15+ Historias divertidas sobre la “dicha” de llevar a un bebé en el vientre

Mujer
hace 1 año

El embarazo es una experiencia única para cada madre. Algunas tienen más recuerdos de la primera ecografía, otras de un episodio del período de gestación, y muchas del momento del parto en sí. Por eso, decidimos fijarnos en los recuerdos de los usuarios de Internet, quienes inmediatamente piensan en muchas historias en cuanto oyen la mención del embarazo.

¿Qué historias divertidas sobre embarazos conoces?

  • Estaba internada en la sala de maternidad, a la cual ingresé un par de días antes. Mis tíos fueron a visitarme, así que salí a la calle, subí a su coche, hablé con ellos, y entonces sentí que estaba toda mojada. Me puse histérica. Empecé a gritar: “¡Rompí la fuente!”. El médico me examinó y resultó que mi tío había lavado el coche y, sin querer, había mojado el asiento, por lo que solo me había sentado sobre lo mojado. Recuerdo lo avergonzada que estaba. © Jamilya Shirvanova
  • Di a luz en una época en la que toda la ropa de la mujer que se ingresaba al hospital se le entregaba a su esposo o a algún familiar suyo. Después del parto, le pedí a mi marido que me trajera ropa para el alta y le dije que podía traerme el vestido que quisiera, ya que en ese momento me entraría cualquiera de ellos. Pero aun así trajo el que tenía cuando estábamos yendo al hospital. Así que me di de alta vestida en una “bolsa de papas”. Muy linda foto. © Tatiana / Genial.guru
  • Era la primera vez que daba a luz sin analgésicos. Fue rápido y un poco abrumador. Así que cuando los médicos me enseñaron a mi hijo, mis primeras palabras fueron: “Vaya, ¿eso es un bebé?”. Mi marido se rio: “¡¿Esperabas otra cosa?!”. © fuggerit / Reddit
  • Di a luz. El médico me dijo: “Deme el número de teléfono de algún familiar y lo llamaré para felicitarlo”. Me vino a la mente el de mi madre. Un hombre desconocido respondió. El doctor le dijo: “Felicitaciones, nació su hijo”. A las diez de la mañana. Lo siguiente fue una película: nos reímos un buen rato. Resultó que yo había dictado mal el último número. © Lusine Shirinyan
  • Unas horas antes del parto, tenía muchos dolores. Había una enfermera sentada a mi lado intentando calmarme. Me sugirió una pelota de pilates, diciendo que si me sentaba en ella, el dolor sería menos intenso. Estaba tan enfadada, y esta gran bola rosa me parecía tan absurda. Entonces le dije lo más amablemente que pude: “Gracias, pero ¿puedes retirarte, por favor?”. Después del parto, le pedí a mi marido que le enviara flores con una disculpa. © Hystericbarbie / Reddit
  • Mi madre es pelirroja y mi padre rubio. Durante el parto, los médicos pusieron un espejo a mi mamá para que pudiera ver todo el proceso. Ella miró por él y les gritó a los doctores: “¡Qué es esa cosa tan oscura!”. Le dijeron: “Esa cosa oscura es su hija, señora”. Mi madre pensó: “¡No puede ser, ella debería tener pelo claro!”. Así que nací con el pelo negro, que pronto se volvió rubio, y ahora me lo tiño de negro porque me veo mucho más bonita con el cabello oscuro. © Bianca N. Diesel / Quora
  • Fui al médico para la primera ecografía. Yo... y mi marido y su amigo. Mientras esperábamos en la fila, le ofrecimos al amigo de mi marido ser el padrino de nuestro bebé. Estábamos entrando en la sala para hacer el estudio; mi marido y su amigo se apretujaban detrás de mí. El médico señaló con la cabeza a nuestro amigo:
    —¿Quién es usted?
    —¡Soy el futuro padre!
    —¿Quién es este entonces?— dijo, señalando a mi esposo.
    El amigo se encogió de hombros y dijo:
    — Es el marido, ¿quién si no?
    Ni siquiera sé lo que pensó de nosotros, pero fue divertido. © Salivan / ADME
  • Estaba en la sala prenatal. A las 12 de la mañana empezaron las contracciones, así que llamé a mi marido y le dije que había llegado la hora. No di a luz hasta las 6 de la mañana. Cuando pasó todo, la enfermera vino, me dio mi teléfono y dijo: “Llama a tu marido, por favor”. Pensé: “¡Vaya servicio!”. Luego resultó que él no había podido localizarme y no había dejado de llamar a la clínica de maternidad. Los volvió locos a tal punto que todo el personal hospitalario esperaba que terminara el parto pronto para que yo le devolviera la llamada y él dejara de molestarlos. © Perla Negra / Genial.guru
  • Cuando mi abuela estaba en el hospital después de dar a luz, mi abuelo, que en ese entonces era cadete, subió por una tubería hasta su piso y pidió ver a su hija. Ella se la enseñó, él le levantó el pulgar, sonrió y se bajó. Diez años después, cuando mi abuela dio a luz a mi padre, le contaron esta historia como anécdota, y ella, ruborizada, admitió que era su marido. © Oído por ahí / VK
  • A las 6 de la mañana, una enfermera vino a tomarme la temperatura. Me dijo: “Qué raro que no estés durmiendo”. A las 6:20, ella pronunció: “Madres, vamos arriba para los análisis”. Ella misma a las 6:40: “Chicas, a la balanza y a tomar la presión”. Sí, claro, ¡qué raro que no estemos durmiendo a las 6:00 de la mañana! © KaToDream1 / Twitter
  • Estaba en mi séptimo mes y tuve que ingresar al hospital. Me encontraba en una habitación doble. Más tarde ingresó una mujer que tenía más o menos el mismo período de embarazo. Ella se lavaba los dientes cada media hora. Pensé: “Vaya, creo que tuve ’suerte’... estoy en la misma habitación que una demente”. Nos conocimos y resultó que ella realmente tenía mucho antojo de menta. Cuando llegué a casa, me invadió el mismo deseo: puse pasta de dientes en el cepillo y me lo metí en la boca. Después, no paré de cepillarme. © Natalia Pertrushina
  • Rompí la fuente a las 4 de la mañana en punto. Desperté a mi marido y tan pronto como le dije, salió de la cama como una bala. Nunca lo había visto moverse tan rápido. Todavía me río cuando recuerdo la expresión de su cara. © craftyisthenew**** / Reddit
  • Odio los albaricoques. Yo no los soporto, pero a mi madre le encantan. Es una maníaca de esos frutos. Una vez, el día de mi cumpleaños, ella recordó el mejor momento de su vida: mi madre tenía que darme a luz, así que no fue al campo de mi abuela, donde había una huerta de albaricoques. En cambio, mi tío sí. Conociendo la pasión de mi madre, volvió a casa el día 18 y trajo una cubeta de albaricoques. Los días 18 y 19 no la pudieron “despegar” de ellos. Se los comía sin parar. Cuando los terminó, hizo el bolso y se fue al hospital de maternidad. Nací el día 20. © Oído por ahí / VK
  • Dije todo tipo de cosas extrañas durante el parto. Una partera dijo que estaba segura de que yo llamaría al bebé “pequeño parásito” porque no paraba de gritar “¡Quítenme a este pequeño parásito, por favor!”. © kateqpr96 / Reddit
  • Cuando la anestesia hizo efecto, aluciné que tenía unos muslos enormes que se deslizaban de la camilla. Fue muy gracioso, porque podía verlos, pero no sentirlos. Me reí todo el tiempo mientras estuve pujando, así que el bebé nació en solo 3 pujadas. © Britnorm114 / Reddit
  • Estaba en la sala de maternidad. Había una abogada muy ocupada conmigo. No paraba de hablar por el móvil, discutiendo casos. Un día, su teléfono sonó. Lo escuchó durante un minuto, luego se desplomó en su silla, sus piernas literalmente se doblaron, y empezó a llorar. Había recibido una llamada de un hospital maternal vecino: resultó que se había convertido en abuela. Su hija tenía 17 años y, debido a la constante carga laboral, no se había dado cuenta de que la joven estaba embarazada. Pensó que solamente había subido unos kilos. © Dalare / Pikabu
Imagen de portada Perla Negra / Genial.guru

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