector solar con FPS más alto, hay otros elementos a considerar. Por ejemplo, aunque un FPS de 50 quiere decir que se puede permanecer al sol 50 veces más antes de quemarse que sin su uso, es necesario volver a aplicarlo cada dos o tres horas al estar expuesto al sol.

Además, FPS solo describe la protección contra los rayos UVB, pero para protegerse de los rayos que penetran la piel más profundamente, provocando arrugas y las manchas marrones, debemos buscar la protección contra los rayos UVA o un producto que se indique de amplio espectro. En cuanto a la más amplia protección, se recomienda el uso de activos de óxido de zinc.

7. La frecuencia con la que se lava el cabello

Un cabello opaco puede deberse a un lavado excesivo. Según un reconocido estilista, es mejor que “no te laves el cabello todos los días”, agregando que “¡Cuanto más esperes, se verá y se sentirá mejor al momento de peinar!”. La falta de brillo puede ser una pérdida de los aceites naturales, así que es mejor tratar de limitar el uso de champú a solo unas pocas veces por semana.

Como consejo, elige los días de lavado en función de la aspereza y textura del cabello. Si tienes el cabello fino, lacio o graso, será mayor la frecuencia en comparación con uno espeso, rizado o seco (al que conviene lavar con menor frecuencia).

8. Humectar la piel

Otro de los errores comunes comentados por algunos expertos es el no hidratar la piel mixta o grasa porque se piensa puede provocar granitos. Pero contrario a esta creencia, muchas veces, una piel grasa se encuentra deshidratada, por lo que hay que ayudarla con cremas nutritivas e hidratantes libres de aceite y preferiblemente con texturas en serum o gel.

9. Cómo tratamos los granitos de la cara

Cuando aparece un granito en la cara, lo primero que se puede desear es que este desaparezca, y es ahí cuando la ansiedad puede ganar ventaja y hacer que apliquemos productos inadecuados o que simplemente busquemos extraerlo con nuestras manos, aún sabiendo que, en pocos días, este desaparecería sin dejar una cicatriz duradera.

Algunos productos comunes que se deben evitar son la pasta de dientes. Aunque puede secar el grano, también lo hará con la piel que lo rodea; además de irritar la piel y provocar que reaccione produciendo más sebo e inflamándose. Tampoco conviene evitar limpiar excesivamente a la piel y más bien utilizar un producto adecuado para acelerar su curación y mantener los brotes a raya.

10. La cantidad de producto que se utiliza

Otro error común es aplicar muy poco producto en un tratamiento de belleza o ir al otro extremo aplicando en exceso y de igual manera correr el riesgo de perder los beneficios que prometen los productos (además de dinero).

La cantidad de producto a utilizar debería ser un poco más de la que se indica en la parte posterior de la crema o tratamiento, considerando que todos los rostros son diferentes en tamaño y estado, así como en la capacidad para absorber los productos. Así, por ejemplo, aunque dos gotas de aceite facial pueden ser demasiado para una piel grasa equilibrada, en una piel grasa y deshidratada puede resultar poco.

Bono: tras un año de usar protector solar y seguir una rutina para el cuidado de la piel

¿Conoces a alguien que cometa algunos de estos errores? ¿Cuál piensas que es el más común? Déjanos saber tu opinión y cualquier otro consejo que quieras agregar en relación con el cuidado de la piel.