10 Frases dañinas sin las cuales la amistad entre padres e hijos puede volverse aún más fuerte y sincera

Psicología
hace 2 años

La infancia es una etapa importante de nuestra vida, cuando hasta el acontecimiento más pequeño tiene un significado especial. Un ejemplo claro son las frases de los padres que un niño escucha a menudo, ya sean para elogiar o criticar. Los adultos no siempre se dan cuenta de cómo lo que dicen sin pensar puede tener grandes consecuencias en las mentes jóvenes.

Genial.guru quería averiguar qué peligros acarrean estas frases aparentemente inofensivas y qué consecuencias dañinas pueden tener en los niños.

“Deja de llorar”

Es importante permitir que los niños lloren y expresen sus emociones. Enterarse de que sus sentimientos no les agradan a sus padres puede confundirlos y también reducir las probabilidades de que quieran compartir sus emociones en el futuro. Ellos necesitan saber que es normal sentir tristeza, enojo y frustración. Además, nunca le decimos a un adulto que deje de llorar. Entonces, ¿por qué hacerle eso a un pequeño?

“Ve a besar a tu tía”

Todos queremos que los niños se comporten de manera cortés con los amigos y familiares, pero si los obligamos a dar besos y abrazos no deseados no estaremos respetando sus límites personales. Si insistimos en que se ajusten a expresiones de cariño y a deseos de espacio personal ajenos, entonces podemos formarles una idea equivocada acerca de los límites en el futuro, lo que puede tener consecuencias bastante peligrosas.

  • Fue el cumpleaños de una amiga de mi mamá. Vinieron muchos familiares, incluyendo un sobrino de 5 años con sus padres. Por supuesto, todo el mundo comenzó a admirarlo: “¡Qué grande eres!”, “¿Y qué sabes hacer?”, “Déjame besarte”. En pocas palabras, el niño se convirtió en el centro de atención para todos. Durante todo ese tiempo, el pequeño permaneció callado, escuchando pacientemente sus comentarios. Pero imagínate qué silencio permaneció cuando, 15 minutos después, pronunció en voz alta y de forma clara una sola frase: “¡Ya me hartaron!”. © expositor / Pikabu

“Te comportas como si fueras un niño pequeño”

La madurez viene con la experiencia, no con recordatorios constantes de inmadurez. Tales frases pueden perjudicar a los niños, ya que subestiman sus sentimientos. No hay que esperar que actúen como unos adultos. Si el pequeño no se comporta de acuerdo con su edad, entonces deberías examinar más detenidamente la situación, dado que a menudo los niños hacen esto cuando están nerviosos, ansiosos o asustados por algo. Vale la pena intentar escuchar sus sentimientos en lugar de avergonzarlos.

“Por qué no puedes ser como...”

Los padres suelen utilizar esta frase para motivar a sus hijos a que mejoren. Pero lo que pasa es que no les ayudamos diciéndoles tales cosas. Deberíamos aprender a aceptar a nuestros niños tal y como son. No es necesario pedirles que se comporten como otra persona, ya que, de todos modos, no podrán hacerlo. Si señalamos a alguien como un modelo, entonces podemos hacer que durante todo el tiempo el niño se compare con los demás. Esto puede llevar a que se sienta inferior debido a cualidades que no posee.

“¿Cuántas veces tengo que repetirlo?”

Si al hablar con tu hijo te ves obligado a repetir algo de forma indefinida, probablemente deberías reconsiderar tu estrategia de comunicación. Por lo general, los regaños no suelen funcionar bien. Los niños son oyentes muy selectivos y, si pasa algo, ellos dirigen su atención a otra cosa. En cambio, sería mejor hacerles unas preguntas para llegar al fondo del asunto.

  • Era una niña desobediente. Todos los juguetes en mis manos se rompían de inmediato: se quedaban sin ruedas, no tenían ojos ni orejas. Una vez, mi abuela me compró una muñeca increíblemente bella. No podía despegar la mirada de ella, pero en lugar de dejarme jugar, la envolvió en una bolsa de plástico gruesa y la colgó en la pared. Mi abuela me dijo: “No sabes cuidar los juguetes. En cuanto aprendas a hacerlo, te la regalaré”. Pero los años pasaron y mi abuela no decidió si yo había aprendido a cuidar las muñecas. Y cuando ya tenía 14 años, me la robaron. Todavía me arrepiento de no haberla tomado. Quizás no la hubiera recordado en toda mi vida. © sitypen1 / Pikabu

“¡Basta! O te dejo aquí”

Si un niño no quiere irse de la casa de un amigo o de su parque favorito, entonces pueden darte ganas de amenazarlo con esta frase para que se mueva. Pero al pronunciar tales palabras, solo hacemos que los pequeños se sientan menos protegidos. Tu hijo puede pensar que tú no siempre estarás con él para cuidarlo. Y la idea de que un padre deje solo a su hijo parece muy abrumadora.

“Tú nunca/siempre...”

A menudo les decimos a los niños frases como “Tú nunca guardas tus juguetes” o “Siempre me mientes”. Pero en realidad no es así, porque posiblemente puedas recordar muchos casos en los que el niño recogió sus cosas o te dijo la verdad. Al usar estas palabras, negamos el esfuerzo que hacen los pequeños para hacer algo bien. Pueden pensar que es imposible cambiar y que nunca podrán actuar correctamente.

  • Recuerdo que mi abuela tenía guardada una medalla de oro. No sabía si en verdad era de ese material. Cuando estaba de visita en su casa, le pregunté y me enteré de que era un simple metal pintado. Tres días después me fui a mi hogar y entonces comenzó un verdadero infierno. Resultó que la medalla había desaparecido. Todos comenzaron a sospechar de mí debido a mi pregunta recién hecha. Lo negaba, pero nadie me creyó. Los vecinos y luego todo el complejo habitacional se enteraron de que yo había “robado” la medalla. Nadie quería hablar conmigo. Y entonces ocurrió un milagro: la encontraron. Resultó que un niño ajeno entró en casa de mi abuela y la robó mientras ella estaba durmiendo. Y luego la medalla misteriosamente apareció en un cajón. ¿Piensas que alguien me pidió disculpas? Por supuesto que no. Desde aquel entonces, nunca he tenido una relación cálida con mis padres, y ellos todavía no han podido entender por qué. © Eugeneios / Pikabu

“Esta no es tu casa”

Las frases del tipo “Cuando tengas tu casa, allí podrás...” o “Esta no es tu casa” pueden causar tristeza y asustar al niño, o hacer que esté de acuerdo y, al mismo tiempo, aproveche la oportunidad para irse del hogar de sus padres. Al hacer tal declaración, los papás esencialmente niegan su responsabilidad.

“Estás volviéndome loco”

Pase lo que pase, una de las principales tareas de los padres es mantener la calma. Además de las cosas que solemos decir al estar de mal humor, y de las que luego nos arrepentimos, mantener la compostura es también un ejemplo para nuestros hijos de cómo queremos que se comporten. Esto es especialmente importante para los padres de niños que se alteran con facilidad.

  • Cuando tenía 8 años, mi mamá nos llevó a mi hermana y a mí al circo por primera vez. Llegó un tranvía a la parada y ella nos dijo que nos subiéramos hasta que el transporte se fuera. Logré hacerlo, pero mi mamá y mi hermana no lo alcanzaron. Llegué a la siguiente parada, me bajé y regresé corriendo con la esperanza de encontrarme con mi mamá, pero ella ya no estaba allí. Entonces decidí que sería mejor volver a casa. Mi papá me preguntó: “¿Por qué estás solo?”. Le expliqué la situación y juntos comenzamos a esperar. Pronto llegó mi mamá, me gritó y dijo que no me había encontrado cerca del circo, que había regresado y yo estaba allí, tomando una tacita de té. Por eso, ese día me dejaron en casa. Y ella se fue con mi hermana al circo. Luego me gritó durante mucho tiempo, y yo lloraba sin entender lo que había hecho tan mal. Aún me duele eso. © krik1989 / Pikabu

“Tienes que ser un ejemplo para...”

Es verdad que los hermanos menores siguen el ejemplo de los mayores y, a menudo, adoptan sus malos hábitos. Pero no hay que olvidar que también los aprenden de otros adultos, y los hijos mayores, a pesar de la diferencia de edad, siguen siendo niños. Ellos también aprenden y pueden cometer errores, por lo que no deberíamos hacerlos responsables por el comportamiento de sus hermanos.

¿Qué frases no deberíamos decirles a nuestros hijos en ningún momento?

Imagen de portada Depositphotos.com

Comentarios

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Yo a veces sí que digo “¿Cuántas veces tengo que repetirlo?”

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Que son tontos o feos, uno como hijos mira a los padres como héroes o como la mejor persona del mundo, por es es fácil creer que es cierto y nos pueden herir

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