10 Ideas para lograr una convivencia sana con un jefe complicado

Psicología
hace 1 año

Trabajar en un ambiente laboral armonioso influye de manera muy positiva en nuestro rendimiento, ya que sentir que formamos parte de un equipo donde hay respeto, donde se nos valora, puede inspirarnos a ser cada día mejores y a alcanzar con mayor efectividad nuestras metas. Para ello, siempre tendremos un líder o jefe que nos impulse y nos guíe. Pero ¿qué pasa cuando esa persona hace todo lo contrario y no nos trata de la mejor manera?

En Genial.guru te compartimos algunas recomendaciones sobre cómo manejar este tipo de situaciones, en caso de que algún compañero de trabajo, familiar, amigo o incluso tú necesiten saber cómo actuar con un jefe difícil.

1. Analizar la situación

Antes de entrar en pánico y hacerte ideas, trata de tomar un respiro e intenta identificar cuál podría ser la causa por la que tu jefe está actuando de manera hostil, pero sin juzgarlo. En casos como este, la empatía es la mejor aliada, y cuanto mejor se entiendan las razones de las acciones de tu superior, más claridad se tendrá sobre cómo actuar.

“Se trata de entender quién es realmente (no quién te gustaría que fuera), entender quién eres tú, y luego averiguar cómo puedes tener éxito con esa persona”, dice Mary Abbajay, presidenta de un servicio de consultoría y coaching organizativo.

2. Ser positivo

Sabemos que es difícil lidiar con estos problemas, pero intenta no desanimarte ni sentirte mal ante la actitud negativa de tu jefe. Mejor toma fuerza y sigue concentrándote en tu trabajo. Demuéstrate a ti mismo que eres bueno en lo que haces y que cada día puedes ser mejor. Trata de ser positivo y no resentido, así como aprender lo más que puedas de esta experiencia. Busca siempre avanzar en tu carrera, en lugar de esperar oportunidades para señalar los defectos de tu jefe. ¡Ese es el camino correcto!

3. Adaptarse al estilo del jefe

Además de ser proactivo y eficiente en tu trabajo, puedes empezar a observar el estilo de comportamiento de tu jefe, así como sus preferencias y manías. De esta manera, te ahorrarás tensiones frente a él sin que lo sepa, e irás desarrollando una habilidad de liderazgo clave, independientemente del tipo de jefe para el que trabajes.

Cuanto más te adaptes a trabajar con personas divergentes, mejor te irá en tu carrera, y cuanto más adaptes tu estilo al de tu jefe a la hora de comunicarte, más escuchará lo que dices.

4. Ir un paso adelante

Tener tus responsabilidades laborales bajo control hará que tu jefe se dé cuenta de que no necesita estar detrás de ti todo el tiempo y que puede confiar en tu persona. A partir de ahora, puedes comenzar a anticiparte a sus peticiones y tener todo listo antes de que te lo pida. De esta manera, no habrá motivos para que desconfíe de ti, e incluso se pueden mejorar la efectividad y los tiempos de entrega en general.

5. No hablar mal del jefe

Por muy difícil que esté la situación, nunca hables mal del trabajo de tu jefe ni a sus espaldas, ya que esta acción da una mala imagen, puede interferir en tu capacidad de avanzar en tu carrera y dañar tu reputación. Tampoco está bien tomarlo a la ligera o como chisme entre tus colegas. Solo en caso de que haya un problema legal, ético o de seguridad en juego, puedes denunciarlo directamente ante las leyes y cualquier otra protección que pueda aplicarse.

6. Ser profesional

No permitas que el mal comportamiento de tu jefe te haga actuar de la misma manera. Hay personas que se sienten con derecho a holgazanear, pierden el interés o dejan de rendir bien en sus actividades. ¡No seas una de ellas! Recuerda que uno debe ser profesional, esté en donde esté. Manejar bien a un jefe difícil puede distinguirte, pues nunca se sabe quién está mirando o escuchando. Sólo de ti depende que las personas te abran o cierren futuras oportunidades, así que siempre mantente firme y comprometido con tus responsabilidades.

7. No tomárselo personal

Dejarte intimidar por los gritos, juicios o críticas de un jefe, o incluso responderle de la misma manera, solo seguirá dándole poder. Mejor mantén la cabeza en alto y no le des la satisfacción de presionarte ni malgastes tu energía dejando que esas acciones te afecten. En lugar de eso, encuentra una forma de avanzar en tus propios objetivos, demuestra con tu trabajo quién eres realmente. Si decides confrontarlo, que sea con la cabeza fría y cuando ya se hayan calmado las cosas.

8. Aceptar nuestra responsabilidad

Es humano cometer errores, pero entendemos que a veces cuesta trabajo reconocerlos por miedo a vernos débiles, por ser perfeccionistas o tener una fuerte necesidad de aprobación. Entonces nos olvidamos de que no somos nuestros errores, ya que nuestra importancia radica en nuestros valores y principios. Así que deja de concentrarte en lo negativo y recuerda que todo desliz nos deja un aprendizaje. Enfócate en cómo podrías solucionar la situación, pues a veces deja más huella el cómo resolviste el problema que el error en sí.

9. Hablar en privado con tu jefe

No sufras en silencio. Si pasamos gran parte de nuestro tiempo trabajando, lo mejor es hacerlo con la mayor tranquilidad posible en términos de un ambiente sano. No te rindas antes de luchar ni temas tener una conversación incómoda. Expresa tus preocupaciones, ofrece soluciones y muestra disposición para mejorar la situación. Dale la oportunidad a tu jefe de responder, sin prejuzgarlo.

Acércate a él con respeto y un deseo genuino de hacer que las cosas funcionen mejor. De esta manera, podrás abrir la puerta a nuevos niveles de confianza, colaboración y resultados.

10. Abrirse a nuevas oportunidades

Nunca olvides lo valioso, capaz e inteligente que eres, y que lo primordial es tu estabilidad emocional. Si ya hiciste todo lo que estaba en tus manos para darle solución al problema y aun así nada mejoró, considera buscar nuevas oportunidades laborales, pero investigando bien sobre esa nueva área antes de dar ese paso. Y no es que te rindas; quédate con la satisfacción de que entregaste lo mejor de ti y que te llevas un buen aprendizaje que te convirtió en lo que eres hoy.

No le temas al cambio, mejor emociónate por todas esas cosas nuevas que vendrán y por ese fresco capítulo de tu vida que estás por escribir. Piensa que algo mejor te espera y que vas a sobresalir, que ahora tienes más fortaleza para enfrentar de mejor manera los nuevos retos que se presenten.

Cuéntanos, ¿cómo han sido las experiencias con tus jefes? ¿Qué le aconsejarías a alguien que está enfrentando una situación difícil con los suyos? Compártenos tus respuestas en los comentarios, que estaremos leyendo con mucho gusto.

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