24 Pruebas que los vestidos de novia “tradicionales” no han sido siempre como creemos

Mujer
hace 10 meses

Aunque a algunas mujeres no les llame la atención la idea de casarse, muchas sueñan con poder entrar en una tienda de vestidos de novia a probarse modelitos. Su encanto femenino y elegante no pasa desapercibido para ninguna. Lo curioso es que esta prenda no siempre fue como la conocemos hoy. Ha pasado de ser de colores llamativos a ser blanca, y de ser usada después de la boda a ser de un solo uso, entre muchos otros cambios que te contaremos a continuación.

1. Década de 1900

Desde mediados hasta finales del siglo XIX, los vestidos de novia eran ostentosos, con grandes faldas con estructuras semirrígidas internas que les daban volumen y soporte. Se usaba mucha tela, ya que estas requerían de varias capas para adquirir un aspecto más majestuoso. Sin embargo, a diferencia de hoy en día, los vestidos de novia no eran de un solo uso. Tras la boda, eran lucidos en otros eventos y celebraciones. Por esto, se evitaba a toda costa el color blanco, ya que se ensuciaba con facilidad.

A principios del siglo XX, los vestidos de novia comenzaron a alejarse de los estilos aparatosos e incómodos de antaño. Comenzaron a ser más fluidos y sueltos, y la silueta empezó a “ablandarse” con faldas de campana y cinturas altas. A menudo, presentaban escotes altos y mangas largas y ajustadas, pero también se utilizaban con detalles como volantes y drapeados. La moda del blanco aún no estaba totalmente asentada, por lo que no era raro ver a novias vistiendo de otros tonos, negro incluido.

2. Década de 1910

Los vestidos de novia blancos se fueron estableciendo poco a poco, pero aún seguía siendo cotidiano verlos de colores. La diferencia principal con los de antes era que ahora se confeccionaban con telas más ligeras. Además, se les añadían detalles de encaje y bordados en las faldas y las mangas. El corte imperio, largo y femenino, estaba entre los favoritos.

Los velos, largos hasta el suelo o del largo del vestido, y los ramos grandes y pomposos también adquirieron un gran protagonismo durante esta década. Socialmente hablando, a finales de esta época, comenzó a popularizarse cada vez más el baile. Esto culminó en la maravillosa y muy rítmica etapa del charlestón, para lo cual las novias necesitaban tener mayor libertad de movimiento que antes.

3. Década de 1920

En los 20, las novias reflejaban la moda de la época, por lo que lucían liberales y modernas. Los vestidos solían ser más holgados, y podían ser “cortos”, por debajo de la rodilla, lo que permitía lucir medias y bellos zapatos. Eran modelos de estilo minimalista, con líneas rectas, mangas cortas y escotes muy modestos, circulares o en “V”, pero no demasiado pronunciados.

Las telas preferidas eran la seda o la gasa, y su decoración se limitaba a encajes o bordados y adornos con cuentas o lentejuelas, pero sin gran protagonismo. Los largos velos que caían en cascada seguían siendo un must para cualquier novia, y el accesorio top de la década fueron los sombreros estilo cloche. Los había especialmente confeccionados para las bodas e incluían ya los velos.

4. Década de 1930

La moda de esta época, marcada por la depresión de la guerra, era discreta y práctica. No era un momento festivo en el cual fuera fácil casarse, pero los futuros esposos se adaptaron a las circunstancias y las bodas continuaron celebrándose. Muchas novias, ante la situación mundial del momento, confeccionaban sus vestidos con la idea de teñirlos luego de otro color para poder utilizarlos nuevamente en su día a día.

Los diseños de entonces eran habitualmente largos y estrechos, y enmarcaban la silueta femenina. Las novias que podían permitírselo intentaban imitar los diseños de los vestidos de las estrellas de Hollywood. Los detalles decorativos eran escasos pero refinados, y, para dar más vida al conjunto, se añadían accesorios a juego como sombreros o guantes largos.

5. Década de 1940

Durante la década de 1940, en plena posguerra, los vestidos de novia seguían siendo principalmente sencillos debido a la austeridad del momento. Sus diseños se asemejaban mucho al de los vestidos de uso diario: faldas largas sujetas a una parte superior bien estructurada, entallada y de mangas largas. Los escotes preferidos eran los de corazón, “V” sin mucha profundidad y redondos.

El comercio internacional estaba muy limitado, por lo que las novias tenían que usar telas más comunes, fáciles de conseguir y baratas que en los años anteriores. Si bien los detalles decorativos eran discretos, incluso inexistentes, los tocados y largos velos eran indispensables; era en ellos donde se centraba un poco más la parte decorativa. Otra opción eran las diademas de flores frescas, que permitieron a las novias poder complementar su look de una forma original pero económica.

6. Década de 1950

Se dice que lo que estuvo de moda en el pasado, volverá a estarlo en algún momento del futuro, ya que las tendencias van y vienen constantemente. Este es el caso de la moda nupcial de 1950, que comparte grandes similitudes con la de 1850, es decir, el siglo anterior. A mediados del siglo XIX, los vestidos de novia eran muy ostentosos, con grandes faldas y estructuras semirrígidas internas que les daban volumen y soporte.

En los 50, ya pasadas las crisis y los malos ratos que la guerra había desatado, los vestidos de novia volvieron a tener una silueta bien definida, con gran cantidad de tela en las faldas, que eran voluminosas y tenían varias capas. Los corsés y las fajas para crear figura de reloj de arena estaban a la orden del día, y los detalles decorativos a menudo incluían aplicaciones de cristales, lentejuelas y bordados. Eran delicados y femeninos, y reflejaban el optimismo y la prosperidad de la posguerra.

7. Década de 1960

En los 60, la moda en vestidos de novia cambió radicalmente. Las siluetas de reloj de arena quedaron relegadas y se abrió paso los diseños más sueltos y volátiles de líneas simples y telas ligeras. En los años 60, el estilo hippie tuvo una gran influencia en la moda nupcial y aportó detalles como flecos, cuentas y flores a las novias de entonces.

Los vestidos de corte “A” con mangas de tres cuartos se volvieron sumamente populares en esta época, pero también lo fueron las faldas cortas entre las novias más modernas. El blanco siguió usándose, pero no era raro ver diseños modernos y desenfadados de colores vivos, acorde con los cambios sociales y culturales que acontecían.

8. Década de 1970

A principios de los 70, el estilo hippie que se popularizó en la década anterior seguía dando sus últimos coletazos. A estas alturas, los vestidos de novia ya se alejaban bastante de lo tradicional y expresaban la libertad creativa característica de la época. Reflejaban principalmente una actitud natural y bohemia.

Trajes de chaqueta, monos enterizos, vestidos largos o cortos, mangas para todos los gustos, incluidas las tan famosas acampanadas de estilo disco del momento... las opciones eran muchas, y para gustos, los colores. El factor común era una estética sencilla: maquillaje natural, tocados de flores, cabello suelto y detalles decorativos mínimos.

9. Década de 1980

Toda la ostentación que se perdió en las décadas pasadas se recuperó elevado a la máxima potencia en 1980. Las novias de entonces buscaban lucir exageradamente glamurosas, con outfits muy llamativos y de gran envergadura, tanto en tamaño como en detalles. En general, el gran protagonista de esta década fue el volumen, en todo en lo que pudiera ponerse. Las mangas abullonadas y los volantes cargados fueron muy comunes entonces.

Las faldas eran muy voluminosas también, y la cintura se acentuaba con fajas y cinturones anchos para resaltar aún más su forma. Los escotes eran pronunciados, en forma de “V” o corazón, y los peinados eran grandes y voluminosos también. El look nupcial se complementaba con todo tipo de accesorios posibles, lo que dejó totalmente atrás la sencillez y la naturalidad de los 60 y 70.

10. Década de 1990

Y como si del blanco y el negro se tratara, de la exuberancia de los 80 pasamos al minimalismo de los 90. En esta década, los vestidos de novia volvieron a experimentar un cambio radical en comparación con sus predecesores. Los diseños nupciales adoptaron nuevamente una estética discreta y elegante, al estilo del lema “menos es más”: siluetas limpias con faldas rectas y ajustadas de capas simples y largas.

La tendencia entonces eran los vestidos sin mangas con escotes en “V”, y si bien el color blanco no se dejó de lado, también se popularizaron durante estos años los tonos marfil y champán. Las novias optaban por los velos cortos y sencillos pero elegantes, o incluso prescindían de ellos, y sus peinados se “desinflaron”, lo cual seguía la línea minimalista de la moda de la época.

11. Década del 2000

Durante la década del 2000, los vestidos de novia se caracterizaron por una amplia variedad de estilos y diseños, desde clásicos y sobrios hasta modernos y atrevidos. Los modelos con mangas fueron quedando atrás y cobraron protagonismo los tirantes finos, o directamente los hombros descubiertos de los escotes “palabra de honor”.

También fueron populares los vestidos de corte princesa y las faldas tipo sirena; ambos diseños enmarcaban la cintura y se abrían en una falda amplia y glamurosa, resaltando las curvas de la figura de la novia. Los velos pasaron a estar en el banco de los suplentes, dando paso a las tiaras con pedrería y los tocados elegantes.

12. Década de 2010

En la década del 2010, los vestidos de novia comenzaron a mostrar una mayor diversidad de estilos y diseños, en lugar de seguir una única tendencia dominante. Algunas novias optaban por una estética vintage, inspirada en la moda de las décadas anteriores, mientras que otras se decantaban por estilos más modernos.

Las transparencias tuvieron su momento de brillar y dar lo mejor de sí. Se añadían como parte de los diseños, tanto en mangas como en faldas o en escotes de frente o espalda, lo que abrió un nuevo abanico de posibilidades decorativas integradas al vestido. En cuanto a los colores, el blanco siguió siendo el favorito de la mayoría de las novias, aunque cada vez era más común verlas vestidas en otros tonos o luciendo detalles de colores vivos en contraste.

Bono: En la actualidad

Aún es pronto para definir cuáles serán las predilecciones de las novias de esta década en la que estamos. Si bien en años anteriores las opciones eran limitadas y estaban muy marcadas por la tradición, las novias de ahora tienen para elegir de sobra. Social y tradicionalmente hablando, tienen libertad absoluta, porque, a esta altura del partido, ya nos hemos adaptado a casi todo en lo que a moda respecta.

Tanto en telas y decoraciones como en estilos y diseños, las opciones son infinitas. La tarea más complicada de las novias de ahora probablemente sea adaptar el modelo soñado para su gran día a su presupuesto disponible. El precio de los vestidos de novia de diseñador, hechos a medida, puede ser totalmente disparatado, llegando a superar incluso los 10 mil dólares.

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