8 Cosas para las que ya tienes demasiados años, y eso es lo mejor de todo

Mujer
hace 3 años

La mayoría de las mujeres teme envejecer, pero una edad madura alberga sus propias ventajas. Una dama estadounidense, Michelle Combs, como muchas otras, luchó desesperadamente contra los signos del envejecimiento durante bastante tiempo, pero cuando cumplió 52 años, decidió que ya había sido suficiente. Hoy, ella está convencida de que los estereotipos pueden arruinar la calidad de vida de una persona, pero cuanto mayor es la edad, más fácil resulta renunciar a ellos. En su blog, Michelle escribió sobre lo que eliminó de una vez por todas de su vida para ser más feliz.

Genial.guru ha elaborado para ti una lista con esos principios que Michelle rechazó sin perder nada a cambio.

1. Soportar algo que no te gusta

  • “No sé si eso está bien, pero si me tratan mal, no pienso mantener mi boca cerrada. Gritaré”.

Michelle Combs está convencida de que debe dejar de mantenerse callada cuando ve o siente que se está produciendo una injusticia. Estamos dispuestos a proteger a los demás, pero raramente lo hacemos con nosotros mismos. Se trata de construir tus propias fronteras psicológicas. Es muy importante saber mostrar a los otros cómo deben tratarnos. Hablar sobre lo que no nos gusta es el primer paso en esa dirección.

2. Preocuparte por lo que pensarán de ti los demás

  • “Una vez, entramos en una buena cafetería y sentí pánico. ¿Qué pensarán todas esas personas de mí? En aquel momento, decidí que su opinión hacia mí no cambiaría ni el sabor de la tortilla con tocino, ni del aguacate que estaba comiendo”.

A cierta edad, llegamos a entender lo que somos. Nuestras peculiaridades y debilidades solo aportan más sabor a nuestras vidas. ¡Disfruta todos los momentos! Una mujer positiva llamada Baddie Winkle, que adora los colores vivos y la ropa atrevida, demuestra esa verdad al mundo todos los días siendo ella misma.

3. Disculparte por el desorden en casa

  • ¿Sabes por qué mi casa está desordenada? Porque no tengo ganas de limpiarla de momento. Además, soy desorganizada y un poco descuidada”.

Por supuesto, no quieres llegar a los extremos de la situación, pero a veces puedes perdonarte a ti misma si tu apartamento está hecho un desastre. Después de todo, ese es tu hogar, y no tienes que disculparte con nadie por ello. Además, vale la pena tratar de descubrir por qué se volvió tan difícil para ti mantener el orden y la limpieza.

Y no tiene que ser necesariamente una cuestión de pereza. Existen varias razones por las que ni siquiera te das cuenta de que eso ocurre. Por ejemplo, estás tan inmerso con el estrés del trabajo que simplemente no tienes suficiente tiempo ni energía para poner la casa en orden. Eso les pasa a todos, es absolutamente normal.

4. Avergonzarte de tus debilidades

  • “Ya no tengo placeres pecaminosos, ahora los disfruto con regularidad. Y me gusta Lady Gaga”.

No tienes que explicar a las personas extrañas a qué dedicas tu tiempo libre. No importa si te gusta leer cómics infantiles, coleccionar cajas de cerillas o llorar por ver una telenovela, todo eso forma parte de ti.

El eminente físico Richard Feynman dijo una vez: “No tengo ninguna responsabilidad sobre lo que otros esperan de mí... Nunca he hecho lo que parecía importante para los demás y no tengo la intención de hacerlo a partir de ahora”. En base a ese principio, hizo lo que creyó oportuno, y por eso fue galardonado con el Premio Nobel.

5. Llevar zapatos incómodos

  • “No me importa si mis calcetines quedan bien o no con unas sandalias. Mi comodidad es más importante que ofender el sentido de belleza de un ajeno. Al diablo con los zapatos incómodos”.

El deseo de ostentar zapatos que suponen una pesadilla por llevar un tacón enorme, suele acompañar a la juventud. Con la edad, todo se vuelve más claro: lo que nos ponemos no solo debe ser hermoso, sino también cómodo. Usar ropa y calzado agradables es, antes que nada, una señal de respeto hacia ti misma y tu propio cuerpo. Tu vestimenta es un reflejo de tu personalidad: esta es una de las principales reglas de los estilistas. Prendas y accesorios que te quedan bien exactamente a ti, son una señal clara de una mujer feliz y en armonía.

6. Conservar todo lo que ya no necesitas

  • “Casi todo lo que se encuentra en la despensa, me es innecesario. Mi objetivo es enviar, al menos, la mitad de lo que tenemos al basurero. Y tal vez más”.

Al tratar de deshacerte de aquellas cosas del todo innecesarias, cada uno de nosotros acaba pensando esto: “¿Qué pasa si mañana lo necesito?”. Si no sabes por qué tienes ese artículo en ese momento, es poco probable que lo uses más adelante. Deshacerte de los trastos te ayudará a restablecer el orden, tanto en la casa como en tu mente, así como respirar a pecho descubierto. Sobre la vida con un mínimo de cosas y sobre la organización ideal del espacio, uno puede aprender mucho leyendo el libro de Marie Kondo, “La magia del orden”.

7. Perder el tiempo con personas que no te agradan

  • “Antes, solía ​​almorzar con compañeros de trabajo. Una vez, observé cómo se peleaban entre ellos, y me di cuenta de que no me gustaban: eran mezquinos y miserables. ¿Qué demonios estoy haciendo aquí?, me pregunté a mí misma”.

Nuestra vida es demasiado corta para perderla con aquellos que no nos interesan y nos resultan desagradables. Es mucho mejor enfocarse en los familiares y amigos que realmente valoramos. Un estudio realizado por científicos de Harvard demostró que las personas que están satisfechas con sus relaciones destacan por gozar de mejor salud.

8. Buscar algo bueno en cada persona

  • “La gente hace sus elecciones. Si deciden ser idiotas intolerables, que así sea. No siento la obligación de tener que buscar algo bueno en esas personas”.

Si buscas en lo más profundo, siempre puedes encontrar algo bueno en una persona. La pregunta principal es: ¿realmente es necesario? Solo tienes que aceptar que hay una categoría de individuos tóxicos, de los cuales vale la pena escapar como si de una plaga se tratase. Estamos hablando de personas que viven asumiendo el papel de víctimas y que no saben cómo perdonar, agresores pasivos y egoístas, acostumbrados a jugar con el único objetivo de beneficiarse a sí mismos. La comunicación con ellos estropea tu estado de ánimo, y supone una gran pérdida de tiempo y esfuerzo.

¿Estás de acuerdo con la opinión de Michelle Combs? ¿Qué cosas crees que dejarás de hacer a medida que te vayas haciendo mayor? Comparte tus reflexiones en los comentarios de este artículo.

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