Cómo los refuerzos, en especial el positivo, pueden ayudarnos en la educación de nuestros hijos

Psicología
hace 3 años

En psicología, los refuerzos forman parte del llamado condicionamiento operante, creado por Skinner. Se trata de una técnica que favorece el aprendizaje y la interiorización de conductas o comportamientos deseados en los niños por medio de la asociación entre la acción y sus consecuencias. Los resultados —que serían la respuesta proporcionada por nosotros ante el comportamiento— son lo que denominaríamos refuerzo positivo o negativo.

Los resultados y el éxito de la aplicación de esta técnica han sido ampliamente probados y comprobados. Por tal motivo, Genial.guru quiere compartir contigo los aspectos necesarios para poder aplicar en especial el refuerzo positivo, por sus reconocidas ventajas y sus beneficios frente al negativo.

Condicionamiento positivo vs. negativo

Como su nombre lo indica, esta técnica consiste en reforzar las conductas o comportamientos deseables o positivos. De este modo, los niños aprenden y conocen las consecuencias que tienen sus actos y, como es lógico, tienden a continuar con aquellos que tienen resultados positivos. Mientras que el refuerzo positivo consiste en presentar de forma inmediata un estímulo positivo o premiar los comportamientos adecuados del pequeño (no tiene por qué tratarse de cosas materiales), el refuerzo negativo supone la retirada o eliminación de un estímulo negativo o desagradable por nuestra parte cuando desaparece la conducta inadecuada o indeseada del niño.

Aunque ambos tipos de refuerzos han sido utilizados por un largo tiempo, actualmente muchos profesionales del área consideran que el refuerzo negativo no conlleva un aprendizaje real por parte del niño y, por el contrario, sí comporta confusión (debido a la aparición y retirada de comportamientos contradictorios por nuestra parte) y puede obstaculizar el desarrollo del pequeño. Es por ello que se recomienda el uso del refuerzo positivo sobre el negativo.

En qué consiste el refuerzo positivo

Este tipo de refuerzo trata por medio de estímulos o respuestas positivas de consolidar los buenos comportamientos o acciones en los niños. Cuando el pequeño actúe o presente una conducta adecuada, lo premiaremos para conseguir que identifique y asocie lo que acaba de hacer como algo positivo, es decir, para que relacione un comportamiento con una consecuencia. De este modo, lograremos reforzar, fortalecer o aumentar el proceder deseado y se irá reduciendo paulatinamente el indeseado.

Cómo usarlo para mayor efectividad

Si bien hacer uso de esta técnica como procedimiento de aprendizaje y como método educativo puede parecer muy sencillo, hay que tener en cuenta ciertos aspectos para obtener los resultados deseados con su aplicación:

  • Debemos hacer una selección adecuada de los refuerzos que utilizaremos como respuesta, tratando de que sean variados, atrayentes, de interés y novedosos para nuestros niños.

  • Para que el comportamiento deseado se repita, también deberemos prorrogar y repetir en el tiempo nuestra respuesta.

  • Siempre que el pequeño tenga esa conducta, deberemos presentar el estímulo (al menos hasta que quede consolidada).

  • La consecuencia positiva debe aparecer inmediatamente después del comportamiento deseado, ni antes, ni durante. Debe ser consecutivo.

  • Debe quedar perfectamente claro para el niño cuál es la conducta que estamos premiando y qué queremos reforzar.

Qué tipos de estímulos podemos utilizar

Cuando hablamos de premiar el comportamiento o la forma de actuar del niño, no nos referimos necesariamente a cosas u objetos materiales, sino que los estímulos positivos de los que podemos servirnos pueden ser de diferente tipo o naturaleza:

  • Puede tratarse de algo comestible que le guste o con lo que disfrute, por ejemplo, un chocolate.

  • Puede ser una actividad lúdica divertida que le encante hacer, como ir a un parque o al cine.

  • Puede ser un elogio, como “Has hecho un gran trabajo” o “Bien hecho”, o un gesto, como un abrazo.

  • También puede ser algo material que el niño quiera o que pueda darle ilusión, como un libro, un muñeco o una bicicleta.

Las ventajas del refuerzo positivo

Hacer uso de esta técnica para la educación de nuestros hijos trae consigo una serie de ventajas que van más allá de la consolidación de una conducta deseada:

  • Una educación basada en el refuerzo positivo conseguirá mejorar, desarrollar o aumentar la autoestima del niño, ya que de este modo se hará más consciente de sus logros y avances y, al mismo tiempo, aprenderá a gestionar sus emociones y a manejar el fracaso o la frustración.

  • Con esta técnica los niños se hacen conscientes de aquello que está bien, pero también de lo que está mal, y conocen el valor del trabajo y del esfuerzo para obtener una recompensa. Están desarrollando de forma óptima y forjando su propia personalidad.

  • Las afirmaciones, los estímulos y las respuestas positivas le dan al niño un mensaje claro y directo, con un aprendizaje a largo plazo (cosa que no sucede con los comportamientos causados por el miedo o la ansiedad).

¿Cuáles son las situaciones más difíciles a las que te has enfrentado a la hora de educar a tu pequeño? ¿Cómo hiciste frente a esos comportamientos?

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