12 Razones por las que estamos varados en el avance de nuestra carrera profesional

Psicología
hace 3 años

A algunos empleados se los apoda con una palabra que comienza con la letra “l”. Y no tiene nada que ver con “líder”, sino con “looser”. Uno puede terminar bajo esa etiqueta por varias razones. No es necesario mencionar las obvias, todos sabemos que el salario generalmente no se recibe por ver videos de gatitos en YouTube. Y por mucho que quieras mostrarle al mundo lo mal que tu jefe baila en una fiesta corporativa, lo mejor siempre será contener el impulso de filmarlo y compartirlo. Este artículo no hará que tu vida dé un giro de 180°, pero será un buen motivo de reflexión. Además, te esperan porciones de verdades amargas y maravillosas ilustraciones.

Genial.guru te propone revisar los errores más comunes que nos ponen trabas en el camino hacia la cima de nuestra carrera profesional.

1. No te dedicas a lo que amas

La elección de una profesión se basa en la evaluación de muchas cosas. El simple “me gusta” debería combinarse de alguna manera con beneficios potenciales. Generalmente, comenzamos el camino profesional con un mínimo de experiencia. Todo es tan difícil de prever que a veces se activa el modo “¡oh, basta!”, y la decisión se toma al azar.

Algunos tienen mala suerte: de la cadena “ingresos — prestigio — satisfacción” se pierden eslabones. ¿Qué hacer? Antes de que sea demasiado tarde, mandar todo al diablo dejar los peores momentos de la biografía profesional en el pasado, y priorizar los pasatiempos y las actividades para las que tenemos talentos y condiciones. Es difícil aprender un oficio nuevo. Pero es mejor resignarse y superar el período de transición, que desmembrar mentalmente a los colegas y a los superiores hasta el retiro.

2. La creencia en los estereotipos

“Este puesto no es para mujeres”, “busca un trabajo masculino normal”, “ocúpate de algo serio”, “no llegarás a ninguna parte sin contactos”... Esta clase de estereotipos arranca de raíz una profesión recién empezada.

¿Qué hacer? Moverse hacia la meta, ignorando las opiniones ajenas. La autoestima es la clave del éxito. Y viceversa. Aunque, a veces es bueno atender las advertencias. Por ejemplo, si decides convertirte en un cazador fronterizo ilegal o invertir en una granja de unicornios.

3. Los sacrificios inútiles

Hay varias formas de oponerse a los intereses propios:

  • Sacrificio familiar. Por ejemplo, privarse de cursos importantes para comprar dispositivos caros para los niños. O la intención de renunciar para cuidar a una bisabuela segunda, mientras el resto de la familia divide su monoambiente y pretende ahorrar en los servicios de una enfermera.
  • Solidaridad profesional. Recordemos los momentos en que queríamos recibir un aumento, pero “la empresa atravesaba momentos difíciles” o el jefe había “caído gravemente enfermo”. Teníamos que solidarizarnos con la situación y esperar. Una vez más.

La conclusión es simple: no se puede vivir así. Y entonces, ¿qué se puede hacer?

  1. Pensar en las consecuencias de los sacrificios. Hacerse la pregunta: “¿Cómo seré en 5 años?”
  2. Considerar soluciones alternativas al problema.
  3. Recordar el significado del término “relaciones laborales” y evaluar los hechos objetivamente. Lo más probable es que la situación esté siendo exagerada como un movimiento manipulador del superior a cargo. Y que el jefe “gravemente enfermo” tiene una simple intoxicación, producto de su último viaje a Tailandia.

4. La búsqueda de un punto de referencia para avanzar

Hay una serie de razones objetivas para posponer cambios radicales hasta un momento más apropiado. Por ejemplo, no es muy razonable discutir un aumento salarial a las 9 de la mañana, después de una fiesta corporativa. Pero justificar la falta de acción con el hecho de que Saturno esté en Aries, es una estrategia perdedora.

¿Estás retrasando una acción decisiva? Sé honesto contigo mismo, asegúrate de que no se trate de una banal timidez.

5. La expectativa de que algún día los colegas cambien

¿Piensas que tus colegas se comportan inadecuadamente? No esperes que cambien, y empieza a actuar:

  • La gente no puede leer la mente. Tal vez a ti también alguien te haya dado el título del “inútil del año”. Así que es hora de dirigir el diálogo a un canal constructivo.
  • ¿Por qué hay surcos en tus hombros? Ah, es la huella de la carga de los deberes ajenos. Antes tenías miedo de tirarla porque la caída podía perturbar a tus colegas con el estruendo. Cambia tu comportamiento. La grosería y la protección de los límites personales son dos cosas distintas.

6. Ser estudiante universitario en un jardín de infantes

Los economistas argumentan que la productividad laboral en términos de tasas de crecimiento supera a los salarios. Sin embargo, una diferencia demasiado grande entre el nivel profesional de la persona y sus ingresos debería molestarla.

En un mundo ideal, una persona, habiendo llevado sus habilidades al límite, seguiría su camino. Opción uno: ocupa una posición más alta y aumenta sus ingresos. La segunda opción implica encontrar un nuevo trabajo. Si la persona ha superado en habilidades el puesto que ocupa pero no es debidamente recompenzada, su carrera profesional comienza a decaer.

7. La vida útil de los conocimientos expirada

Las personas deben adaptarse a las nuevas tendencias y medios de producción. En cualquier campo. Puedes ofrecer a tus clientes durante años las tortas clásicas, pero un pastelero que responda a las peticiones de sus clientes, recibirá mayores ingresos. Y el consumidor puede llegar a querer una torta de mousse o intrincados cupcakes.

Nombra cualquier profesión y piensa cómo han cambiado en los últimos 15 años los requisitos para quienes se dedican a ella. Durante este tiempo, cualquier oficio se “pudrirá” si no es fecundado con conocimientos nuevos. La especialidad recibida es solo una base que constantemente debe completarse con nuevas habilidades.

8. Juntos no da tanto miedo

No confundas el espíritu de trabajo en equipo con la reticencia a asumir responsabilidades. Muchas personas no se atreven a hacer cambios importantes sin los pioneros que les infundan coraje y les brinden.datos importantes. Deben estar preparados para la decepción. Los científicos advierten: cuanto mayor es la probabilidad de perder, tanto más cinismo manifestarán los competidores. A fin de cuentas, es difícil que en la estrecha tropa profesional de carrera, tus colegas te digan: “Oh, tú tienes hijos, estás pagando una hipoteca y, además, tienes cara de bueno, pasa primero”.

9. El miedo a salir del pantano cálido

El trabajo puede convertirse en un infierno gradualmente. Al principio, comienzan a llamarte la atención algunas pequeñeces: los intentos de ahorrar dinero en los salarios, o innovaciones extrañas. Si las alarmas se dejan desatendidas, los empleados reciben una nueva ronda de desgracias. La esperanza de que sean dificultades temporales se agota, pero ya no hay fe en uno mismo. Cambiar para mejor se pospondrá hasta la próxima vida.

¿Te suena familiar? Si los meses pasan pero en el trabajo todo sigue estando mal, se trata de una estabilidad. Pero no la que generalmente se busca. Apurate para salir del pantano, antes de que tus superiores comienecen a reprocharte el hecho de que has bebido gratis el agua de su dispenser.

10. Falta de voluntad para aprovechar la situación al máximo

La suerte rara vez le sonríe a alguien que simplemente cumple su horario laboral. Recordemos el cuento de “La sirenita”. La heroína no podía contarle al príncipe quién lo había salvado. ¿Ni con gestos, pantomima o dibujos? No, era mejor sufrir, esperando transformarse en espuma de mar.

Moraleja: sé inteligente y desarrolla habilidades de comunicación.

11. El Síndrome del impostor

Las personas que sufren el síndrome del impostor no creen que merezcan los éxitos en su trabajo. Creen que el “engaño” se descubrirá en cualquier momento. Los impostores imaginarios pierden su determinación al revisar proyectos nuevos y al discutir sobre el crecimiento profesional.

Repítete más seguido: “Tengo talentos y cualidades profesionales. Los que me rodean tendrán que aceptarlo”.

12. El momento de agotamiento emocional ha pasado

“Deja de trabajar un momento. Los videos de gatitos no se mirarán solos”, exige el procrastinador interno. Ya es el final de la jornada laboral, y las tareas importantes no se han resuelto. La conciencia dice: “Hay que terminar todo por la noche o el fin de semana”. Pero la energía no alcanza. “Solo un capítulo más”, “Más tarde” y “Aún tengo tiempo” volverán a ganar. Los problemas laborales se acumulan, y uno comienza a tener pensamientos sobre la incompetencia profesional propia.

Más o menos así es como surge el agotamiento emocional. Sus principales características son:

  • irritabilidad
  • falta de motivación
  • falta de atención

Hay una línea muy delgada entre el agotamiento emocional y la pereza. Si detectas algún síntoma alarmante, solicita la ayuda de un especialista o, al menos, pide en el trabajo un descanso.

Quizás, algunas de las recomendaciones sean contradictorias. La vida real no tarda en corregir cualquier receta para el éxito, y hay que adaptarse constantemente. ¿Has encontrado alguna de las evidencias mencionadas? Paradoja: a pesar de la aparente simplicidad, muchos de estos consejos son ignorados.

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