Esta maestra estadounidense ha puesto fin al acoso escolar, y su método debe ser conocido por todos los adultos

Psicología
hace 3 años

La escritora estadounidense Glennon Doyle narró en un blog cómo fue una reunión con la maestra de su hijo, un alumno de quinto grado. En unos días, la publicación se propagó por Internet. La profesora de matemáticas, Kathy Pitt, junto a esta joven madre, coincidieron en que la tarea de un maestro consiste, no solo en meter en la cabeza del estudiante las materias básicas, sino también en protegerlo ante una situación difícil y ayudarlo a crecer con una fuerte personalidad. Y esta misión es posible.

Desafortunadamente, en casi todas las escuelas podemos enfrentarnos al bullying o, en otras palabras, el acoso escolar que sufre una persona por parte de un grupo. La crueldad puede conducir a sufrir lesiones, causar enfermedades mentales e incluso llevar al suicidio. Genial.guru cree que tanto los niños como los adultos no deben permanecer indiferentes a este problema. Compartimos contigo una forma simple, pero eficaz, de detener este acoso, la cual ya ha sido puesta en práctica por esta maestra de Florida.

Conoce a Kathy Pitt

Esta maestra de Florida lleva usando durante muchos años una manera simple, pero eficaz, para detener el acoso escolar. Entonces, ¿qué es lo que hace ella exactamente? Adentrémonos en su método:

Radiografía de la clase

Todos los viernes, la maestra Kathy Pitt les pide a los estudiantes que escriban lo siguiente en un folio:

  • Los nombres de cuatro compañeros de clase con quienes les gustaría sentarse la próxima semana.
  • El nombre del alumno que más destacó durante la semana.

Los niños doblan las hojas por la mitad, las firman y las introducen en un frasco especial. Kathy les advierte que esto no significa que se sentarán con quienes quieran. Los niños responden honestamente, ya que así desaparece el miedo por los demás al decirlo. No tienen que contar sus respuestas al resto de la clase, sus registros son confidenciales.

Después de trabajar, Pitt examina cuidadosamente los datos de sus estudiantes:

  • ¿Quién no fue elegido por los demás estudiantes?
  • ¿Quién no sabe con quién quiere sentarse?
  • ¿Quién nunca aparece entre los destacados?
  • ¿Quién estuvo recientemente rodeado de amigos, pero hoy dice que no los tiene?

De esta manera, descubre qué niños no reciben la suficiente atención en este momento o cuáles se sienten solos. Estos estudiantes ahora necesitan de más apoyo. Así, Pitt comienza a prestarles más atención y los ayuda a resolver sus problemas.

Gracias a esto, los alumnos mismos, ahora, de otra manera, tratan a sus iguales en clase. Se sienten necesarios, saben que sus sentimientos y necesidades no quedan sin recibir atención. "Ahora he tenido la oportunidad de conocer mejor a mis compañeros de clase", "estamos convirtiéndonos en un verdadero equipo", aseguran los alumnos de Kathy Pitt.

Este método no es una invención nueva. El psiquiatra Jacob Levy Moreno, a principios del siglo XX, ya nos introdujo a identificar a los líderes, fracasados y el grado de cohesión del grupo. Similares encuestas se denominan mediciones sociométricas. Por regla general, se llevan a cabo una vez al año de una manera formal, mientras que Pitt analiza y actúa porque a ella sus alumnos sí que le importan.

La agresión externa es el resultado de una soledad interior

Kathy Pitt empezó a realizar encuestas los viernes tras ocurrir en EE.UU. la masacre de la Escuela Secundaria de Columbine en 1999, cuando dos adolescentes cometieron un ataque armado contra los estudiantes y luego se suicidaron. Ella cree que, si el niño no recibe la atención adecuada, tarde o temprano, la conseguirá de alguna manera. La agresividad y la crueldad de las personas provienen de un sentimiento de profunda soledad.

La maestra se dio cuenta de que podía detener posibles incidentes. Ella no solo enseña matemáticas y hace que los niños respondan a sus preguntas, "ella salva vidas", afirma la escritora que mostró al mundo la labor de Kathy Pitt.

Los padres, maestros y todos los adultos en general tienen una responsabilidad: prevenir y detener el acoso escolar. La víctima de bullying, por lo general, suele ser un niño que difiere de los demás, ya sea por su condición social, comportamiento o apariencia. Es difícil prever cómo el grupo percibirá esas diferencias. El motivo de la intimidación puede sustentarse, tanto en unas malas notas, como a la inversa, por un éxito académico o por albergar otros talentos.

Los maestros y padres pueden no estar al tanto del acoso que ocurre en la escuela. Cualquier niño resulta vulnerable a esto, le cuesta reconocer la soledad y la debilidad, siéndole difícil hablar de eso con los demás. Los adultos deben pensar qué ayuda real pueden prestar a los niños. En nuestras manos está detener la crueldad y el acoso, dándole a los niños el amor necesario.

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