10 Hábitos que todos los padres deberían evitar por el bien de sus hijos, y cómo lograrlo

Psicología
hace 1 año

Ser padre es una tarea difícil, repleta de desafíos que todos los días nos sorprenden. Y aunque desde el corazón queremos hacer todo lo mejor para nuestros pequeños, a veces hay situaciones que son preferible evitar, ya que perjudican a nuestros hijos más de lo que los ayudan.

En Genial.guru te traemos algunos consejos que te pueden dar una mano al momento de lidiar con algunas situaciones parentales.

1. No darle importancia a la causa de un conflicto

Puede ser que un niño se sienta enojado o frustrado. Sin embargo, esto podría tener un significado más profundo, y para averiguarlo es importante ver cuál es la raíz del problema, es decir, qué situación originó esas emociones.

2. No dar el ejemplo aunque la situación no nos guste

Los niños tienen una gran capacidad de aprendizaje, y mucho de lo que absorben es lo que ven, como por ejemplo, las actitudes de los adultos. Ante una situación que no es de nuestro agrado, a veces es mejor educar con el ejemplo a dejarnos llevar por nuestras emociones, como la frustración o el enfado.

3. No tener en cuenta sus necesidades de movimiento

Los pequeños se caracterizan por tener muchísima energía. Es por eso que la mejor forma de lidiar con ello es buscar la manera de canalizarla. Aunque el día esté ideal para hacer una siesta y mirar una buena película, buscar una actividad para ellos ayudará a que todos estén más tranquilos.

4. Minimizar sus problemas

Como adultos, a veces los problemas de niños nos pueden parecer banalidades. Sin embargo, para los pequeños un conflicto “simple” puede ser de gran importancia. No darle la consideración necesaria a un dilema puede impactar negativamente en nuestros hijos en un futuro, condicionando sus relaciones y los desafíos personales.

Es bueno escucharlos, ayudarlos a pensar, a ponerse en el lugar del otro y a tener otra perspectiva de una situación, sea un problema que consideramos mínimo como uno más grave, apoyarlos y darle la importancia necesaria, los ayudará tanto de pequeños como de grandes.

5. No ayudarlos a ser independientes

Es verdad que es difícil soltar la mano de nuestros hijos. Pero al ir creciendo, pasan de necesitarnos absolutamente para todo a no precisarnos para casi nada. Cuando hacemos cosas por nuestros hijos, que en realidad ellos tienen la capacidad de hacer por sí solos, enviamos un mensaje que pasa inadvertido a simple vista.

Les estamos diciendo que no confiamos en sus habilidades. Eso provoca que el niño no sea independiente, genera problemas de autoestima y que no quiera realizar actividades o no pueda resolver inconvenientes acordes a su edad. Es aconsejable celebrar los pequeños logros y darles confianza en ellos mismos para que en un futuro puedan ser personas autónomas.

6. No pasar tiempo de calidad con tu hijo

El pasar tiempo de calidad con nuestros hijos parece ser cada día más difícil. Entre las obligaciones laborales, del hogar y propias, ese momento parece escurrirse entre nuestras manos. Sin embargo, es importante que el tiempo que dediquemos a ellos sea completo, sin distracciones. Aunque sean solo unos minutos, estar 100 % disponible para ellos.

Intenta tener siempre una conexión diaria. Si no es posible en persona, pueden ser detalles como dejarle una nota en su almuerzo. Busca un momento para ambos, como leer un libro a la noche, y no olvides decirle que lo amas y lo importante que es para ti.

7. No explicar la importancia de pedir perdón

Para que los niños comprendan el valor de pedir disculpas, primero hay que enseñarlo. Obligarlos a que lo hagan termina siendo contraproducente, porque no es un acto que ellos desean realizar. Primero deben entender que hubo una equivocación y admitir que algo hicieron mal.

La guía de los padres es fundamental para pasar este proceso, al igual que el ejemplo. Los adultos debemos disculparnos con nuestros hijos cuando hemos hecho algo que no está bien.

8. No adaptarse a las necesidades de cada uno

Es imposible que los niños hagan exactamente lo que pretendemos de ellos. Es importante darnos cuenta de que hay actitudes y comportamientos que son normales porque, justamente, son pequeños, y no debemos regañarlos por ello.

Por ejemplo, es difícil intentar hacer entrar en razón a un niño de 2 años que aún no puede controlar bien sus emociones y enfadarnos cuando no lo logra. Nunca se debe juzgar la forma de ser, pero sí una conducta incorrecta e intentar corregirla.

9. Criticar a otros padres o niños

Hacer esta clase de crítica no es constructiva y puede tomarse como un comportamiento pasivo-agresivo. Es incómodo para el padre que se siente juzgado y puede terminar en un momento desagradable tanto para padres como niños.

Los niños toman todo lo que ven, y si un adulto tiene este tipo de comportamiento, el pequeño que lo observa puede imitarlo y al crecer tener una personalidad pasivo-agresiva, lo que deriva en la dificultad de desarrollar amistades o relaciones sociales.

10. No ser educado

Nuestros hijos ven y copian. Aprenden por imitación, observando a otros niños, a otras personas, pero en especial a sus padres. Es importante tener en cuenta siempre que somos la referencia que ellos tienen y que las reglas de conducta que luego les queremos brindar, deben ir acompañadas de nuestro ejemplo.

¿Qué situación te resulta difícil de manejar con tus hijos? ¿Qué otro consejo le darías a un padre o madre?

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