7 Trucos psicológicos para padres que piensan que sus hijos no los escuchan

Psicología
hace 3 años

Pocos chicos están "programados" para cumplir de inmediato lo que piden sus padres, así como para escuchar todo lo que los parientes mayores intentan transmitirles. La cuestión es que la atención del niño funciona de manera diferente a la de una persona adulta, por lo que a veces es difícil hacer que un pequeño se concentre en tus palabras. Sin embargo, hay varios métodos comprobados que pueden facilitar esta tarea.

Genial.guru ha recopilado para ti unos consejos de psicólogos que saben cómo hacer que un niño te escuche y reaccione a lo que le has dicho.

1. Usa su nombre

Para cada persona, su nombre es una clave única que activa su atención. Por lo tanto, antes de pedirle algo, refiérete al niño por su nombre y asegúrate de que dejó sus asuntos para prestarte atención.

2. A veces puedes ser gracioso

Los niños aman a alguien que puede hacerlos reír. Por lo tanto, para que tu pedido sea menos instructivo y no provoque el rechazo inconsciente del pequeño, intenta pronunciarlo con acento, cantando, o acercándote cautelosamente y provocándole un pequeño susto.

Por supuesto, no tienes que abusar de ese truco, ya que debes seguir siendo un padre y no un payaso al que nadie tomará en serio.

3. Quítate la responsabilidad en aquellas áreas donde sea posible

Según los psicólogos, no es necesario repetir un pedido varias veces para forzar a un niño a hacer algo por su propio bien. Si una advertencia no funciona, a partir de ese momento la responsabilidad de cumplirlo o no recaería en él.

Por supuesto, este consejo es relevante en caso de que el niño mismo sienta las consecuencias de su propia desobediencia. Sin embargo, si la intratabilidad del pequeño lleva al hecho de que te verás obligado a hacer todo tú mismo, es mejor no usar este método.

4. No te concentres en lo que temes, sino en lo que intentas lograr

Según los expertos, el niño entiende el pedido mucho más rápido si le queda claro lo que debe hacer. Después de todo, si le pides no hacer algo, esto no requiere que tome alguna medida, lo que significa que puede no prestarles atención a tus palabras.

Así que, en lugar de un pedido abstracto con un "no", por ejemplo: "No lo dejes caer", "No te caigas", o "No lo rompas", haz un pedido que implique una acción, tal como: "Agárralo fuerte", "Ata tus cordones para no caer", o "juga con la pelota lejos de la ventana".

5. Evita los datos falsos

Los padres se comunican con el niño desde la posición de una persona mayor, y a veces, recalcan demasiado que son más experimentados y más inteligentes que su joven interlocutor. A partir de esto aparecen datos falsos que pueden estimular a un niño solo hasta que se entere que esto no es cierto.

Por ejemplo, si le dices a tu hijo que si se comporta bien, Papá Noel o Santa Claus le traerá regalo, solo funcionará hasta el momento que el niño se entere que no es real. Por cierto, tu credibilidad ante sus ojos también permanecerá solo hasta este momento. Por lo tanto, piensa si vale la pena perderla ante el niño por una solución temporal al problema.

6. Agrega peso a tu "no", aumentando la cantidad de "sí"

Permitir que un niño haga lo que quiera, excluyendo completamente la palabra "no" del léxico, es ilógico e incluso peligroso. Sin embargo, según muchos padres, cualquiera de tus prohibiciones se vuelve más importante y se recibe con gran entusiasmo si la cantidad de "no" categóricos no está por las nubes.

Por ejemplo, se recomienda aplicar la relación de 5 "sí" a 1 "no". Para hacer esto, vale la pena evaluar los pedidos de tus niños no desde la perspectiva de "esto se puede hacer, y esto no está permitido", sino que desde la perspectiva "¿qué puedo permitirle para que esto no perjudique a nadie?". Por ejemplo:

  • "Sí, puedes saltar en un charco". (Por suerte, inventaron los lavarropas).
  • "Sí, puedes dibujar un patrón con un marcador". (No será difícil lavarlo).
  • "Sí, puedes traer este escarabajo a casa". (Solo me aseguraré de que el contenedor esté bien cerrado y que el insecto no se escapará para pasear por el departamento).
  • "Sí, puedes hacer un millón de fotos casi idénticas con la cámara de mi teléfono". (Dejaré cinco, borraré el resto en un par de minutos).
  • "Sí, puedes bañarte con un peluche" (Lo secaré en la secadora).
  • "No, no puedes llevarte algo de la tienda sin pagar, porque va en contra de la ley y crea problemas no solo para ti, sino también para el vendedor".

7. Haz una “confesión espontánea”

¿Acaso a los padres les gusta toda esta variedad de problemas domésticos y una gran cantidad de responsabilidades parentales? No somos robots, y algunas tareas nos causan el mismo rechazo que a los niños. Entonces, ¿por qué no lo admitiríamos?

Simplemente no intentes mostrarle al niño de que puedes superarte a ti mismo, mientras que él no. Mejor dile por qué has decidido que debes hacer eso.

Y no olvides que desde la más temprana edad el niño comienza a imitarte. Por lo tanto, no será posible cultivar en él respeto por las opiniones de los demás y la capacidad de escuchar si tú mismo no tienes esas cualidades.

Así que escucha sus historias ingenuas, elogia sus logros pequeños pero significativos, presta atención a sus argumentos de negativa y dialoga. Entonces, el niño te responderá de la misma manera.

¿Qué piensas, qué otro consejo se puede dar a los padres que intentan encontrar un lenguaje común con su niño? Cuéntanos sobre tus experiencias en los comentarios.

Ilustradora Anna Syrovatkina para Genial.guru

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